Historias. – Durante el mes de septiembre del 2022, las lluvias atípicas precipitadas en la región sur del estado de Chihuahua generaron que la presa Pico del Águila, ubicada en el municipio de Coronado, vertiera agua al cauce del Río Florido, ocasionando que este se desbordara e inundara el Ojo de Atotonilco.
La inundación trajo consigo que peces que habitaban en la Presa Pico del Águila, particularmente Carpa y Bagre, fueran depositados en el Ojo de Atotonilco del municipio de López, por la corriente de agua que fluyo en el Río Florido y desbordó cubriendo el Ojo por completo, incubando vida en donde era hasta hace 6 meses atrás, era un lugar estéril.
Antes del temporal atípico lluvioso del mes de septiembre del año pasado, en el cauce del Ojo se podía encontrar un lecho seco y lleno de sedimentos que el agua dejó a su paso al momento de evaporarse; todo producto de la incesante sobreexplotación del agua del acuífero Jiménez-Camargo y acaparamiento de los escurrimientos de agua del Florido.
Del mes de septiembre del 2022 al 18 de abril del 2023, el agua ha permanecido casi intacta, retrocediendo apenas unos centímetros, convirtiendo de nueva cuenta al Ojo de Atotonilco en hogar de peces, aparentemente mojarras y langostinos, traídos por la corriente del Florido.
En la parte profunda del Ojo de Atotonilco, los veneros emanan pacientemente agua, aún, pese a que la temporada de calor está ingresando y con ella el bombeo de los pozos para el riego principalmente del nogal.
“Un milagro el que dios nos dio” expresan algunos habitantes del municipio de López, al tener agua aún en el cauce del Ojo.
Sobreexplotación del acuífero Jiménez-Camargo extinguió el Ojo de Atotonilco.
El municipio de Villa López se encuentra en la región sur del estado de Chihuahua, a una altura de 1420 metros sobre el nivel del mar, forma parte de la rivera del Río Florido y tiene una población según el INEGI de 4 mil 122 habitantes.
Hasta ante de la construcción de la presa Pico del Águila, del año de 1990 para atrás, las venas de agua que daban vida al Ojo de Atotonilco eran alimentadas por el agua que fluía por el cauce del Río Florido, lo que cambió del año de 1993 en adelante.
Tras la construcción de la presa, la corriente del Florido fue obstruida y las venas del Ojo de Atotonilco, no recibieron más agua, salvo cuando el río capta agua por las precipitaciones pluviales intensas o el desfogue de la presa.
La perforación ilegal de pozos en el acuífero Jiménez-Camargo y la extracción desmedida de la misma, ocasionaron que del año 2000 al 2020, el Ojo de Atotonilco se fuera secando. convirtiéndose en un manantial temporal y que depende de las lluvias o que el cauce del río fluya para que este pueda tener agua.
Junto con la extinción del Ojo, murieron 12 especies de pez: Campostoma ornatum Girard, 1856; Cyprinella lutrensis (Baird y Girard, 1853); Cyprinus carpio Linnaeus, 1758; Dionda episcopa Girard, 1856; Gila pulchra (Girard, 1856); Notropis Chihuahua Woolman, 1892; Notropis jemezanus (cope, 1875); Pimephales promelas Rafinesque, 1820; Astyanax mexicanus (de filippi, 1853); Pylodictis olivaris (Rafinesque, 1818); Cyprinodon eximius Girard, 1859; Lepomis cyanellus Rafinesque, 1819 y Lepomis macrochirus Rafinesque, 1819, según el estudio Los Peces del Río Conchos.
De estas especies mencionadas, la Pylodictis olivaris (Rafinesque, 1818) conocida como chato o bagre y la Lepomis macrochirus Rafinesque 1819 o también llamada mojarra, eran las favoritas por los habitantes del municipio de López y foráneos de la región sur del estado para ser pescadas y preparadas como alimento, derivado a su alto valor nutricional y su cantidad de carne.
Pese a que actualmente el Ojo de Atotonilco se encuentra con agua y peces, producto del desbordamiento del Río Florido, durante el mes de septiembre del 2022, las especies de pescado antes mencionadas que habitaban en el Ojo, quedaron extintas para siempre a causa de la sobreexplotación del agua.
Fotografía: Historias / Gorki Rodríguez.
Por: Gorki Rodríguez.