Hablar de una historia en concreto del Sotol, es el consultar diversos textos y evidencias arqueológicas, así como de tratar de determinar en qué preciso momento del tiempo se dio la transformación de la cabeza o penca de la planta en una bebida alcohólica.  

Historias.- Para comenzar con una breve historia del Sotol, primero que nada, hay que describir la planta de donde se elabora la bebida espirituosa que lleva el mismo nombre de la planta, la cual pertenece a la clase de las angiospermas, una planta con flores del orden de las Liliáceas, familia Nolinaceae del género Dasylirium.  

La planta que se distribuye en gran parte del desierto chihuahuense el cual está delimitado por las formaciones montañosas, Sierra Madre Oriental y Occidental en México, pero que dicha área de influencia del desierto comprende parte del sur de los Estados Unidos, es donde se pueden encontrar 24 especies distintas de Sotol, las cuales son:  

Dasylirion graminifolium (Zucc.) Zucc; Dasylirion acrotrichum (Schiede) Zucc; Dasylirion parryanum Trel; Dasylirion leiophyllum Engelm. ex Trel; Dasylirion lucidum Rose; Dasylirion serratifolium (Karw; ex Schult. & Schult.f.) Zucc; Dasylirion texanum Scheele; Dasylirion simplex Trel; Dasylirion gentryi Bogler; Dasylirion longissimum Lem; Dasylirion miquihuanense Bogler; Dasylirion treleasei (Bogler) Hochstätter; Dasylirion quadrangulatum S.Watson; Sección Glaucophyllum Hochstätter; Dasylirion glaucophyllum Hook; Dasylirion occidentalis Bogler ex Hochstätter; Dasylirion cedrosanum Trel; Dasylirion berlandieri S.Watson; Dasylirion palaciosii Rzed; Dasylirion longistylum J.F.Macbr; Dasylirion durangense Trel; Dasylirion sereke Bogler y Dasylirion wheeleri S.Watson ex Rothr.  

Esta planta de características únicas en diversos textos se ha sugerido que, algunas tribus de nómadas cazadores y recolectores la utilizaron como alimento, así como para extraer líquido de su penca, el cual les fue indispensable para poder transitar en las regiones áridas, en especial del territorio chihuahuense.  

Aunque se ha sugerido que en la Cueva de las Monas se representa en pintura rupestre una planta de Sotol. Dentro de la investigación de los arqueólogos Arturo Guevara Sánchez y Francisco Mendiola Galván, hace referencia a la supuesta planta de Sotol, como una representación de época S. XVII., cuyo significado, una hierba, es una “posible representación de una planta de importancia alimenticia, representada en el sitio para facilitar su hallazgo y apropiación”. Dicha representación fue realizada por la tribu de los Conchos.   

El historiador de Chihuahuense, Jesús Vargas, en su texto, “El sotol chihuahuense, la increíble historia de una torpeza sin fin”, expresa que, “Los pueblos mesoamericanos habitantes del desierto, en algún momento indefinido o perdido en la historia aprendieron que cuando se asaban las plantas del sotol y se les dejaba varios días reposando, se producía un jugo de sabor dulce y embriagador” …  

Otro de los vestigios arqueológicos, que dan registro a la utilización de la planta de Sotol, es en Paquimé, lugar en donde la tribu se la ingenió y fabricó tipo estufas con hoyos, para dar cocción a la penca o cabeza de sotol.    

Para el periodo del porfiriato, el Sotol en el estado de Chihuahua, era el vino del pueblo, un destilado considerado corriente y de bajo costo, mientras que las familias de alta clase o de la burguesía, acostumbraban los vinos nacionales de calidad o internacionales.  

Jesús Vargas, rescata un dato duro muy valioso el cual hace referencia a destiladoras, expresando que,  “en las estadísticas publicadas por José María Ponce de León en 1907, aparece el dato de que, en 1905, cuando la población del estado (Chihuahua) era de 325 mil habitantes y la de la ciudad de Chihuahua de 30 mil, estaban registradas 32 vinatas de mezcal, sotol o lechuguilla en todo el estado; en estas vinatas se destilaban 172,752 litros anuales, que representaban un ingreso de 41,400 pesos, un poco más de lo que se obtenía con el producto de todas las curtidurías en el estado. Estas estadísticas no incluían las vinatas pequeñas de los ranchos ni de las haciendas más apartadas” …   

Años después, refiere el historiador Jesús Vargas, en el boletín estadístico del estado de Chihuahua, publicado por Manuel Aguilar Sáenz en 1927, aparece la información de la producción general de sotol. De los sesenta y seis municipios sólo se registra producción en veinte, de los cuales se informa la producción en litros de la mitad, con una cantidad total de 90 mil litros, y de los otros diez municipios sólo se informa el número de vinatas, que suman veintiuno en total. Los principales municipios productores eran: Madera, con 35 mil litros; Chínipas, 22 mil litros; Jiménez, 17 mil litros; y Moris, 12 mil litros. Por número de vinatas, las más importantes son: Aldama, con seis vinatas; Guadalupe, con cuatro vinatas; y Julimes, con cuatro vinatas. Curiosamente, de Coyame se escribe que es el principal productor de sotol, pero no aparece ni la cantidad en litros ni el número de vinatas.  

Después de esta breve narración del Sotol, la historia de la planta y el destilado obtenido de la misma, se transporta hasta la prohibición del alcohol en México, en donde para la siguiente entrega hablaremos de como el Sotol, casi desaparece por completo del mercado de Chihuahua. 

Fotografía: Historias / Gorki Rodríguez.

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