Jiménez Chihuahua (Historias). – En el año de 1927, el municipio de Jiménez, Chihuahua, ubicado en la región sur del estado y que colinda con los estados de Coahuila y Durango, figuraba dentro de los principales municipios productores de Sotol, destilado tradicional elaborado en los estados antes mencionados.
El Boletín Estadístico del Estado de Chihuahua, publicado por Manuel Aguilar Sáenz, del año antes mencionado, ubicaba al municipio de Jiménez con una producción de Sotol de 17 mil litros, y posicionado dentro del tercer lugar de los tres principales municipios productores de sotol.
Apenas hace poco más de 50 años atrás en la porción suroeste de Jiménez, cerca del seccional de Escalón; existía una producción de sotol, llamado “Las Escobas” mismo al del rancho donde se producía, que estuvo en producción durante un buen tiempo.
Por las condiciones desérticas y la geografía de lomeríos bajos y aislados, es el hábitat perfecto para la planta de Sotol, que, durante la segunda mitad del siglo XX, se podía encontrar en grandes poblaciones, las cuales fueron explotadas para la producción del sotol (el nombre del destilado lleva el mismo que el de la planta), de “Las Escobas” de Don Sabas +.
Este sotol de Las Escobas, el sabor, producción y venta ha quedado en la historia. La investigadora Faridy Bujaidar, dentro del portal, Bocanadas del Norte, retoma el tema de esta producción, dando a conocer que el sotol era almacenado en “20 barricas con capacidad de 200 litros cada una, quince garrafones de 45 litros, botellas de litro y de hasta un cuarto de litro, sumando casi los 5,000 litros, cifra que contrasta con las pequeñas producciones artesanales actuales. Dotado de un gran humor, Fernández Perea nos cuenta sobre diversos consumidores, de la gran calidad del sotol de Sabas y el uso de barricas de vino y de jerez para reposar los sotoles”.
Guillermina, la cuarta hija de 14 hijos de Don Sabás (dueño de la producción del sotol de Las Escobas), comenta, según Faridy Bujaidar -que el terreno llamado Las Tunas era famoso por la buena calidad de las piñas del sotol debido a su tamaño, pues algunas llegaban a pesar 20 o hasta 25 kilos. La carga y el transporte eran hechos a fuerza de burros y poleas para ser pasados al cocedor y una vez cocidas, las piñas eran “majadas” por los trabajadores, ayudados por un hacha en forma de medialuna con un mango pequeño. En Las Escobas había siete tinas de fermentación de madera, eran “tipo hoyos de muerto”, en verano la fermentación era más rápida. Después procedían a destilar los jugos fermentados en un alambique que estaba enterrado, se exponía al fuego, el líquido se elevaba por el serpentín para luego bajar por medio del sistema de enfriamiento, al producto resultante de la primera destilación se le llamaba “aguavino”.
La extinción de la vinata de Las Escobas menciona Guillermina, en la entrevista recogida por Faridy Bujaidar -en aquel entonces la botella de litro costaba 25 pesos, pero por alguna razón, el costo debía subir a 100 pesos, lo que le pareció excesivo a Sabas (…) Don Ramos Clamont le sugirió a su papá “bautizar” el sotol, ya sea poniéndole agua, o poniéndole mecate de lechuguilla para saborizarlo y hacerlo rendir, sin embargo, según Guillermina, Sabas se negó tanto a subir el costo como a bajar la calidad del sotol: “Le dijo mi papá que no, que él si iba a hacer una cosa, la iba a hacer bien, que él así no… ‘pero es que mira así que auméntale al precio’, ‘no tampoco’, dijo… eso fue, por eso mi papá ya no supo qué hacer: ‘Yo no voy a vender eso’-.
El recuerdo de la producción del sotol de Las Escobas, quedo también en las vivencias de quienes convivieron, embriagaron y disfrutaron de su sabor único y diferente a todos los destilados que se producen, tal es el caso del testimonio de Kiko A., quien platica:
“Ha como no, ese sotol lo vendían ahí en el Carmen, eran unas botellas transparentes, nombre con ese pisto nos pusimos unas buenas pedas. Había de diferentes presentaciones y precios, era casi lo que se consumía antes aquí en Jiménez (…) si había la cerveza, pero era poco consumida a comparación de ese de Las Escobas, era el que tomábamos” …
Según el historiador Jesús Vargas; “de los sesenta y seis municipios sólo se registra producción en veinte, para el año de 1927, de los cuales se informa la producción en litro s de la mitad, con una cantidad total de 90 mil litros, y de los otros diez municipios sólo se informa el número de vinatas, que suman veintiuno en total. Los principales municipios productores eran: Madera, con 35 mil litros; Chínipas, 22 mil litros; Jiménez, 17 mil litros; y Moris, 12 mil litros”.
Por: Gorki Rodríguez.
Primera parte.