La candelilla tiene su área de influencia en el gran Desierto Chihuahuense y el Bolsón de Mapimí. Una planta silvestre que ha sido utilizada por años, principalmente en el estado de Coahuila, para la elaboración de cera.
Historiasmx. – En medio de la vastedad del desierto Chihuahuense, un tesoro natural brilla con luz propia: la candelilla (Euphorbia antisyphilitica). Esta planta es una especie forestal no maderable que ha cautivado a las comunidades locales durante siglos, y su nombre común parece derivar de la palabra inglesa «candle,» que significa vela pequeña, haciendo referencia a la valiosa cera que produce.
En este reportaje, exploraremos la fascinante vida y características de la candelilla, así como sus requerimientos, distribución y las prácticas de cosecha y procesamiento responsables que aseguran su sostenibilidad en el desierto árido de México.
Un Vistazo a la Candelilla
La candelilla pertenece a la familia de las Euphorbiáceas, un grupo de plantas con flores que a menudo se asemejan a los cactos. Sin embargo, su distinción radica en el látex lechoso que contiene.
Es un arbusto perenne con hojas generalmente simples y alternas. El tallo tiene una forma cilíndrica, y en las temporadas de lluvias, se ilumina con flores pequeñas de color rosa llamadas ciatios, con una estructura diminuta en forma de copa y rodeadas por un involucro de glándulas variadas en el borde.
La candelilla, también conocida científicamente como Euphorbia antisyphilitica, es una especie endémica de las regiones semidesérticas de México. Posee un diámetro de copa aproximado de 90 cm y una raíz pequeña.
En su interior, encontramos flores estaminadas dispuestas en espigas, el perianto se compone de cinco piezas, simples y sepaloideas, mientras que los estambres se presentan en filamentos libres o soldados, insertos sobre un disco nectarífero, con anteras bitecas y dehiscencia longitudinal.
Por su parte, el gineceo es un ovario súpero, con tres carpelos soldados y tres lóculos que contienen de uno a dos óvulos cada uno, presentando una placentación axilar.
Los estilos pueden ser libres o unidos en forma variable. El fruto generalmente esquizocarpo, aunque algunas veces puede ser drupa. Después de la fecundación, el pedicelo pistilado empuja al fruto hacia arriba y afuera para su dispersión. Las semillas pueden tener un embrión recto o curvo, y a veces presentan un abundante endospermo oleaginoso.
La planta puede reproducirse de manera asexual mediante brotes de tallos aéreos y subterráneos, así como por semillas.
Candelilla y su Entorno
La candelilla se desenvuelve en condiciones específicas dentro del desierto Chihuahuense. Su hábitat incluye laderas con suelos calcáreos, de origen aluvial y someros, con una profundidad menor a 25 cm.
Estos suelos son de textura franco arenosa, poco profundos y pedregosos, lo que le proporciona un buen drenaje. Además, son ricos en carbonato de calcio, y su pH oscila entre 7.4 y 8.4.
La candelilla coexiste en armonía con otras especies como lechuguilla, sotol, ocotillo y diversos cactos. Sin embargo, este equilibrio está amenazado por prácticas humanas inadecuadas, como el aprovechamiento irresponsable, la ganadería descontrolada, el sobrepastoreo y los incendios.
El Esplendor de la Candelilla
La candelilla tiene una amplia distribución en la zona norte del desierto Chihuahuense, cubriendo una superficie potencial estimada de 8,526,336 hectáreas.
Desde el semidesierto zacatecano en la zona noreste del estado hasta las vastas extensiones en los estados de Coahuila y Chihuahua, esta especie se hace presente en distintos tipos de vegetación, como el matorral desértico rosetófilo, matorral desértico micrófilo y chaparral.
Principalmente en los estados de Zacatecas, Chihuahua y Coahuila, se llevan a cabo prácticas intensivas de aprovechamiento comercial para extraer la preciada cera.
La Cosecha Responsable de la Candelilla
La cosecha de candelilla se inicia una vez que las plantas alcanzan un diámetro mayor a los 35 cm, lo cual generalmente ocurre después de tres años o más de su establecimiento, dependiendo de las condiciones climáticas y del suelo de la región.
