Según expertos, este fenómeno se genera por la presencia de nubes de tipo cirrostratus y cirrostratus nebulosus, formadas por minúsculos cristales de hielo en suspensión a altitudes entre 5 y 13 kilómetros.
HISTORIASMX. – En un asombroso espectáculo celestial, los cielos sobre Jiménez, Chihuahua, se vistieron de colores y luz con la aparición de un majestuoso halo solar. Un fenómeno óptico atmosférico, también conocido como aro iris o antelia, cautivó a los residentes locales.
El halo solar se manifestó en forma de un aro, círculo o anillo coloreado y luminoso, con el Sol resplandeciendo en el centro. Las características únicas de este fenómeno dejaron a los observadores maravillados: el interior del halo exhibía un rojo tenue, transicionando a naranja y amarillo hacia el exterior, culminando con un borde externo en un sereno blanquiazul, y en ocasiones, mostrando matices violetas.
El diámetro del halo solar, con 22 grados de radio, se mantuvo constante, independientemente de su posición en el cielo. En algunos momentos, los afortunados espectadores también pudieron distinguir un segundo halo solar mayor, de 46 grados de radio, menos brillante pero igualmente impresionante.
Acompañando al halo solar, se hicieron presentes los parhelios, también conocidos como «falsos soles». Estos dos puntos luminosos, uno a la izquierda y otro a la derecha del Sol, agregaron un toque adicional de espectacularidad al fenómeno, mostrando intensos colores rojos en su parte interior y azules o blanquecinos en la zona exterior.
El evento atmosférico no solo se convirtió en una atracción visual, sino que también despertó la curiosidad de la comunidad sobre por qué se produce un halo solar.
Según expertos, este fenómeno se genera por la presencia de nubes de tipo cirrostratus y cirrostratus nebulosus, formadas por minúsculos cristales de hielo en suspensión a altitudes entre 5 y 13 kilómetros.
Cuando los rayos solares inciden sobre estos diminutos cristales de hielo, se refractan, desviando su trayectoria y separándose en los colores del espectro, creando así el sorprendente halo solar. La distribución y orientación de estos cristales determinan la intensidad del halo.
El evento atmosférico no solo brindó una experiencia visual única, sino que también dejó en claro la importancia de disfrutarlo con precaución. Se instó a los espectadores a proteger sus ojos mediante la utilización de gafas de sol o al tapar el Sol con el contorno de un árbol, edificio o con las propias manos.
El halo solar sobre Jiménez, Chihuahua, se erigió como un regalo inesperado de la naturaleza, iluminando los cielos y brindando a la comunidad una experiencia celestial que quedará grabada en la memoria de todos los que tuvieron la suerte de presenciarlo.
Fotografía: HISTORIASMX / Gorki Rodríguez.