Dentro del territorio del municipio de Jiménez, cuya extensión territorial es de 10 mil 790 kilómetros cuadrados, y forma parte de los increíbles desiertos del Bolsón de Mapimí y Chihuahuense, habita toda una gran variedad de cactáceas únicas y sorprendentes.
HISTORIASMX. – Jiménez, al ser parte de los dos grandes desiertos, el Chihuahuense y el Bolsón de Mapimí, posee una riqueza natural única, con una gran variedad de plantas y animales, algunos de los cuales habitan microclimas muy específicos como lo es Sierra el Diablo.
Entre la flora, las cactáceas son fundamentales, ya que Jiménez, posee gran variedad de estos especímenes de los cuales te contaremos a continuación.
El cardenche: un cactus robusto, grande y de madera única.
En los vastos paisajes de México, emerge como una joya natural el «Cylindropuntia imbricata», más conocido como cardenche, entraña, o cardón. Este arbusto arbolado perteneciente a la familia Cactaceae no solo encanta con su presencia, sino que también despierta admiración por su importancia ecológica.
Originario de Norteamérica, específicamente de regiones como Nuevo México, Coahuila, Utah y Kansas, el cardenche es un tesoro verde que ha capturado la atención de expertos y amantes de la flora. Su presencia es particularmente destacada en el sur del desierto de Chihuahua, donde se encuentra en densidades sorprendentes de hasta 35 individuos por hectárea.
Este arbusto arbolado presenta un tallo cilíndrico carnoso armado con espinas blanco parduscas de unos 25 mm de longitud. Sus segmentos ramificados, tubérculos prominentes y flores de tonos rosa o rojo lo convierten en una especie visualmente cautivadora. Además, su capacidad para alcanzar hasta 3 metros de altura le confiere una presencia imponente en su hábitat.
El cardenche ha desempeñado un papel crucial en la ecología de la región, y aunque es común, su conservación se ha convertido en una prioridad. Actualmente, está protegido del Comercio Internacional por la convención CITES (Apéndice II), destacando su importancia a nivel global.
Etimología y sinonimia: tesoro de nombres y significados
El nombre genérico «Cylindropuntia» revela su característica cilíndrica y su similitud con el género Opuntia. El epíteto latino «imbricata» significa «superpuesta» en referencia a la disposición de sus segmentos ramificados.
Además, el cardenche es conocido por una multitud de nombres en diferentes regiones, desde «Joconostli» hasta «Xoconostle» en náhuatl, reflejando la riqueza cultural asociada con esta planta.
Aunque actualmente se encuentra en la categoría de protección menor según SEMARNAT, su estatus de protección internacional destaca la necesidad de preservar este tesoro natural para las generaciones futuras.
Conoce, protege y preserva.
El cardenche, con su belleza única y su importancia ecológica, representa la riqueza de la biodiversidad mexicana. Descubrir y aprender sobre esta especie es un paso crucial para su conservación. La protección de este arbusto arbolado no solo salvaguarda un componente vital de los ecosistemas locales, sino que también contribuye a la preservación de la diversidad biológica a nivel mundial.
Celebremos y cuidemos del cardenche, un símbolo natural arraigado en la tierra mexicana y en el corazón de quienes valoran la belleza y la importancia de la flora autóctona.
Huevos de Toro: Echinocereus pectinatus el cactus emblemático de Chihuahua y Sonora.
En las áridas y fascinantes tierras de Chihuahua y Sonora, México, florece la espectacular «Echinocereus pectinatus», una planta cactácea que deslumbra con su exquisita belleza y características únicas. Esta especie, endémica de la región, ha capturado la atención de amantes de la botánica y curiosos por igual.
Conocida comúnmente como «peine de espinas», la Echinocereus pectinatus se erige en forma esférica o cilíndrica, destacando individualmente con dimensiones que oscilan entre 8 y 35 cm de largo y 3 a 13 cm de diámetro. Su cuerpo presenta un patrón intrincado de espinas, formando zonas blancas y rosadas que la convierten en un verdadero espectáculo visual.
Las 12 a 23 costillas de esta cactácea alojan entre 12 y 30 espinas radiales dispuestas en forma de peine en dos lados, ligeramente curvadas y de 5 a 15 mm de longitud, ofreciendo un contraste de colores que va desde el blanco hasta el rosa. Las 1-5 espinas centrales, en tonalidades que van del rosa al marrón, añaden un toque único a esta maravilla natural.
Durante su floración, la Echinocereus pectinatus presenta flores en forma de embudo, de 5 a 15 cm de diámetro y un cautivador tono rosa oscuro. Estas flores emergen en el lateral del tronco, creando un espectáculo de colores en medio del árido paisaje. Los tubos florales, tomentosos y enmarcados por espinas blancas, añaden un toque distintivo a esta planta.
Los frutos de la Echinocereus pectinatus son otra joya en sí mismos: morados, carnosos, con forma elíptica y espinosos, contribuyen a la singularidad de esta especie.
Etimología y variedades: un vistazo a su historia botánica
El nombre genérico «Echinocereus» se deriva del griego antiguo «equinos» (erizo) y del latín «cereus» (vela, cirio), haciendo referencia a sus tallos columnares erizados.
El epíteto latino «pectinatus» significa «como un peine», un nombre apropiado para una especie que luce como una obra maestra de la naturaleza.
La variedad aceptada «Echinocereus pectinatus var. wenigeri» agrega diversidad a esta fascinante especie, mientras que la sinonimia revela la rica historia taxonómica de la planta.
Protegiendo un tesoro natural.
A pesar de su belleza y prevalencia local, la conservación de la Echinocereus pectinatus es esencial. Esta cactácea, con su encanto único y adaptaciones excepcionales al entorno desértico, nos recuerda la importancia de preservar la diversidad biológica en nuestro planeta.
