Será este próximo 3 de mayo, cuando se lleven a cabo los festejos en la Granja el Misionero del día de la Santa Cruz y el Niño Fidencio.
Jiménez Chihuahua (Historias).- Martín Ramírez, menciona que será este próximo 3 de mayo, cuando se lleven a cabo los festejos de la Santa Cruz y el Niño Fidencio en la Granja el Misionero, ubicada en el ejido el Triunfo, perteneciente al municipio de Jiménez, Chihuahua.
La celebración de la Santa Cruz que va del 27 de abril al 4 de mayo, coincide con el inicio de la temporada de lluvias, por tanto, esta festividad dentro de las culturas agrícolas adquiere muchos significados, pues no sólo se trata de recordar a la cruz como máximo símbolo del cristianismo, sino también está relacionado con las cosechas, la fertilidad de la tierra, y por consiguiente, con la vida y la reproducción de la comunidad, motivo por el cual es una de las fiestas más celebradas de todo el santoral católico en México. Marta Turok la coloca como la cuarta fiesta más celebrada de todo el santoral y ciclo festivo, después de las fiestas de La Virgen de Guadalupe, Semana Santa y Carnaval.
Dentro de los festejos, mencionó Martin Ramírez, se contará con la presencia de la materia, Yolanda Solís del ejido el Cambio de Matamoros Coahuila, quien llevará a cabo la “embajada” del Niño Fidencio, para realizar curaciones por la tarde.
Asimismo, a las festividades, vendrá también la materia, Juan Daniel Pérez Contreras, originario de Sabinas Coahuila, y quien cuenta con 16 años de servicio al Niño Fidencio.
Las materias, cajas o bocinas, son personas quienes reciben la “embajada” del Niño Fidencio, menciona Martin Ramírez, desdoblándose del mundo material, para así poder sanar o curar a enfermos, como lo hacía el Niño Fidencio, mediante oraciones, fruta o sumergiendo a la persona en agua.
Previo al día del festejo, el 2 de mayo, se ofrecerán mañanitas al Niño Fidencio, comenta Martin Ramírez; para después el tres de mayo a las once de la mañana, llevar a cabo el Viacrucis de Jesucristo, en el cual se representa la vida, pasión, muerte y resurrección de Cristo.
A las doce del mediodía, se llevará a cabo el reparto de la tradicional comida de reliquia, y para la tarde, Yolanda Solís, presidirá la “embajada” del Niño Fidencio, para realizar sanación y curación.
Al término de la jornada de los festejos, durante la noche en el templo, se llevarán a cabo las alabanzas al Niño Fidencio, entonadas por Víctor Sierra.
El Niño Fidencio es una figura legendaria en la cultura de México, ya que fue un curandero y sanador que vivió a principios del siglo XX en la región de Espinazo, en el estado de Nuevo León. Durante su vida, Fidencio curó a muchas personas de enfermedades y dolencias, y su fama se extendió rápidamente a lo largo del país.
José Fidencio Constantino Síntora, nació en 1898 en el pueblo de Guzmán, en el estado de San Luis Potosí. Desde niño mostró habilidades sobrenaturales y una gran compasión hacia los enfermos y los necesitados, por lo que, a los 15 años, se trasladó a Espinazo, en busca de trabajo y un mejor futuro.
Fue en Espinazo donde comenzó su carrera como curandero. Fidencio tenía un don especial para curar enfermedades y dolencias, y que su técnica se basaba en la oración y la imposición de manos. Muchos de sus pacientes afirmaban haber sido curados milagrosamente por él.
Con el tiempo, la fama del Niño Fidencio se extendió por todo México. Miles de personas acudían a Espinazo para ver al Niño Fidencio y pedirle su ayuda. Muchos de ellos eran personas enfermas o discapacitadas que buscaban un milagro. Otros eran simplemente curiosos que querían ver al famoso curandero en acción.
Fidencio se convirtió en un símbolo de esperanza y fe para muchas personas. Su legado se ha mantenido vivo durante décadas después de su muerte en 1938. Hoy en día, su figura sigue siendo venerada por muchos mexicanos como un santo o un héroe popular.
La historia del Niño Fidencio es un recordatorio de la importancia de la fe y la compasión en tiempos difíciles.
Hasta el día de hoy, el Niño Fidencio, continúa curando a los enfermos y convalecientes, haciendo milagros sin distinciones de género o posición económica, mediante la “embajada” a través de las cajas, cajones, bocinas o materias. El claro ejemplo de las curaciones está en los testimonios dejados por quienes el Niño Fidencio ha sanado.
Fotografía: Historias / Granja el Misionero.