La peregrinación se desarrolló con gran solemnidad, marcada por tambores, cánticos y la danza guadalupana que adornaba el camino desde la parroquia de la Sagrada Familia hasta la imponente Catedral. 

HISTORIASMX. – Con danzas tradicionales, cantos reverentes y un fervor palpable, cientos de fieles se congregaron para emprender la tradicional peregrinación hacia el Santuario de Guadalupe, expresando su agradecimiento a la Virgen del Tepeyac por sus intercesiones a lo largo del año. 

Ni el frío ni las inclemencias del tiempo detuvieron a los residentes de la colonia PRI, quienes se reunieron en la parroquia Sagrada Familia para iniciar su recorrido por la avenida Niños Héroes, con destino final en la Catedral del centro histórico. Grupos diversos, desde taxistas hasta trabajadores de florerías y zapaterías, se unieron desde la Plaza de la Identidad, todos compartiendo un propósito común: expresar su gratitud a «La Morenita». 

La peregrinación se desarrolló con gran solemnidad, marcada por tambores, cánticos y la danza guadalupana que adornaba el camino desde la parroquia de la Sagrada Familia hasta la imponente Catedral. A las 16:00 horas del lunes, más de ciento cincuenta fieles comenzaron su marcha, recitando el Rosario y avanzando por la avenida Niños Héroes con determinación y espíritu jubiloso. 

Encabezando el contingente, un agente de tránsito municipal guiaba el camino, seguido por portadores del estandarte de la Virgen de Guadalupe y bailarines que, al ritmo de los tambores, expresaban su devoción a «La Morenita». 

El párroco de la Sagrada Familia, Anselmo Burciaga, lideró el grupo con entusiasmo, congregando a fieles de todas las edades, desde adolescentes hasta venerables ancianos. Entre ellos se encontraba Laura García, una devota que, durante 13 años consecutivos, ha participado en estas peregrinaciones como una expresión de agradecimiento. 

Laura compartió su experiencia, destacando que ser guadalupano es esencial para los mexicanos y que la Virgen de Guadalupe representa la identidad del pueblo. La danza, para ella, es una forma diversa de expresar gratitud y alabanza al Rey de reyes. 

La jornada culminó en la Plaza Guillermo Baca, donde los peregrinos fueron recibidos con alegría por otros fieles que aguardaban en la Catedral. Los matachines continuaron danzando, esta vez bajo el altar al Santísimo Jesucristo y la Virgen de Guadalupe, cerrando así su emotiva misión. 

La peregrinación, que duró dos horas y media, concluyó con una nueva llegada desde la Plaza de la Identidad, donde un grupo de comerciantes y trabajadores se unieron para agradecer y hacer sus humildes ofrendas. Unidos en hermandad, todos participaron en una misa de agradecimiento, elevando sus oraciones y reconocimientos a la Virgen por su continua intercesión ante Cristo Redentor. 

Fotografía: Archivo.  

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