El nombre «MIGRAN», nos cuenta con emoción Jorge, surgió de una expresión cariñosa de un amigo que lo llamaba «Mi Gran Amigo», abreviado afectuosamente como «MIGRAN». 

HISTORIASMX. – En el bullicio matutino de la calzada Juárez, en el corazón de Jiménez, se encuentra un oasis gastronómico que ha sido parte del tejido cultural de la comunidad desde hace más de cinco décadas: Antojitos MIGRAN. Fundado en el lejano año de 1972 por el visionario Jorge Antonio Alvídrez, cariñosamente conocido como MIGRAN, este rincón culinario es mucho más que un simple lugar para disfrutar de delicias típicas; es un emblema vivo de la tradición y la pasión por la cocina que ha marcado generaciones enteras en el municipio. 

Con sus más de 70 años de edad, Jorge Alvídrez, el patriarca detrás de este icónico establecimiento, recuerda con nostalgia los humildes comienzos de Antojitos MIGRAN. «Primero estaba en unos puestecitos de madera aquí de donde estoy más adelante, ahí duré como unos cinco años», relata con una sonrisa que refleja años de dedicación y amor por su oficio. «Comencé vendiendo lonches», añade con orgullo, rememorando los días en los que la pasión por la cocina lo impulsaba a brindar lo mejor de sí mismo a su comunidad. 

El nombre «MIGRAN», nos cuenta con emoción Jesús, surgió de una expresión cariñosa de un amigo que lo llamaba «Mi Gran Amigo», abreviado afectuosamente como «MIGRAN». Desde entonces, este apodo se convirtió en el sello distintivo de su laboriosa labor culinaria que, con el tiempo, se ha convertido en un tesoro local. 

A lo largo de los años, MIGRAN ha enfrentado desafíos y cambios, pero su compromiso con la excelencia gastronómica nunca ha vacilado. Después de sus inicios en puestos temporales, el camino de MIGRAN lo llevó a un pequeño carrito, donde continuó deleitando a los paladares de Jiménez durante tres años. Sin embargo, su visión y determinación lo llevaron más allá: transformó un camión escolar en su cocina móvil, un espacio único que se convirtió en un punto de encuentro para la comunidad. 

A pesar de los obstáculos que enfrentó, como un incidente con una píldora de gas que afectó su primer camión, MIGRAN se mantuvo firme en su propósito de alimentar los corazones y estómagos de los jimenenses. Hoy en día, ubicado en su camión blanco característico, metros antes de llegar a la plaza principal, Antojitos MIGRAN sigue siendo un destino obligado para lugareños y turistas por igual. 

Dentro del camión, que ha sido su hogar culinario durante más de tres décadas, se ofrece un menú variado y delicioso que captura la esencia misma de la cocina tradicional de Jiménez. Desde la suculenta barbacoa hasta los guisos más exquisitos como el asado, chicharrón, picadillo, chile pasado, nopalitos, frijoles y morcilla, cada bocado es una oda al sabor y la autenticidad. 

Degustar las creaciones de MIGRAN dentro de su camión es una experiencia que va más allá de lo gastronómico; es sumergirse en la historia viva de una comunidad y sentir el amor y la dedicación que se vierten en cada platillo. Por eso, Antojitos MIGRAN no es simplemente un lugar para comer; es un santuario de sabores, un refugio para el alma y un recordatorio de que las mejores tradiciones resisten el paso del tiempo. 

Para aquellos que deseen llevar consigo un pedacito de esta experiencia culinaria única, Antojitos MIGRAN ofrece servicio a domicilio. Solo hace falta marcar al 629-542-05-50 y disfrutar de la magia de MIGRAN en la comodidad del hogar. Porque, al final del día, la verdadera esencia de Antojitos MIGRAN no reside solo en sus platillos, sino en el amor y la dedicación que los acompañan en cada paso del camino. 

Por: Gorki Rodríguez.

Fotografía: HISTORIASMX / Gorki Rodríguez.

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