Esta especie de la familia Cactaceae, cuyo crecimiento es extremadamente lento, es una verdadera maravilla botánica.
HISTORIASMX. – En los áridos paisajes a lo largo del río Bravo, hasta las áridas llanuras del norte de Coahuila, México, y más allá, existe un tesoro de la naturaleza que crece lentamente pero de manera impresionante: el Ariocarpus Fissuratus, más comúnmente conocido como biznaga o peyotillo.
Esta especie de la familia Cactaceae, cuyo crecimiento es extremadamente lento, es una verdadera maravilla botánica. Sus plantas, que alcanzan entre 5 y 15 centímetros de diámetro, emergen del suelo en tonos grises verdosos, adquiriendo un matiz amarillento con el paso del tiempo. Sus tubérculos laterales divergentes, chatos y ligeramente convexos, junto con sus hendiduras características, le confieren una apariencia única y fascinante.
Aunque sus frutos rara vez son visibles debido a la densa lana central que los oculta, el Ariocarpus Fissuratus es un espectáculo para la vista con sus delicadas flores y su estructura intrincada.
Este cactus, de crecimiento extremadamente lento, se reproduce a través de semillas, lo que lo convierte en una joya preciosa y valiosa para los coleccionistas de plantas.
Pero su importancia va más allá de su belleza. Para los Tarahumara, esta planta es de gran importancia en ceremonias religiosas debido a los cuatro alcaloides que contiene, otorgándole un significado espiritual profundo. En las tierras donde crece, también es conocido como «Sunami» y se le atribuyen propiedades sagradas.
Sin embargo, con su crecimiento lento y su hábitat vulnerable, es esencial proteger y preservar esta especie única. En un mundo donde la velocidad a menudo parece ser la norma, el Ariocarpus Fissuratus nos recuerda la belleza y la importancia de la paciencia y la naturaleza en su propio tiempo.
Así que la próxima vez que se aventuren por las áridas tierras de México y el sur de Texas, mantengan los ojos abiertos y busquen esta joya del desierto. Quién sabe, podrían encontrarse cara a cara con una de las maravillas más singulares y preciosas de la naturaleza.
Fotografía: Archivo.