Fotografía: Gorki Rodríguez / HISTORIASMX.

El Bolsón de Mapimí ha estado habitado desde tiempos prehispánicos, pero fue durante la Colonia que comenzó a adquirir mayor relevancia.

HISTORIASMX. – El Bolsón de Mapimí es una vasta región que abarca partes de los estados de Durango, Chihuahua y Coahuila, en el norte de México. Esta zona es reconocida por su ecosistema árido, dominado por cuencas endorreicas y numerosas sierras. La región ha sido testigo de importantes transformaciones, desde los tiempos de la Colonia, cuando fue explorada y explotada por sus recursos naturales, hasta el presente, en que la Reserva de la Biosfera de Mapimí se erige como un ejemplo de conservación y uso sostenible de los recursos.

Fotografía: Gorki Rodríguez / HISTORIASMX.

Con una extensión aproximada de 114,000 km², el Bolsón de Mapimí representa la mitad del Gran Desierto de Chihuahua, una de las regiones áridas más grandes de América del Norte. Esta zona es conocida por su baja pluviometría, con precipitaciones anuales que no superan los 300 mm en el noroeste y 200 mm en el sureste, y un régimen climático extremo que genera temperaturas que pueden alcanzar los 44°C durante el verano. Sin embargo, a pesar de su aridez, el Bolsón de Mapimí ha sido el hogar de diversas actividades humanas, desde la minería hasta la ganadería extensiva, que han moldeado su paisaje y sus dinámicas sociales.

Historia: Colonización y Conflictos.

El Bolsón de Mapimí ha estado habitado desde tiempos prehispánicos, pero fue durante la Colonia que comenzó a adquirir mayor relevancia. Las grandes haciendas ganaderas surgieron en su periferia, principalmente dedicadas al suministro de carne y animales de carga para los centros mineros de la región, como Saltillo y Mapimí. En el siglo XVII, estas tierras eran frecuentemente atacadas por grupos indígenas como los tobosos y, más tarde, por los apaches y comanches, que realizaban incursiones desde el corazón del Bolsón.

La inseguridad reinante en la región, debido a estos ataques, impedía la colonización plena del Bolsón. No fue sino hasta la captura del jefe apache Jerónimo en 1880 que se empezó a explorar y delimitar las tierras. Bajo las Leyes de Deslinde promovidas por Porfirio Díaz, grandes extensiones de tierra fueron apropiadas por compañías deslindadoras, lo que resultó en la creación de nuevos latifundios. Entre los grandes terratenientes de la época destacan figuras como Francisco Sada y Evaristo Madero, padre de Francisco I. Madero, quienes llegaron a poseer cientos de miles de hectáreas en el Bolsón.

Transformación: De Haciendas a Ejidos.

La Revolución Mexicana y las políticas agrarias de Lázaro Cárdenas llevaron al desmantelamiento gradual de estas grandes haciendas. En su lugar, surgieron ejidos ganaderos y pequeños ranchos. Estos ejidos, algunos de hasta 24,000 hectáreas, se dedicaron principalmente a la ganadería extensiva, aprovechando los recursos limitados de agua y pasto que ofrecía la región.

La ganadería extensiva, que hoy predomina en el Bolsón de Mapimí, depende en gran medida de la capacidad de los agostaderos para sostener al ganado. Esta capacidad varía según las condiciones locales, como las lluvias y la topografía. Las estimaciones de la COTECOCA sugieren que, en las mejores condiciones, se requieren entre 14.8 y 32.7 hectáreas por cada cabeza de ganado. Sin embargo, el sobrepastoreo y la degradación del suelo han sido problemas recurrentes, especialmente en zonas donde la vegetación ha sido desplazada por especies no aptas para el pastoreo, como la Larrea tridentata (gobernadora).

Conservación: La Reserva de la Biosfera de Mapimí.

En medio de la explotación ganadera y minera, la creación de la Reserva de la Biosfera de Mapimí en la década de 1970 marcó un hito en la historia de la región. Esta reserva, que abarca unas 170,000 hectáreas, se ha convertido en un laboratorio natural para el estudio y la conservación de los ecosistemas áridos. Dentro de la reserva, se han establecido medidas para proteger la flora y fauna endémica, así como para rehabilitar áreas afectadas por el sobrepastoreo y la erosión.

La vegetación en el Bolsón de Mapimí está dominada por el matorral xerófilo, con especies como el mezquite (Prosopis glandulosa) y diversas cactáceas, que proporcionan forraje para los herbívoros. También se encuentran plantas como el agave lechuguilla, cuyas inflorescencias son consumidas por el ganado bronco durante las épocas de sequía extrema.

El Desafío del Ganado Bronco.

Un fenómeno interesante en el Bolsón de Mapimí es la presencia de ganado bronco, animales que, habiendo sido domesticados, han retornado a un estado semi-salvaje. Este ganado se adapta mejor a las duras condiciones del desierto, sobreviviendo con escasos recursos y evitando el contacto humano. El ganado bronco se desplaza largas distancias en busca de agua y alimento, y su captura para el mercado local es un proceso complicado que puede durar días.

Este tipo de ganadería, que recuerda a prácticas más propias del México del siglo XIX, sigue siendo una fuente de ingresos para algunos rancheros, aunque no es viable para la exportación. Sin embargo, el ganado bronco demuestra una capacidad de adaptación impresionante, sobreviviendo en condiciones en las que el ganado doméstico sufre grandes pérdidas.

Conclusión: Un Futuro de Oportunidades y Retos.

El Bolsón de Mapimí es un reflejo de la resiliencia tanto de la naturaleza como de las comunidades humanas que lo habitan. A pesar de los desafíos ambientales y económicos, la región sigue siendo un espacio vital para la ganadería extensiva, la conservación ecológica y el estudio científico. La Reserva de la Biosfera ofrece una ventana de esperanza para la recuperación de ecosistemas dañados, mientras que la historia del Bolsón continúa inspirando a quienes buscan un equilibrio entre el desarrollo humano y la protección ambiental.

En este vasto y árido territorio, el Bolsón de Mapimí sigue siendo una tierra de contrastes, donde la historia, la naturaleza y la humanidad se entrelazan en una lucha constante por la supervivencia.

Por: Gorki Belisario Rodríguez Ávila.

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