Explora la riqueza de la flora mexicana y descubre la asombrosa Echinocereus pectinatus, una joya natural que destaca en la vastedad del desierto y nos inspira a proteger y apreciar la biodiversidad que nos rodea.
Biznaga Tonel Mancacaballo: tesoro endémico del desierto Chihuahuense.
En los áridos paisajes del desierto chihuahuense, una maravilla de la naturaleza se alza con singular esplendor: la biznaga tonel mancacaballo, científicamente conocida como Echinocactus texensis. Esta suculenta, miembro distinguido de la familia Cactaceae, es un testimonio viviente de la biodiversidad que adorna nuestros desiertos.
Su nombre, derivado del griego «echinos» que significa puercoespín o erizo, y «kaktos», en referencia a una planta espinosa de la antigua Grecia, encapsula la esencia espinosa y única de esta cactácea. Originaria del estado de Texas en Estados Unidos, la Echinocactus texensis se erige solitaria con un tallo circular aplanado que puede alcanzar hasta 30 cm, marcado por costillas prominentes que oscilan entre 13 y 27.
Las espinas de esta especie son verdaderamente notables: duras y rígidas, con una única espina central y entre 5 y 7 espinas radiales. Este diseño espinoso es una adaptación asombrosa que le permite prosperar en los desafiantes entornos desérticos.
La belleza de la Echinocactus texensis alcanza su máximo esplendor cuando florece. Sus flores, que nacen en el ápice de la planta, se visten en tonos de rosa o magenta, añadiendo un toque de color a los tonos tierra que dominan su hábitat natural.
Este tesoro botánico es endémico de los desiertos chihuahuenses, encontrando su hogar en los estados de Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, México. También se extiende a Nuevo México y Texas en los Estados Unidos. Su presencia se manifiesta en diversas formaciones vegetativas, desde mezquites hasta matorrales desérticos, demostrando su capacidad para adaptarse a entornos variados.
Aunque la Echinocactus texensis no está categorizada en la NOM059 de México, se encuentra en la preocupación menor (Least Concern = LC) según la lista roja de la IUCN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza). Además, su importancia se destaca en el ámbito internacional, ya que está ubicada en el Apéndice II de CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres).
La biznaga tonel mancacaballo no solo representa la belleza y resistencia de la flora desértica, sino también la necesidad de preservar y proteger estas especies endémicas. Su presencia en CITES destaca la importancia de regular y salvaguardar estas maravillas naturales para las generaciones futuras. Explore la riqueza del desierto chihuahuense y maravíllese con la espléndida Echinocactus texensis.
Explora la maravillosa Opuntia gosseliniana: el Nopal Morado de la Zona del Silencio.
Adentrándonos en los tesoros de la flora cactácea, descubrimos la fascinante Opuntia gosseliniana F.A.C.Weber, una especie fanerógama que despliega su esplendor en los paisajes norteamericanos de México y Arizona.
Esta cactácea, con su crecimiento arbustivo y ramificado, nos cautiva con su belleza única y su presencia imponente.
Características distintivas.
La Opuntia gosseliniana presenta un crecimiento arbustivo que forma grupos compactos, alcanzando alturas de hasta 1 metro. Sus tallos, delgados y de un atractivo color púrpura rojizo, adoptan la forma de placas que pueden extenderse hasta los 20 cm de largo y ancho. Las areolas, distantes entre sí por 2 a 2.5 centímetros, son puntos de interés donde se encuentran numerosos gloquidios, pequeñas estructuras de color café que añaden un toque peculiar a la planta.
Las espinas de la Opuntia gosseliniana son igualmente notables. Con una o dos espinas, aunque a veces pueden estar ausentes, estas son flexibles y a menudo dobladas, exhibiendo tonos que van desde el óxido rojo hasta el amarillo o marrón, y alcanzan longitudes de 4 a 10 cm.
La Opuntia gosseliniana se viste de gala cuando florece. Sus flores amarillas, con un diámetro impresionante de hasta 7.5 cm, añaden un toque de vitalidad al paisaje desértico. Los frutos, con forma de huevos y desprovistos de espinas, están repletos de numerosos gloquidios, creando una apariencia única y llamativa.
Un homenaje botánico.
El nombre Opuntia, derivado del griego usado por Plinio el Viejo, tiene sus raíces alrededor de la ciudad de Opus en Grecia. El epíteto «gosseliniana» rinde homenaje al destacado botánico francés Robert Roland-Gosselin (1854–1925), añadiendo un toque de historia y reconocimiento a esta especie.
Ubicación y reconocimiento internacional.
Nativa de Norteamérica, la Opuntia gosseliniana ha encontrado su hogar en México y Arizona. Su presencia, no solo en la naturaleza sino también en el ámbito internacional, es resaltada por su inclusión en la categoría de protección en CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres).
La Opuntia gosseliniana no solo es una maravilla cactácea en términos de forma y color, sino que también representa la diversidad botánica que debemos apreciar y preservar. Sumérgete en la majestuosidad de la Opuntia gosseliniana y déjate cautivar por su encanto único en el reino de las cactáceas.
Entre las especies de cactáceas mencionadas, el Nopal Morado, es quizá una de los más representativos del Bolsón, por su color que puede llegar desde rojizos intensos, violetas y rosas violeta.
Recientemente, la flora y fauna está siendo amenazada por el supuesto “turismo ecológico” el cual no se encuentra basado en un plan estratégico de conservación y concientización de no sustracción de especímenes y respeto al entorno y medio ambiente.
Por: Gorki Belisario Rodríguez Ávila.
Fotografía: HISTORIASMX / Gorki Rodríguez.