En la región sur de Jiménez, ubicada a tres horas de la cabecera municipal y colindante con los estados de Coahuila y Durango, se encuentran los vestigios que prueban la existencia de un antiguo mar interior de Norteamérica.  

Historiasmx. – Hace aproximadamente cien millones de años, este mar cubrió los territorios de Chihuahua, Durango y Coahuila, dejando como evidencia extensas vetas de yeso que se formaron a partir de su evaporación y dieron lugar a la creación de cristales de yeso. 

El suelo árido de esta región se vuelve de difícil acceso tanto para los vehículos como para los seres humanos. Al caminar sobre la capa dura de tierra conocida como «caliche», se puede escuchar el crujido bajo los pies.  

Explorando una beta de yeso, para el aprendizaje.

Es aquí donde, a una profundidad de al menos cinco metros, se encuentran los impresionantes cristales de yeso. Estos cristales son cristalinos, similares a una laguna de agua en calma, y algunos ejemplares muestran matices de coloración verdosa, lo cual indica la presencia de cobre. 

Después de caminar durante horas en el desierto de la zona sur del municipio, se llega a los grandes arroyos formados por el flujo de agua en tiempos de lluvia. Es en estos caudales naturales donde se pueden encontrar las vetas de cristales de yeso, sin necesidad de excavar hasta una profundidad de cuatro o cinco metros bajo el duro caliche. 

Cristales de yeso en su estado natural.

En medio de la sierra de Los Olanes y la sierra de El Diablo, se encuentra un arroyo de gran profundidad que desciende desde la sierra de Los Olanes.  

Este caudal natural alberga cristales de yeso de diferentes tamaños. Cuando los rayos solares golpean estos cristales, se producen destellos luminosos de un intenso color blanco, incluso a plena luz del día. 

La erosión causada por el agua y el viento ha revelado las vetas de cristales de yeso, arrojando algunos ejemplares al suelo, donde se pueden encontrar con relativa facilidad. Las vetas aún no descubiertas por la erosión muestran pequeñas puntas de los cristales asomando en la superficie. 

Cristal de yeso en su estado natural.

A diferencia de los cristales de cuarzo, los cristales de yeso son fáciles de identificar debido a su susceptibilidad a ser rayados en cualquiera de sus caras y a su tendencia a quebrarse con facilidad. 

Los cristales de yeso presentan una forma prismática y tabular al segundo pinacoide, destacando por sus aristas biseladas en las caras.  

Algunos ejemplares tienen una apariencia similar a la punta de una flecha en la parte superior, mientras que otros se encuentran en conglomerados de dos o más cristales. 

Estos cristales de yeso se forman comúnmente en rocas sedimentarias a partir de depósitos de sal marina y suelos formados directamente por la evaporación de cuerpos de agua, especialmente marítimos. 

La formación de este mineral de yeso en forma de cristales está directamente relacionada con la evaporación de cuerpos de agua poco profundos, como el antiguo mar interior de Norteamérica que cubría el municipio de Jiménez hace cien millones de años, durante el período del Cretácico. 

Casi en la frontera con el estado de Coahuila, en la comunidad conocida como Laguna de Palomas, los cristales de yeso forman parte de la geografía natural de la región. Pequeñas láminas de cristales de yeso se encuentran dispersas por todas partes, a ras del suelo. 

En lo que ahora es la región de Laguna de Palomas, se encontraban las playas del Cretácico cuando el antiguo mar interior de Norteamérica comenzó a extinguirse. Esta parte de Jiménez está llena de depósitos de rocas sedimentarias, bancos de sal y agua salada utilizada para la producción de sal. 

Algunos cristales de yeso poseen gotas de agua encapsuladas al interior.

 En una comunidad en el límite entre Coahuila y el municipio de Jiménez Chihuahua, cuyo nombre se omite, los fósiles de fauna y flora prehistóricas muestran un cambio radical, pasando de la vida marina a la terrestre. En este lugar se han encontrado esqueletos de dinosaurios y coprolitos pertenecientes al conocido Pico de Pato. 

Los cristales de yeso, al igual que la fauna y flora marítima descubierta en los registros fósiles del municipio de Jiménez, son pruebas contundentes de que el antiguo mar interior de Norteamérica cubrió esta región hace cien millones de años. También confirman la existencia de una playa del Cretácico en el momento en que el mar interior se extinguía. 

El mineral de yeso es un componente común de las rocas sedimentarias, especialmente en depósitos de sal marina y en suelos formados directamente por evaporación o posterior hidratación de la anhidrita. 

Los depósitos de yeso se formaron como resultado de la evaporación de disoluciones acuosas sobresaturadas en lagos o mares poco profundos. En España, este fenómeno ocurrió principalmente durante el Triásico y el Cenozoico. 

Por: Gorki Rodríguez. 

Fotografía: Historiasmx / Gorki Rodríguez.  

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