La producción de cera es una respuesta de la especie a las condiciones climáticas, y se acumula en mayor cantidad durante las épocas frías y secas del año, estimulada por la escasez de humedad y las temperaturas cercanas al punto de congelación.
Para asegurar la sostenibilidad de la candelilla, se ha propuesto un método de cosecha responsable. En lugar de arrancar la totalidad de la planta, se sugiere colectar solo el 50% de cada planta aprovechable.
Para ello, se recomienda hacer un corte vertical que divida la planta en dos partes iguales, incluyendo la raíz. De esta manera, se logra extraer solo la mitad de la planta, permitiendo su adecuada regeneración en un período de dos a tres años, según las condiciones climáticas locales. Pasado ese tiempo, se repite el proceso con la otra mitad de la planta.
El método de corte descrito debe practicarse de manera coordinada bajo un sistema de rotación de áreas de aprovechamiento, evitando que las porciones de planta dejadas para la regeneración sean aprovechadas inapropiadamente.
Esto requiere una campaña de concientización entre los campesinos para asegurar el éxito de esta práctica y la protección de este importante recurso natural.
El Almacenaje de la Candelilla
Dado que la cantidad de plantas que pueden recolectarse diariamente es menor que la que puede ser procesada en las pailas (recipientes de cocimiento) en un día de trabajo, tradicionalmente se acostumbra almacenar las plantas antes de su procesamiento.
El tiempo de almacenamiento es clave para mejorar la proporción y extracción de cera. Al reducirse el contenido de humedad en las plantas, se incrementa el porcentaje de cera sobre el peso total de las mismas.
Almacenar la candelilla por un período de 20 a 30 días, durante el cual la planta pierde alrededor del 10% de humedad, mejora el proceso de beneficio y aumenta la cantidad de cera extraída.
Procesamiento de la Candelilla
El proceso tradicional para la extracción de cera se realiza en pailas de acero con capacidad para 200 kilogramos de plantas de candelilla. Se vierte agua en la paila y se calienta hasta el punto de ebullición, utilizando leña o los desechos secos de la planta como combustible.
Luego, se coloca alrededor de 200 kg de planta en la paila y se presiona con una prensa instalada en el recipiente. El agua en ebullición provoca que la cera se desprenda de la planta y flote en forma de espuma, la cual se extrae utilizando un tanque espumador. Aquí, el cerote se solidifica a temperatura ambiente.
Para eliminar impurezas, el producto obtenido de varias «pailadas» realizadas durante el día se junta en un recipiente llamado «cortador».
Allí, se calienta nuevamente el cerote y se agrega ácido sulfúrico diluido. Al enfriarse, las impurezas quedan en el fondo y son separadas del cerote. Este último se quiebra y coloca en costales para su venta.
La Lucha por la Candelilla
La candelilla es un tesoro natural amenazado por prácticas irresponsables y la falta de conciencia sobre su importancia. La sobreexplotación, el sobrepastoreo y los incendios representan peligros para estas poblaciones en el desierto Chihuahuense. Sin embargo, es crucial tomar medidas de conservación y manejo sostenible para proteger este valioso recurso.
La implementación de áreas de aprovechamiento coordinado y rotativo, campañas de concientización y un monitoreo adecuado de las poblaciones son fundamentales para asegurar un futuro brillante para la candelilla y las comunidades que dependen de ella.
La candelilla es un tesoro natural y cultural en el desierto Chihuahuense de México. Su capacidad para producir cera la ha convertido en una fuente de ingresos para las comunidades locales durante generaciones.
Sin embargo, la sobreexplotación y la pérdida de hábitat la amenazan. Solo mediante una cosecha y almacenaje responsables, junto con prácticas de conservación y manejo sostenible, podremos garantizar que la candelilla siga brillando en el desierto y continúe beneficiando a la naturaleza y a quienes dependen de ella.
Concienciar sobre su importancia y tomar acciones concretas es esencial para asegurar la supervivencia de este valioso recurso en el vasto desierto Chihuahuense.
Fotografía: Historiasmx / Gorki Rodríguez.