Excluido de las promociones turísticas municipales y estatales, el balneario Ojo del Caballo sigue siendo un refugio natural sin el apoyo gubernamental necesario para su crecimiento.
HISTORIASMX. – En el corazón del desierto del Bolsón de Mapimí, a solo una hora y media de la cabecera municipal de Jiménez, se encuentra el balneario Ojo del Caballo, un oasis de aguas termales que ha sido excluido de las campañas de promoción turística tanto por parte del gobierno municipal como de la actual administración de MORENA. A pesar de su enorme potencial, este tesoro natural sigue luchando por recibir el apoyo que necesita para prosperar.
Exclusión en las promociones turísticas: una oportunidad perdida
El balneario, propiedad de Don Domitilo, lleva décadas solicitando apoyo a las administraciones municipales y estatales para ser incluido en las promociones turísticas del municipio, pero nunca ha sido considerado. A pesar de estar ubicado en una zona de alto valor natural, dentro de la reserva de la biósfera del Bolsón de Mapimí, y de ofrecer una experiencia única de conexión con la naturaleza, el Ojo del Caballo ha quedado fuera de la campaña de promoción al turismo local lanzada recientemente por la administración de MORENA en Jiménez.

A pesar de los esfuerzos de Don Domitilo para hacer conocer su balneario, el lugar sigue siendo poco conocido fuera de los círculos locales, y su falta de señalización en la Carretera Federal 49, además de las condiciones precarias de la ruta de acceso, son factores que impiden que más turistas lo visiten.
El encanto oculto de Ojo del Caballo: un lugar único en el desierto
A pesar de las adversidades, el balneario Ojo del Caballo sigue siendo un lugar especial que atrae a aquellos que conocen su existencia. Aguas termales mesotermales, ricas en minerales como azufre, calcio y sales, brotan de una caverna, formando cristales en las paredes de las albercas que le dan un toque único. Las albercas rústicas ofrecen una experiencia en contacto directo con la naturaleza, rodeados de la tranquilidad del desierto del Bolsón de Mapimí.

Este lugar no solo es un refugio para quienes buscan relajarse, sino también un destino donde los turistas pueden disfrutar de la flora y fauna local, y admirar las impresionantes formaciones rocosas y montañas que caracterizan el paisaje del área. Desde el balneario, se pueden observar vistas panorámicas de la Zona del Silencio, el Cerro de San Ignacio y las famosas Tetas de Juana.
¿Cómo llegar a Ojo del Caballo?
Si deseas visitar este maravilloso oasis escondido, el acceso es sencillo pero algo complicado debido a la ruta de terracería. Desde la cabecera municipal de Jiménez, toma la Carretera Federal 49 en dirección sur hasta llegar al kilómetro 165, donde se encuentra el acceso principal. A partir de ahí, deberás recorrer un camino de terracería por aproximadamente 10 kilómetros. Dependiendo de las condiciones climáticas, esta ruta puede estar en buen o mal estado, por lo que se recomienda un vehículo adecuado para todo tipo de terreno.
A pesar de las dificultades en el camino, el esfuerzo será recompensado con la tranquilidad y belleza del lugar. El balneario ofrece una extensa área arboleada, estacionamiento y asadores para los visitantes que deseen pasar el día disfrutando del paisaje y las aguas termales.
Una invitación al turismo local: un destino por descubrir
A pesar de la falta de apoyo gubernamental y las dificultades de acceso, el Ojo del Caballo sigue siendo un destino turístico lleno de potencial. Si eres un amante de la naturaleza, las aguas termales y los paisajes desérticos, te invitamos a visitar este oasis oculto en el municipio de Jiménez.
Visitar Ojo del Caballo no solo es una oportunidad para disfrutar de sus aguas termales, sino también para conocer un lugar aún desconocido para muchos y que, con el apoyo adecuado, podría convertirse en un destino destacado dentro del estado de Chihuahua.
No dejes pasar la oportunidad de conocer este rincón natural de Chihuahua. ¡Ojo del Caballo te espera con los brazos abiertos!
Por: Gorki Rodríguez.