El jefe de Sader señaló que las lluvias recientes podrían motivar a los productores, especialmente aquellos con cultivos de riego, a animarse a sembrar más hectáreas.
HISTORIASMX. – La producción de maíz forrajero en el distrito Río Florido enfrentará una drástica disminución del 60% este año, según informó Roberto Baca Perea, jefe de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) en el distrito. Se espera alcanzar apenas 600 hectáreas sembradas, una significativa caída respecto a las 1,500 hectáreas que se cultivaban normalmente.
Condiciones de Sequía y Esperanza en las Lluvias.
Baca Perea explicó que la sequía ha sido la principal causa de la reducción en el número de hectáreas dedicadas a este cultivo. Hasta el momento, solo se han sembrado 300 hectáreas, una cantidad que el jefe de Sader calificó como insuficiente. Sin embargo, las recientes lluvias brindan una luz de esperanza para los aproximadamente 60 productores del distrito.
Impulso a la Siembra con Lluvias Recientes.
El jefe de Sader señaló que las lluvias recientes podrían motivar a los productores, especialmente aquellos con cultivos de riego, a animarse a sembrar más hectáreas. Las precipitaciones favorecen una mejor producción y solo se necesitaría un riego de auxilio. «Esperamos poder llegar a unas 600 hectáreas sembradas de maíz forrajero. No vamos a llegar a las 1,500 a las que llegábamos normalmente porque no hay agua suficiente», comentó Baca Perea.
Impacto Económico para los Productores.
Los productores del distrito, que abarca los municipios de Jiménez, López y Coronado, reciben un pago de 90 centavos por kilogramo y 900 pesos por tonelada de maíz forrajero. La mayoría de la producción se envía a Torreón para los establos lecheros, mientras que el consumo local es mínimo.
Desfase en la Producción.
Baca Perea detalló que el maíz forrajero se comienza a sembrar en abril y se cosecha en agosto. No obstante, las condiciones climáticas adversas han provocado un desfase en el calendario de producción.
Esta situación subraya la vulnerabilidad de los productores agrícolas ante los cambios climáticos y la importancia de contar con políticas de apoyo y gestión de recursos hídricos para asegurar la sostenibilidad de la producción agrícola en la región.