Mientras tanto, los habitantes de Jiménez seguirán enfrentando una realidad paradójica: promesas de desarrollo en un municipio donde la falta de agua amenaza no solo su economía, sino su calidad de vida y su futuro.
HISTORIASMX. – Por más de quince años, la construcción de un acueducto desde la presa Pico de Águila hasta el municipio de Jiménez ha sido una promesa recurrente que cada administración retoma como bandera electoral. Sin embargo, este proyecto, incluido en el ambicioso plan de obras públicas anunciado recientemente por la administración municipal, no aborda el problema central que ha llevado al acuífero Jiménez-Camargo a una crisis sin precedentes: la sobreexplotación del agua por parte de los nogaleros.
Un problema de fondo: la sobreexplotación del acuífero
El acuífero Jiménez-Camargo enfrenta un déficit anual de 167,374,574 m³ de agua, principalmente debido al uso desmedido para el riego de nogaleras. Este cultivo, de alto consumo hídrico, ha llevado a la perforación masiva de pozos ilegales y al agotamiento del recurso en la región. Mientras no se implementen medidas estrictas como la regulación del uso del agua, la prohibición de abrir nuevas tierras para la siembra de nogal y el cierre definitivo de pozos ilegales, cualquier proyecto hídrico será insuficiente para garantizar la sostenibilidad de la región.
La resistencia de los intereses nogaleros
En municipios como Coronado, las 887 hectáreas de nogal requieren anualmente más de 16 mil 853 millones de metros cúbicos de agua rodada de la presa, un volumen que genera tensiones ante la posibilidad de destinar agua al acueducto para Jiménez. Los intereses de los nogaleros, históricamente influyentes, podrían convertirse en un obstáculo para que este proyecto logre materializarse.
Un proyecto con beneficios limitados
Aunque el acueducto podría aliviar parcialmente la crisis hídrica en Jiménez, no representa una solución integral. El anuncio de la administración municipal enfatiza la necesidad de mejorar el abastecimiento de agua, pero omite abordar las prácticas insostenibles que han llevado al acuífero al borde del colapso. Sin cambios estructurales en la gestión del recurso hídrico, el acueducto será apenas un paliativo que no atacará las raíces del problema.
Promesas de infraestructura: entre expectativas y realidad
El proyecto del acueducto forma parte de un plan más amplio de obras públicas que incluye mejoras en calles, luminarias, espacios públicos y sistemas de riego. Sin embargo, los antecedentes de promesas incumplidas y el uso electoral de proyectos como este generan escepticismo entre la población.
La urgencia de una gestión hídrica sostenible
Para garantizar un futuro hídrico para Jiménez y su población, es imprescindible:
- Regular el uso del agua y establecer límites estrictos para el riego agrícola.
- Cerrar pozos ilegales y sancionar su uso.
- Prohibir la expansión de las nogaleras, cuyo impacto sobre los recursos hídricos ha sido devastador.
- Implementar tecnologías de riego más eficientes y sustentables.
Un llamado a la acción
La construcción del acueducto no debe ser una excusa para posponer las decisiones difíciles que requiere la gestión del agua en la región. Es momento de que las autoridades municipales y estatales actúen con responsabilidad y visión de largo plazo, enfrentando los intereses que han llevado al acuífero Jiménez-Camargo al límite.
Mientras tanto, los habitantes de Jiménez seguirán enfrentando una realidad paradójica: promesas de desarrollo en un municipio donde la falta de agua amenaza no solo su economía, sino su calidad de vida y su futuro.