Al caer la tarde en el desierto del municipio de Jiménez, el cual pertenece al gran desierto Chihuahuense y Bolsón de Mpaimí, el Pecarí, una de las tantas especies de fauna que habitan este municipio sale a recorrer las llanuras en busca de alimento.  

HISTORIASMX. – En el gran desierto del municipio de Jiménez, Chihuahua, el cual forma parte de los dos grandes e increíbles desiertos, Chihuahuense y el Bolsón de Mapimí, es hogar de innumerables especies de flora y fauna, algunas de las cuales son únicas, como la fauna acuática del Ojo de Dolores.  

Una de estas especies es el Pecarí o comúnmente conocido como Jabalí, un cerdo salvaje que habita a lo largo y ancho del desierto Jimenense. Esta especie, es considera como invasora o de ser una plaga, ya que su rápida reproducción, aumenta de manera a significativa su población.  

Semejanza engañosa: Diferenciando a los Pecaríes de sus contrapartes del viejo mundo. 

La confusión entre pecaríes y especies porcinas del Viejo Mundo persiste, a menudo atribuida al parecido superficial con el jabalí y el cerdo. Sin embargo, una característica distintiva esencial es la ausencia de colmillos que sobresalen de la boca en los pecaríes.

A diferencia de los jabalíes, estos mamíferos americanos cuentan con colmillos cortos y rectos, adaptados para triturar semillas y arrancar raíces del suelo. 

Dimensiones y comportamiento: La vida nocturna de los Pecaríes. 

Los pecaríes se presentan como animales de tamaño mediano, generalmente midiendo entre 90 y 130 cm de largo, con un peso que oscila entre 14 y 40 kg en la adultez. Su estilo de vida es predominantemente nocturno, siendo animales sociales que forman rebaños, alcanzando hasta cien individuos en algunos casos, como los pecaríes barbiblancos. 

El dimorfismo sexual es evidente en la mayoría de las especies, con los machos destacando por su mayor tamaño y robustez. Estas criaturas omnívoras se deleitan con una dieta que abarca pastos, frutos, raíces, semillas, insectos, arañas, reptiles e incluso pequeños roedores. 

Herramientas de defensa y comunicación únicas. 

Los pecaríes no solo se destacan por su adaptabilidad alimentaria, sino también por sus habilidades defensivas y de comunicación. Los colmillos, además de su función alimentaria, sirven como armas de defensa y herramientas de comunicación. Frotando los colmillos entre sí, emiten un ruido chirriante que disuade a los depredadores de acercarse. 

Las glándulas odoríferas en su lomo y bajo cada ojo son clave para marcar territorios y miembros del rebaño. Los pecaríes utilizan este líquido característico para impregnar a todo el grupo con un olor penetrante que facilita el reconocimiento entre individuos, compensando su visión limitada. 

Retos de supervivencia: Caza indiscriminada y pérdida de hábitat. 

A pesar de su resistencia, los pecaríes enfrentan amenazas significativas, siendo la caza indiscriminada y la destrucción de su hábitat las principales causas de su desaparición en gran parte del continente americano.

Su tendencia a formar grandes rebaños hace que sean presas más fáciles, un desafío que la humanidad debe abordar para preservar la diversidad de la fauna. 

Variedad de especies: Explorando la biodiversidad de los Pecaríes 

Entre las diversas especies de pecaríes, destacan algunas por sus características únicas: 

Pecarí de Collar (Pecari tajacu): Conocido por su mancha blanca en la base del cuello, este pecarí se extiende desde el suroeste de los Estados Unidos hasta Suramérica. A menudo llamado «cerdo almizclero», convive en grupos de ocho a quince animales y se defiende cuando se siente amenazado. 

Pecarí Labiado (Tayassu pecari): Habitante de bosques lluviosos de Centroamérica y Suramérica, este pecarí se caracteriza por una mancha clara alrededor de la boca. Su preferencia por ambientes perhúmedos lo distingue entre las demás especies. 

Pecarí Orejudo (Catagonus wagneri): Esta especie, residente de los bosques secos del Chaco, destaca por sus orejas y hocico más grandes en comparación con otras especies. Es la segunda especie de mayores dimensiones y se encuentra en peligro de extinción. 

Pecarí Gigante (Pecari maximus): Descubierto en 2007 en la Amazonia brasileña, esta especie alcanza tamaños impresionantes, midiendo hasta 130 cm de largo y pesando hasta 40 kg. Aunque su validez está en debate, este pecarí forma grupos más pequeños y vive en parejas. 

El Misterio de los Tayasuidos: Un legado de adaptación y sobrevivencia. 

Con una historia que se remonta a millones de años, los tayasuidos han dejado su huella en la historia evolutiva de América. Desde sus hábitos nocturnos y sociales hasta su dieta versátil y métodos de comunicación únicos, estos mamíferos continúan desafiando y cautivando a quienes buscan explorar la riqueza de la biodiversidad en el continente americano.

En medio de amenazas y desafíos, la preservación de los pecaríes emerge como una tarea crucial para garantizar la perpetuidad de esta fascinante familia de mamíferos placentarios. 

Por: Gorki Rodríguez.  

Fotografía: HISTORIASMX / Gorki Rodríguez.  

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