Al final del periodo del cretácico, el descenso del Mar Interior de Norteamérica dio paso a la formación de pequeños islotes con playas, con una gran variedad de flor ay fauna, que hoy en día queda en el registro fósil.
Historiasmx. – Durante el periodo cretácico de la era Mesozoica, el nivel del mar se elevó y formó un mar interior occidental que cubría gran parte de América del Norte, incluyendo la porción sur del estado de Chihuahua.
Los sedimentos del cretácico inferior en Jiménez, compuestos principalmente por areniscas y arenas de colores amarillos o rojizos, dan testimonio de la presencia de este antiguo mar.
El ambiente cálido y subtropical del periodo cretácico se reflejaba en la riqueza de vida marina que poblaba la región. Fósiles de bivalvos (moluscos) y dinosaurios marítimos son evidencia de esta fauna que habitó la zona hace alrededor de 100 millones de años.
La alta salinidad del mar interior occidental marcó la geografía de Jiménez, dejando depósitos sedimentarios ricos en calcio y carbonato, que hoy se pueden observar en los paisajes del municipio.
Suelos de caliche, depósitos de cloruro de sodio, dunas de arena y betas de cristales de sílice son características típicas de los lugares que una vez fueron playas.
Los vestigios del Cretácico en Jiménez son asombrosos y abarcan desde fósiles marinos hasta registros de flora tropical. A unos 52 grados al suroeste del municipio, la geografía cambia radicalmente en altura, composición sedimentaria y en el registro fósil.
En esta área, se encuentran depósitos de salinos y un acuífero salino conocido como el «Triángulo de la sal», que indica una posible época del cretácico tardío, hace unos 70 millones de años, cuando el mar interior occidental comenzó a retroceder, formando lagos e islotes.
A unos 38 grados más al suroeste de Jiménez, comienzan las dunas de arena y se encuentran fósiles que indican un paleoambiente tropical.
Restos de troncos de árboles, frutos y hojas petrificadas nos hablan de un clima exuberante que existió hace millones de años.
Pero uno de los hallazgos más emocionantes son los huesos de dinosaurio Hadrosaurio, también conocido como «pico de pato», y excrementos fosilizados que los paleontólogos han descubierto en la zona. Un tesoro paleontológico que nos permite conocer la rica diversidad de fauna que existió en aquel remoto pasado.
El registro fósil encontrado en la región, que ha sido expuesto en la Casa de la Cultura, contrasta los fósiles marinos del primer punto de investigación con los de flora y fauna terrestre del segundo punto, sugiriendo que Jiménez pudo haber sido parte de las playas del Cretácico, al igual que el estado de Coahuila.
El legado del Cretácico en Jiménez es una ventana fascinante hacia el pasado profundo de nuestro planeta. Estos fósiles nos hablan de un mundo antiguo donde el mar y la tierra se mezclaban en una danza eterna de vida.
Un patrimonio paleontológico que merece ser protegido y estudiado, para entender mejor nuestra historia y la evolución de la vida en la Tierra.
Por: Gorki Belisario Rodríguez Ávila.
Fotografía: Historiasmx.