Rodeado de plantas de Sotol, silvestre, el 23 de diciembre, las tantas características vistas en los libros, web, fotos, videos y hasta en pláticas, comenzaron a tomar forma en aquel momento en la Sierra del Diablo.  

Jiménez Chihuahua (Historias). – Rodeado entre plantas de Sotol, silvestre, en la Sierra del Diablo, las características de esa planta maravillosa comenzaron a tomar forma ante nuestros sentidos, en aquella mañana congelante del viernes 23 de diciembre del 2022, el último día en tan majestuosos lugar del municipio de Jiménez, Chihuahua, en compañía de José y Polo. 

La planta de Sotol tiene como hábitat el gran desierto Chihuahuense, el más grande de América del Norte, con una extensión territorial de 630 mil kilómetros cuadrados y comprende los sistemas montañosos más grandes de México: Sierra Madre Oriental y Occidental, así como los estados de Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Durango, Zacatecas y San Luis Potosí. 

Asimismo, este desierto donde se encuentra la planta del Sotol traspasa la frontera de México con los Estados Unidos de Norteamérica, abarcando los territorios de Arizona, Nuevo México y Texas, último estado en donde se tiene registro de la elaboración de Sotol, pese a tener denominación de origen en los estados del Bolsón de Mapimí: Chihuahua, Durango y Coahuila. 

En los lomeríos, falderos y terrenos drenados es donde la planta de Sotol crece, en grandes familias o como especímenes aislados. Actualmente, las franjas de planta de Sotol han disminuido drásticamente su población silvestre, en los estados antes mencionados a consecuencia de la sobreexplotación ilegal de la planta, utilizada para la elaboración del destilado.  

La planta tiene el aspecto parecido al de una palma y puede tardar en crecer hasta más de 40 años en estado silvestre, expuesta a las condiciones climáticas extremas del Desierto Chihuahuense. 

El Sotol, al ser una planta perenne, tiene unas raíces de propagación horizontal, de unos 2 a 8 milímetros de diámetro y con tallos cortos o alargados con tronco elevado o recostado. 

Las hojas que son uno de los principales distintivos del Sotol, crecen desde la base de la planta, alargadas, abundantes y de un largo de hasta más de un metro, por un ancho de hasta 3 centímetros, con espinas a los costados de las hojas, en forma de dientes de serrucho.  

Dependiendo de la especie del Sotol, será el color de las hojas, ya que estas pueden ser desde un verde intenso, hasta un verde, azulado grisáceo, como cenizas.  

El Sotol silvestre, siempre tendrá una ventaja sobre el de vivero, ya que el frío, calor, viento, tiempos de seca y abundancia de agua, por lo que atraviesa a lo largo de su crecimiento, forma parte del sabor y carácter del destilado. 

A comparación del Sotol de vivero, este crece bajo un ambiente controlado, con minerales suministrados, químicos contra plagas y sin estrés hídrico, que merma en la calidad del sabor, ya que no forja su carácter como el silvestre. 

Está última forma descrita anteriormente, es la opción para la producción de Sotol en masa, ante un mercado que demanda, día con día, más del destilado. Situación que resulta benéfica para quitar estrés al Sotol silvestre y conservar las pocas poblaciones que quedan en los estados del Bolsón.  

Pese a que el frío era intenso, en el último día de estancia en la Sierra del Diablo, durante el trayecto de regreso a la troca, estacionada en un faldero de la Sierra, algunas plantas de Sotol se encontraban en plena etapa de floración, algunas con flores rojizas, quizá por la variedad de la planta. 

El lugar donde comienza la franja del Sotol se encuentra entre lomas de baja altitud y la Sierra del Diablo, dando origen a un clima templado, quizá lo que favorecía a la floración de algunas plantas de sotol y palmas filiferas en pleno invierno. 

Arriba de la troca, el recorrido entre plantas de Sotol terminó, y se emprendió de nueva cuenta el viaje de vuelta al rancho, teniendo de vista la gran Sierra del Almagre, división entre el estado de Chihuahua y Coahuila… Tercera parte.

Por: Gorki Belisario Rodríguez Ávila.

Fotografía: Historias / Gorki Rodríguez.

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