Durante la época colonial, las salinas de Laguna de Plomas en el municipio de Jiménez; Jacos del municipio de Camargo o Laguna el Rey en el estado de Coahuila, fueron las reservas de extracción del mineral, antes llamado sal-tierra, por los españoles, para abastecer la demanda que la minería de Hidalgo del Parral requería.  

HISTORIASMX. – La sal, un recurso tan cotizado como esencial, ha desempeñado un papel crucial a lo largo de la historia en el Bolsón de Mapimí, una vasta región en el norte de la Nueva España.  

En un tiempo en que la supervivencia humana dependía de esta sustancia, su abundancia en el Bolsón atrajo la atención y el interés de numerosos grupos, tanto locales como forasteros. 

Desde tiempos prehispánicos, la sal se consideraba un bien de intercambio invaluable para diversos grupos indígenas. La demanda y la necesidad de este mineral eran tan significativas que atraían a diferentes poblaciones, incluso de regiones distantes. 

 En esta época, la sal no solo se utilizaba para la alimentación humana, sino que desempeñaba un papel esencial en la extracción de plata mediante la amalgamación con mercurio en las productivas haciendas mineras de la región. 

La historia de la sal en el Bolsón está intrínsecamente vinculada al auge de la minería en el área, especialmente con el surgimiento del Real de Parral en 1631, que se convirtió en el epicentro minero más opulento de la Nueva Vizcaya una década después. La sal se convirtió en un recurso crítico para las haciendas de beneficio de azogue en Parral, donde la necesidad de suministrar a los mineros con sal aumentó exponencialmente.  

A pesar de los intentos de abastecer la sal desde otras provincias como Culiacán y Chiametla, el suministro de sal del Pacífico no fue suficiente para satisfacer la demanda de los mineros de Parral. Además, los costos de transporte encarecían considerablemente su precio. 

Es interesante notar que la primera gran rebelión de los indios en el Bolsón entre 1642 y 1646 podría haberse originado en respuesta a la creciente presión ejercida por los españoles para obtener más sal de estos nativos, lo que aumentó las tensiones en la región. 

La explotación de las salinas en el norte de la Nueva España estaba a cargo de los indios, y en su mayoría, se ubicaban en regiones remotas y se mantenían ocultas para evitar la intervención real que pudiera fijar precios o administradores.  

Cuando las salinas estaban bajo control real, generaban una cantidad significativa de documentación. A pesar de la atención centrada en la extracción de plata en la historiografía de la región, la importancia de la sal había pasado desapercibida en gran medida. 

A lo largo de los años, se mencionan diversas salinas en la región, como las del Caxco, cerca de Parras, descubiertas por el minero Juan Guerra de Rosa a principios del siglo XVII. Además, en 1639, se menciona el descubrimiento de la salina de Santa María de los Tobosos, a tres días de Parral, donde los indios locales colaboraban con la extracción. 

 Esto ilustra la relación entre los colonos españoles y los indios locales, quienes, a cambio de comida y productos, contribuían con la recolección de la sal. 

La logística de la extracción y el transporte de la sal en el Bolsón era un desafío considerable. Las salinas más cercanas estaban a más de un centenar de kilómetros de los asentamientos coloniales, y los viajes a caballo sin carga tomaban al menos tres días.  

Las carretas, más lentas, requerían al menos una semana. Además, los viajes se realizaban de noche para evitar el calor, y se detenían en caso de lluvia, ya que las tierras bajas se inundaban. Esta dificultad logística subraya la importancia de la sal en la región, dado el esfuerzo requerido para obtenerla. 

En términos económicos, el comercio de la sal era extremadamente valioso. En 1675, una fanega de sal tenía un valor de 18 reales, lo que equivalía al precio de una casa mediana en el Real de Minas de San José del Parral en la misma época. Esto demuestra la alta demanda y el valor atribuido a la sal en la región. 

La explotación de sal en el Bolsón se superponía con las actividades estacionales de los indios locales. Recoger la sal era una tarea ardua, y los indios solo lo hacían cuando se les obligaba. Durante el verano y el otoño, los indios aprovechaban la abundancia de frutos del desierto, la pesca y la caza, lo que interfería con la recolección de sal. 

La sal, un recurso vital y valioso, desempeñó un papel fundamental en la economía y la vida cotidiana del Bolsón de Mapimí, influyendo en las relaciones entre los indios locales y los colonos españoles, así como en la logística y la economía de la región. Su historia, marcada por la demanda constante y la lucha por su obtención, arroja luz sobre un aspecto crucial de la vida en el norte de la Nueva España que a menudo se pasa por alto en la historiografía. 

Por: Gorki Belisario Rodríguez Ávila. 

Fotografía: HISTORIASMX / Gorki Rodríguez.  

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