En los vastos paisajes del Bolsón de Mapimí, un grupo de hombres y mujeres se han convertido en los defensores de la vida en una de las regiones más áridas y desafiantes de México. Su labor no solo protege la flora y fauna, sino también un legado histórico y cultural que abarca siglos.
El Bolsón de Mapimí: Una Región de Vida en Medio del Desierto.
El Bolsón de Mapimí, ubicado en la intersección de los estados de Chihuahua, Coahuila y Durango, es una de las zonas más emblemáticas del Desierto Chihuahuense. Este territorio endorreico, que no drena hacia el mar, ha sido testigo de la evolución de la vida a lo largo de milenios, siendo hogar de especies únicas de flora y fauna. Entre estas especies, destaca la tortuga del Bolsón (Gopherus flavomarginatus), una tortuga terrestre endémica de México que, hasta la llegada de la Reserva de la Biosfera de Mapimí en 1979, estaba al borde de la extinción debido a la caza ilegal y la comercialización de ejemplares.
La Reserva de la Biosfera de Mapimí, que abarca unas 340,000 hectáreas, fue creada con el objetivo de proteger no solo a esta especie, sino también a todo un ecosistema en peligro debido a la expansión de la agricultura, la minería y la ganadería. Aunque estas actividades siguen presentes, la reserva ha logrado establecer medidas de conservación y protección que han beneficiado a la flora y fauna de la región, con especial atención a la tortuga del Bolsón.
La Comunidad de Carrillo y Su Papel en la Conservación.
Una de las historias más inspiradoras de la conservación en el Bolsón de Mapimí proviene de la pequeña comunidad de Carrillo, ubicada en el municipio de Jiménez, Chihuahua. Antes de la llegada de la Reserva de la Biosfera, la tortuga del Bolsón estaba gravemente amenazada por la caza ilegal, ya que era vendida o incluso consumida como alimento. La falta de conciencia sobre la importancia de esta especie y las prácticas depredadoras ponían en riesgo no solo a la tortuga, sino a la estabilidad ecológica del desierto.
Con la llegada de la reserva, comenzaron las campañas de concientización, una tarea que no fue fácil. El sector ganadero, en particular, mostró resistencia a las nuevas normativas de protección, ya que veían en la fauna local un obstáculo para el desarrollo de sus actividades. Sin embargo, gracias al trabajo incansable de personas como el antiguo director de la reserva, Cristino Villarreal, y los líderes locales, se consolidaron brigadas para la protección de la flora y fauna del desierto.
Estas brigadas de protección fueron integradas, en su mayoría, por mujeres de la comunidad de Carrillo. Su dedicación y compromiso se convirtieron en el pilar de los esfuerzos de conservación en la región. Hoy, este grupo está compuesto por integrantes como Soledad Martínez Zarabia, Guadalupe Hinojos Ávila, Efren Dávila Martínez, Teresa Quiroz Cerda, Guadalupe Sosa Pules, Víctor Orozco Quiroz, Mayra Quiroz Hinojos, Martha Rodríguez Ramírez y Luis Quiroz Cerda. Ellas y ellos no solo patrullan la región en busca de actividades ilegales, sino que también participan activamente en el monitoreo de especies, trabajando para preservar el delicado equilibrio del desierto.
La Tortuga del Bolsón: Una Especie en Peligro Crítico.
La tortuga del Bolsón es la más grande de su género en América del Norte, alcanzando una longitud de hasta 46 centímetros. Sin embargo, su tamaño y singularidad la convirtieron en blanco de cazadores y comerciantes, lo que llevó a su rápida disminución en las últimas décadas. En 1979, cuando se estableció la Reserva de la Biosfera de Mapimí, la situación de la tortuga era alarmante. La creación de la reserva fue un paso crucial para garantizar su supervivencia, pero las amenazas no desaparecieron de inmediato.
