Ubicada en la porción suroeste del municipio de Jiménez, La Sierra del Diablo, comprende más de 60 kilómetros de cerros entrelazados unos con otros, desde el Rancho la Chavinda a la altura del rancho San Isidro, sierra en donde cuyos microclimas crecen encino de hasta 5 metros de alto. 

Historias. – En la porción suroeste del municipio de Jiménez Chihuahua, en una franja de más de 60 kilómetros, se encuentra y extiende la Sierra del Diablo, sitio que da sustento a uno de los ecosistemas más importantes del municipio, por su gran variedad de flora y fauna, que, al ser un sitio poco frecuentado por el humano, es el refugio y hábitat de cientos de especies. 

Los acantilados, cañones y pequeños valles que se forman dentro y a los costados de la sierra, facilitan el crecimiento de una especie atípica a las encontradas en la mayor parte de la geografía árida de Jiménez, el encino, especie de árbol que se puede hallar como pequeños arbustos o grandes y macizos ejemplares. 

Dentro de una de las secciones de la Sierra del Diablo, en la parte trasera, inmersos en un cañón, crecen de diferentes tamaños y en poblaciones nutridas, grandes encinos que se distinguen del resto de la demás flora. 

El encino Quercus Xalapensis, es una de las 600 especies del género Quercu dentro de la familia Fagaceae, cuyas características son el de ser un árbol que puede llegar a crecer hasta 25 metros de altura y con un tronco de hasta 1.5 metros, el cual tiene un aprovechamiento maderable para la fabricación de muebles de madera finos.  

Así mismo, según el Instituo de Ecología A.C., refiere que, la corteza del encino es áspera, gris, oscura y gruesa. Las hojas miden de 10 a 15 cm de largo por 2-7 cm de ancho con el margen aserrado, con una prolongación en cada diente de un pelillo fino de hasta 8 mm de largo. El mismo árbol produce flores femeninas y masculinas que se presentan en febrero y marzo. 

Son árboles de gran porte por lo general, aunque también se incluyen arbustos, como se mencionó anteriormente. Los hay de follaje permanente, caducifolios y marcescentes., inflorescencias complejas colgantes, habitualmente cada flor con entre cuatro y diez estambres, lo más a menudo seis, de largos filamentos., presentan tres estigmas, así como óvulos anátropos, y están rodeadas por una estructura de escamas empizarradas que al madurar será la cúpula. El fruto se denomina bellota, es solitario y de origen axil (de brote), con cotiledones planos. La corteza suele ser lisa en los ejemplares jóvenes, pero se va agrietando con la madurez de la edad. Se considera un género de origen antiguo, conociéndose fósiles desde el Cretácico inferior. Sus especies han presentado gran valor para las comunidades humanas, por su madera, corteza, obtención de curtientes ricos en taninos, frutos comestibles, etc. Participan como elementos dominantes del paisaje arbóreo en muchos territorios de su área de distribución (fundamentalmente en el hemisferio norte). Son frecuentes los fenómenos de hibridación entre sus especies, que suelen presentar, además, facilidad para la regeneración vegetativa por brotes de raíz o de cepa. Además, posee un tronco erguido y vertical. Según información del INECOL.  

A parte del mezquite característico del gran Desierto Chihuahuense, los encinos de la Sierra del Diablo, tienen como hábitat este complejo de sierra, situado en la porción suroeste del municipio de Jiménez.  

La mayoría de los encinos que se pueden encontrar dentro de la Sierra del Diablo, son de tipo arbusto, siendo los árboles más grandes los ubicados en las cañadas, donde el clima es más cálido. 

Al resguardo de la Sierra del Diablo, la flora y fauna tiene como refugio una de las áreas y complejos naturales menos perturbados por el ser humano.

 

Fotografía: Gorki Rodríguez / Historias.

Por historias