En el gran desierto Chihuahuense y el Bolsón de Mapimí, la lechuguilla es aprovechada para la extracción de fibras naturales, que sirven para la fabricación de cuerdas y diversos productos.  

Jiménez, Chihuahua (Historias). – La lechuguilla (Agave lechuguilla Torr.) es una planta nativa de las zonas áridas y semiáridas de México y el sur de los Estados Unidos. Es considerada una especie común en el desierto Chihuahuense y se distribuye en los estados de Coahuila, Chihuahua, Nuevo León, Durango, San Luis Potosí, Tamaulipas y Zacatecas. También se encuentran algunas poblaciones en los estados del sur de Hidalgo, Oaxaca y México. 

Esta planta, conocida como lechuguilla, tiene un valor económico importante como recurso forestal no maderable y ha sido una fuente de ingresos para los habitantes de las regiones áridas y semiáridas de México durante generaciones.  

Especialmente en el estado de Coahuila, el aprovechamiento de la lechuguilla es una de las principales actividades de subsistencia para los productores del semidesierto coahuilense. 

La extracción de la fibra de lechuguilla está vinculada con actividades como la agricultura de temporal y la ganadería.  

En algunas ocasiones, se convierte en la única fuente de ingresos económicos para los productores de estas regiones, ya que los cultivos agrícolas bajo este sistema de producción tienen un rendimiento limitado debido a la escasa y errática distribución de las lluvias, lo cual dificulta satisfacer los requerimientos hídricos de los cultivos establecidos. 

La obtención de la fibra de lechuguilla se realiza tradicionalmente a partir del cogollo, que comprende las hojas más tiernas y se encuentra en el centro de la planta. La fibra obtenida del cogollo tiene mejor calidad y mayor valor comercial.  

Sin embargo, en algunas regiones de México, solo se tallan las hojas externas de la roseta, lo que resulta en una fibra de menor calidad. 

Los productores de fibra de lechuguilla en el estado de Coahuila obtienen principalmente la fibra del cogollo, pero también tallan las hojas laterales para obtener una fibra más dura, que se utiliza para la elaboración de cepillos domésticos tanto para autoconsumo como para la venta, aunque esta producción se lleva a cabo en menor escala. 

El aprovechamiento de la fibra comienza con la selección de las áreas de aprovechamiento en poblaciones naturales dentro de las comunidades.  

Los colectores, con décadas de experiencia en esta actividad, eligen los cogollos a cortar según la calidad y el color de la fibra. Las áreas de aprovechamiento, conocidas como «majuelos», generalmente se encuentran dentro de los predios de los colectores y se seleccionan en base a la dominancia de individuos con características fenotípicas adecuadas, como la longitud del cogollo. 

La cosecha de la fibra se realiza año tras año en estos sitios, descartando las poblaciones remanentes. Los productores utilizan una herramienta rústica llamada «cogollera» para cortar los cogollos.  

Consiste en un aro o anillo de metal unido a una vara o pértiga de madera. Mediante un movimiento ondulatorio, introducen la cogollera en el cogollo y lo desprenden de la planta. 

Los cogollos se depositan en una «huajaca» o «huacal», un recipiente elaborado con varas de mimbre u otros materiales vegetativos presentes en el área.  

Estas estructuras forman una bolsa de almacenamiento con capacidad para más de 20 kg de cogollo. En un solo día, un productor puede recolectar 4 huajacas grandes llenas de cogollos, cada una con un peso de 40 a 50 kg. 

El transporte de los cogollos se realiza utilizando tracción animal, como asnos o mulas, carretas y, en ocasiones, vehículos pick-up.  

Los cogollos se llevan a centros de acopio donde se realiza el tallado a máquina o a tallanderías rústicas improvisadas en algún lugar cercano al sitio de aprovechamiento. 

La lechuguilla ha desempeñado un papel importante en la economía de las regiones áridas y semiáridas de México, proporcionando ingresos a los productores locales. La fibra obtenida se utiliza en diversas aplicaciones, como la fabricación de cepillos, artesanías y productos textiles.

 

El aprovechamiento sostenible de la lechuguilla es fundamental para preservar esta especie y garantizar la continuidad de su papel socioeconómico en las comunidades que dependen de ella.  

Es importante promover prácticas de manejo adecuadas y fomentar la conservación de los ecosistemas donde crece la lechuguilla, asegurando así un recurso sostenible a largo plazo. PRIMERA PARTE.

Por: Gorki Belisario Rodríguez Ávila.  

Fotografía: Historias / Gorki Rodríguez.  

Por historias