Las poblaciones de tortugas han disminuido drásticamente en los últimos 40 años debido a la recolección excesiva para el comercio de mascotas, la pérdida de hábitat por la expansión agrícola y la construcción de infraestructuras. Además, en algunas partes del desierto, las tortugas siguen siendo cazadas para el consumo, una práctica que persiste a pesar de las leyes que protegen a esta especie.
El trabajo de las brigadas comunitarias en Carrillo ha sido esencial para revertir esta situación. Gracias a su vigilancia constante y a las campañas de educación ambiental, se ha logrado reducir significativamente la caza ilegal de tortugas. Las brigadas también colaboran con los científicos que realizan estudios sobre la población de tortugas, ayudando a recopilar datos importantes para su conservación.
La Importancia de las Brigadas de Conservación.
Las brigadas de la comunidad de Carrillo no solo han sido vitales para la protección de la tortuga del Bolsón, sino que también han jugado un papel crucial en la conservación de otras especies de flora y fauna del desierto. Estas mujeres y hombres, que dedican su tiempo y esfuerzo a proteger su entorno, han demostrado que la conservación comunitaria puede ser una herramienta poderosa para proteger el medio ambiente.
Una de las tareas más importantes de las brigadas es el monitoreo constante de la fauna, especialmente durante las temporadas de anidación de la tortuga, cuando los huevos son más vulnerables a los depredadores y a las actividades humanas. Además, las brigadas realizan labores de reforestación con especies nativas y colaboran en proyectos de restauración del hábitat, todo con el objetivo de mantener el equilibrio del ecosistema del Bolsón de Mapimí.
El éxito de las brigadas ha sido tal que su modelo ha sido adoptado por otras comunidades dentro de la Reserva de la Biosfera de Mapimí. Estas acciones colectivas han permitido consolidar una red de conservación que cubre gran parte del desierto, y que ha demostrado ser un modelo eficaz para proteger las especies en peligro y sus hábitats.
Desafíos y el Futuro de la Conservación en el Bolsón de Mapimí.
A pesar de los avances logrados, la Reserva de la Biosfera de Mapimí sigue enfrentando importantes desafíos. La expansión de la agricultura, especialmente con la llegada de grandes proyectos de cultivo de maíz subsidiados, ha invadido parte del hábitat de la tortuga y de otras especies. La minería y la ganadería, aunque reguladas, también representan una amenaza constante para el equilibrio ecológico de la región.
El aumento de las temperaturas globales y la reducción de las precipitaciones en el desierto han agravado aún más las condiciones para la supervivencia de muchas especies. El cambio climático es una preocupación creciente, ya que altera los patrones de lluvias y afecta la disponibilidad de recursos hídricos, que son esenciales para la vida en el desierto.
Sin embargo, la comunidad de Carrillo y las brigadas de conservación continúan trabajando arduamente, enfrentando estos retos con determinación y pasión. Su labor es un recordatorio de que la conservación no es solo responsabilidad de las autoridades, sino que puede y debe ser liderada por las comunidades locales, aquellas que conocen mejor que nadie los ritmos y necesidades de su entorno.
Una Lucha por la Vida en el Desierto.
La historia de la Reserva de la Biosfera de Mapimí y de la comunidad de Carrillo es un ejemplo inspirador de cómo la conservación comunitaria puede marcar la diferencia en la protección de especies en peligro y en la preservación de ecosistemas únicos. Gracias al trabajo de las brigadas de conservación, encabezadas en su mayoría por mujeres, la tortuga del Bolsón ha recuperado parte de su hábitat y ha visto mejoras en sus números, aunque aún queda mucho por hacer.
El Bolsón de Mapimí, con su vasta extensión desértica y su biodiversidad única, es un territorio que debe ser protegido no solo por su valor ecológico, sino también por su importancia cultural e histórica. Las brigadas de Carrillo, con su dedicación y compromiso, han demostrado que la conservación es posible cuando la comunidad se convierte en guardiana de su entorno, y que el desierto, lejos de ser un lugar estéril, es un espacio lleno de vida y esperanza.
Por: Gorki Belisario Rodríguez Ávila.