En las vastas extensiones desérticas de Jiménez, Chihuahua, se esconde un tesoro natural y cultural: el Dasylirion, un género de planta perteneciente a la familia Asparagaceae, anteriormente clasificada en Ruscaceae.
HISTORIASMX. – Popularmente conocida como sotol, esta planta ha sido parte esencial de la vida en esta región durante siglos, desempeñando un papel crucial en la elaboración de licor, la medicina tradicional y la producción de tejidos.
Características fascinantes:
El Dasylirion se presenta con una apariencia que evoca la majestuosidad de una palma. Sus raíces, con una propagación horizontal de 2 a 8 milímetros de diámetro, anclan firmemente la planta en el suelo de estas tierras áridas. Los tallos, cortos o alargados, a menudo presentan troncos elevados o recostados. Pero es en sus hojas donde reside la verdadera belleza: persistentes y numerosas, forman rosetas extendidas, con forma de cuchillas largas lineales, fibrosas y a veces ceroso-glaucosas.
Cuna de variedades:
Dentro del género Dasylirion, se han identificado 22 especies, siendo tres de ellas especialmente abundantes en esta región árida y montañosa que abarca desde Arizona y Nevada hasta Chihuahua y Texas. Estas plantas, típicas de terrenos áridos y montañosos, han sido una fuente vital de alimento para las comunidades indígenas locales.
Usos tradicionales y culturales:
El Dasylirion, además de su impacto en la biodiversidad local, ha dejado una huella significativa en la cultura y las tradiciones de Jiménez. Los indígenas han aprovechado sus bulbos como fuente alimentaria, asándolos en rocas, rayándolos y herviéndolos en ollas, incluso machacándolos y aglutinándolos en pasteles. Sin embargo, uno de los aspectos más distintivos de esta planta es su contribución a la creación de una bebida alcohólica única y legendaria conocida como «sotol».
A diferencia del tequila y el mezcal, el sotol no se destila a partir de la fermentación de agave, sino de los bulbos de Dasylirion. Este licor, considerado la bebida alcohólica tradicional de Chihuahua, lleva consigo siglos de historia y tradición destilados en cada gota.
Tejiendo historias con sus hojas:
Además de su importancia alimentaria y espiritual, las hojas del Dasylirion se han convertido en un recurso valioso para la artesanía local. Comúnmente utilizadas para tejer canastos, estas fibras naturales llevan consigo la destreza y la creatividad de las comunidades que han aprendido a trabajar con la abundancia de la naturaleza que las rodea.
En Jiménez, Chihuahua, el Dasylirion no es simplemente una planta; es un vínculo con el pasado, un regalo de la naturaleza que sigue nutriendo y sosteniendo a las comunidades locales, mientras preserva su rica herencia cultural. Este tesoro del desierto, con su capacidad para brindar alimento, sustento y una bebida emblemática, se erige como un testimonio vivo de la estrecha relación entre la naturaleza y la vida cotidiana en esta región única de México.
Fotografía: Gorki Rodríguez / HISTORIASMX.