La casa fue construida en 1955 por el Dr. Aguirre Pequeño y su familia. La construcción, que tardó cinco años en completarse, se realizó en una posición privilegiada, entre la cueva de la Virgen y la pared de los gatos.
En lo alto del cañón de La Huasteca, en Santa Catarina, se encuentra una enigmática casa abandonada, cubierta de grafiti y cargada de historia.
Esta residencia, que despierta la curiosidad de quienes visitan el área, perteneció a un notable científico: el doctor Eduardo Aguirre Pequeño.
Construcción y Abandono.
La casa fue construida en 1955 por el Dr. Aguirre Pequeño y su familia. La construcción, que tardó cinco años en completarse, se realizó en una posición privilegiada, entre la cueva de la Virgen y la pared de los gatos.
Esta vivienda de tres pisos, hecha de piedra caliza, servía como refugio para la familia del doctor. Sin embargo, entre 1979 y 1985, el gobierno expropió los terrenos de La Huasteca, incluyendo la casa del Dr. Aguirre Pequeño, dejándola en el abandono.
Atracción Turística y Proyectos Fallidos.
Hoy en día, la misteriosa casa es un punto de interés para turistas y visitantes de La Huasteca, quienes invierten alrededor de media hora de caminata para llegar a ella.
A pesar de los planes de convertirla en un museo, el proyecto nunca se concretó, y la casa permanece como un testimonio silencioso del pasado.
¿Quién fue el Dr. Eduardo Aguirre Pequeño?.
Nacido en Hualahuises, Nuevo León, en 1904, Eduardo Aguirre Pequeño fue un científico, escritor y humanista que dejó una huella indeleble en el campo de la medicina. Estudió en la Escuela de Medicina de Monterrey y fundó las facultades de Biología y Agronomía de la Universidad Autónoma de Nuevo León.
El Dr. Aguirre Pequeño es especialmente conocido por sus investigaciones sobre el Mal del Pinto, una enfermedad sistémica similar a la sífilis. En un acto de valentía y compromiso científico, fue uno de los primeros en autoinocularse la enfermedad para estudiar sus efectos, ya que no se reproducía en animales de laboratorio.
Legado Académico y Científico.
A lo largo de su carrera, el Dr. Aguirre Pequeño realizó importantes contribuciones en diversas áreas de la medicina, incluyendo la amibiasis, la anemia en mineros, la gerontología, la geriatría y el paludismo. Escribió numerosos libros y artículos en revistas prestigiosas, y su trabajo sigue siendo relevante hoy en día.
La preparatoria n.º 25 de la Universidad Autónoma de Nuevo León y la escuela secundaria n.º 53 en Hualahuises llevan su nombre, en honor a su legado y contribuciones a la educación y la ciencia.
Obras Publicadas.
Entre sus obras más destacadas se encuentran:
- Introducción al estudio de la ancylostomosis o anemia de los mineros como enfermedad profesional (1937)
- Mal del Pinto “Empeines” o “Jitotes” (1942)
- Lecciones de gerontología y geriatría (1943)
- Datos para la historia de la Escuela de Medicina de Monterrey (1944)
- Técnicas de cultivo en el diagnóstico de la amibiasis (1946)
- Mal del Pinto. Nuevas investigaciones (1946)
- Lecciones de Paludología (1948)
- Biografía y pensamiento vivo del Dr. Ángel Martínez Villarreal (1966)
La casa abandonada en La Huasteca no solo es un punto de interés turístico, sino también un recordatorio del legado del Dr. Eduardo Aguirre Pequeño.
Su dedicación a la ciencia y la educación dejó un impacto duradero, reflejado en las instituciones que llevan su nombre y en su valiosa contribución a la investigación médica.
Por: Gorki Rodríguez.