En un remoto rincón del estado de Chihuahua, el pequeño municipio de Jiménez se convierte en el epicentro de un descubrimiento científico sin precedentes: el meteorito Chupaderos, una reliquia del cosmos que ha capturado la atención de astrónomos y geólogos por igual.
HISTORIASMX. – La historia de este meteorito se remonta a los albores del siglo XIX, cuando el naturalista alemán Alexander von Humboldt y su colega francés Aimé Bonplan exploraron la vasta tierra de la Nueva España. Llegaron con el propósito de estudiar los fenómenos naturales del nuevo mundo, entre ellos los misteriosos meteoritos. Humboldt, fascinado por los relatos de caídas celestiales y guiado por sus investigaciones, describió detalladamente varios de estos objetos cósmicos, incluido el meteorito que en ese entonces se creía haber caído en Durango.
Sin embargo, los años de búsqueda infructuosa en las cercanías de Durango pronto revelaron una verdad intrigante: el meteorito que Humboldt había estudiado meticulosamente y del que había llevado muestras a Europa no pertenecía a Durango, sino a la región ahora conocida como Chihuahua. Este descubrimiento, corroborado por análisis posteriores en Europa, colocó al meteorito Chupaderos en el mapa global de la astronomía.
El interés por los meteoritos en México creció a medida que avanzaba el siglo XIX. Las instituciones científicas comenzaron a recolectar y estudiar estos objetos celestes, muchos de los cuales se utilizaban en la época colonial como yunques improvisados o puntos de referencia en los caminos indígenas. En Chihuahua, varias masas meteoríticas fueron buscadas durante la creación de la nueva frontera con Estados Unidos, como parte del Tratado de Guadalupe-Hidalgo.
Uno de los hitos en la historia de la meteorítica mexicana fue el catálogo realizado por el ingeniero Antonio del Castillo, quien en 1893 logró reunir y exhibir varios meteoritos notables en el Palacio de Minería en la Ciudad de México. Entre estos se destacaron los provenientes de la lluvia meteorítica de Chupaderos, incluyendo los imponentes bloques conocidos como Chupaderos I, II y Adargas, con pesos de 14, 6.8 y 3.4 toneladas respectivamente.
Estrenara canal de YouTube, Aventuras con Gorki Rodríguez: Cae METEORITO EN JIMÉNEZ: tras el rastro de la roca espacial Chupaderos.
El meteorito Chupaderos no solo es un objeto de estudio científico, sino también un símbolo cultural y una ventana al pasado cósmico de nuestro planeta. En Huejuquilla, Chihuahua, se encontró otro meteorito notable, el Morito o San Gregorio, utilizado ancestralmente como referencia en las rutas indígenas. Del mismo modo, el meteorito Adargas o Concepción, que inicialmente se pensaba relacionado con Durango, fue trasladado y expuesto en diversas instituciones, incluido el Instituto de Astronomía de la UNAM.
El descubrimiento del meteorito Chupaderos en Jiménez, Chihuahua, marca un capítulo nuevo y emocionante en la exploración de la historia natural de México y su conexión con el universo. Este hallazgo no solo enriquece nuestra comprensión del cosmos, sino que también subraya la importancia de preservar y estudiar estos tesoros cósmicos para las generaciones futuras.
Por: Gorki Rodríguez.