Estos fósiles incluyen una gran cantidad de frutos fósiles con semillas «in situ», impresiones de hojas y animales que habitaron estas antiguas costas.
Historiasmx. – En las playas del Cretácico, en el estado de Coahuila, México, se han descubierto una serie de fósiles que brindan una ventana única hacia el pasado, revelando un ecosistema diverso y sorprendente que existió hace 70 millones de años.
Estos fósiles incluyen una gran cantidad de frutos fósiles con semillas «in situ», impresiones de hojas y animales que habitaron estas antiguas costas.
El Dr. Sergio Cevallos-Ferriz, un paleobotánico dedicado a la investigación de estos fósiles, señaló que los frutos fósiles recolectados representan varios géneros y especies nuevas de Angiospermas, un grupo de plantas con flores.
Entre estos frutos, se identificaron tres tipos relacionados con el Orden Zingiberiales y las familias Musaceae y Araceae, así como otros similares a las Pandanacea y Moraceae. Los frutos varían en su anatomía, incluyendo bayas, drupas, cápsulas indehiscentes y posiblemente un cono. Algunos de estos frutos eran múltiples, lo que sugiere diferentes interacciones entre organismos en la antigua paleocomunidad.
El ecosistema de las playas del Cretácico no solo estaba compuesto por plantas, sino también por una variedad de animales. Los fósiles encontrados representan distintos filos, incluyendo invertebrados y vertebrados, tanto marinos como de agua dulce y salobre. Estos fósiles forman un mosaico de géneros y especies únicos en el mundo, que proporcionan valiosa información sobre la vida en esa época remota.
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Entre los animales fósiles descubiertos se encuentran representantes de diversos grupos, como los Celenterados, que incluyen corales, anémonas y medusas. Los corales, en particular, ofrecen pistas sobre los antiguos ambientes tropicales y subtropicales de las costas del Cretácico. Además, se han encontrado fósiles de moluscos, como bivalvos y cefalópodos, los cuales varían en forma y adaptaciones a diferentes hábitats marinos.
Los fósiles de equinodermos, que incluyen erizos de mar, crinoides y estrellas de mar, también proporcionan una visión única de la diversidad marina en ese período. Los erizos de mar, por ejemplo, eran capaces de moverse y triturar alimentos con mandíbulas. La variedad de estos fósiles en Coahuila ayuda a entender cómo eran los mares de la época y cómo interactuaban las diferentes especies en este ecosistema antiguo.
El hallazgo de estos fósiles en las playas del Cretácico de Coahuila es de gran relevancia científica, ya que permite a los investigadores reconstruir los ambientes y las comunidades biológicas de una época pasada. Esta ventana al pasado nos ayuda a comprender la evolución de la vida en la Tierra y cómo los ecosistemas han cambiado a lo largo de millones de años.
Por: Gorki Belisario Rodríguez Ávila.
Fotografía: José Flores Ventura / Historiasmx.