Con el ciclo 36 del Tratado de Aguas en curso y la urgencia que plantea la sequía en Chihuahua, la colaboración entre México y Estados Unidos se vuelve crucial para asegurar el abastecimiento de agua en la región y mitigar las afectaciones a la agricultura y al medio ambiente.
HISTORIASMX. – Ante la severa sequía que enfrenta Chihuahua y la disminución de agua en los afluentes tradicionales para el cumplimiento del Tratado de Aguas de 1944, los ríos San Juan y Álamo, junto con las presas internacionales Amistad y Falcón, se utilizarán para compensar el tributo de agua a Estados Unidos. La decisión fue formalizada mediante el Acta 331, firmada la semana pasada en Ciudad Juárez durante una sesión de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA).
Cambios en el tratado y nueva interpretación de recursos hídricos.
El ingeniero Mario Mata Carrasco, de la Asamblea General de Usuarios del Consejo de Cuenca del Río Bravo, explicó que el Acta 331 establece nuevos mecanismos para asegurar la entrega de agua a Estados Unidos, debido a las condiciones críticas de los afluentes en el norte de México. La reciente medida permite que, en situaciones de emergencia, ríos no aforados como el San Juan y Álamo contribuyan al tratado, además de modificar la interpretación de los aportes al tratado, incluyendo aguas almacenadas en las presas cuando estas alcancen el Nivel de Agua Máximo Ordinario (NAMO).
Impacto de la sequía y medidas de apoyo para la cuenca del río Bravo.
La falta de agua en el río Conchos, que tradicionalmente aporta al tratado, ha declarado en emergencia a Chihuahua, afectando los ciclos agrícolas y la economía local. La preservación de árboles frutales y perennes dependerá del uso de pozos de auxilio, mientras que solo el Distrito de Riego 090 en Ojinaga cuenta con agua suficiente, aunque para un ciclo restringido. Mata Carrasco resaltó que esta situación urgente impulsó el acuerdo que permitirá a México y Estados Unidos hacer inversiones conjuntas en infraestructura hídrica para mejorar la gestión del agua en toda la cuenca del río Bravo.
Próximos pasos y vigencia del Acta 331.
El Acta 331, que estará en vigor hasta diciembre de 2029, establece que México puede utilizar un tercio del agua asignada a sus afluentes o recurrir a las presas internacionales en situaciones de sequía extrema. Este cambio en la interpretación del tratado permitirá un enfoque más flexible para cumplir con las obligaciones de agua, beneficiando a ambos países.
Con el ciclo 36 del Tratado de Aguas en curso y la urgencia que plantea la sequía en Chihuahua, la colaboración entre México y Estados Unidos se vuelve crucial para asegurar el abastecimiento de agua en la región y mitigar las afectaciones a la agricultura y al medio ambiente.