Ubicado en la porción suroeste del municipio de Jiménez perteneciente al estado de Chihuahua; es el hábitat de dos especies endémicas de pez: Gambusia hurtadoi hubbs y springer, 1957, y Cyprinodon macrolepis Miller, 1976, así como de dos especies de tortuga de agua dulce termal.
Historias. – Ubicado a 22 minutos de la cabecera municipal de Jiménez, el equivalente a 20 minutos de trayecto, se encuentra el Ojo de Dolores, acuífero de agua tipo hiportermal de una temperatura de 21 a 35 grados centígrados, cuyas aguas cálidas que forman un lago, son el hábitat de dos especies de pez y dos de tortuga endémicas.
Si bien no hay estudio que indique el proceso de formación del Ojo de Dolores, así como fue que llegaron las especies de fauna, el manantial actualmente es un oasis en medio del desierto que además de ser un ecosistema único al sur del estado, es el principal motor económico de comunidades que se benefician de su agua para actividades agropecuarias.
Gambusia hurtadoi hubbs springer, 1957, es una de las dos especies de pez que habitan el Ojo de Dolores en grandes poblaciones y que se caracteriza según el estudio, Los Peces del Río Conchos, por ser un pez “principalmente carnívoro que se alimenta de insectos y otros invertebrados. Es una especie ovovivípara que se reproduce todo el año. Los machos establecen jerarquías sociales muy marcadas que se manifiestan en comportamiento agresivo hacia otros machos, así como en la coloración de los machos dominantes. Estos ahuyentan a sus competidores de las hembras y enfatizan su jerarquía desarrollando una coloración amarilla intensa en la aleta dorsal, base de la aleta caudal y porción ventral del pedúnculo caudal. Algunos machos alfa inclusive muestran áreas amarillas a lo largo de la región lateral dorsal, así como un oscurecimiento de la franja negra que bordea la aleta dorsal. Mientras que los machos se disputan el derecho de apareamiento, las hembras parecen ser no selectivas, apareándose con machos omega de rango inferior cuando los dominantes se descuidan”.
Así mismo la coloración, “presenta un patrón de coloración más oscuro y presenta más azul iridiscente que el resto de los miembros del grupo G. nobilis. En vivo: muestra una banda lateral ancha y oscura cubierta por marcas aún más oscuras que semejan medias lunas. El vientre es color azul iridiscente. El color de fondo es plateado azulado. Presenta menos anaranjado que G. alvarezi. Las zonas claras de las aletas medias son amarillas-anaranjadas. Las marcas en los márgenes de las escamas son oscuras pero difusas, y oscurecidas por otras marcas más prominentes. No presenta marcas anteriores al ano ni ventralmente al preopérculo. La difusión lateral de la línea media dorsal frecuentemente alcanza la banda lateral. La línea delgada postanal no oscurece las marcas de los bolsillos de las escamas –scale pockets–. La línea lateral es amplia y oscura. Medias lunas se concentran a lo largo de la línea lateral oscureciéndola y cubriéndola en ocasiones, siguiendo los márgenes de los bolsillos de las escamas. El punto anal no se restringe al ano. La aleta dorsal presenta una línea de puntos sub-basal. Estos son aún más oscuros que el margen oscurecido. La aleta caudal no tiene marcas oscuras”. Según el estudio los peces del Río Conchos.
Otra de las especies de pez que comparte hábitat con la ya mencionada anteriormente, es el Cyprinodon macrolepis Miller, 1976, y cuyas características según se establecen en el estudio los Peces del Río Conchos, es que “al igual que otros miembros del género, los machos establecen territorios que patrullan agresivamente, expulsando del territorio de aproximadamente 0.5 m de diámetro a cualquier intruso que ose ingresar. Permite sólo la entrada de hembras que desovan y, tras la fertilización del huevecillo que es adherido a plantas acuáticas o al sustrato, las mismas son expulsadas quedando los huevecillos a su suerte. Desovan todo el año. Se alimentan de algas filamentosas adheridas a las piedras, de pequeños macroinvertebrados, así como de cualquier materia comestible que caiga dentro del manantial”.
El Cyprinodon mcrolepis Miller 1976, especie endémica del Ojo de Dolores, está catalogada como una especie amenazada por SEDESOL (1994); en Peligro por la NOM (Norma Oficial Mexicana) y clasificada como En Peligro (EN), en la Lista Roja de la IUCN 2007, con evaluación realizada en 1996.
Antes que el manantial fuera un destino turístico del municipio de Jiménez, pudo haber existido la posibilidad de que fuera habitado por otras especies de pez, junto con las ya mencionadas; siendo actualmente, únicamente dos especies de pez las que habitan el manantial y conviven diariamente con decenas de turistas que acuden al Ojo de Dolores a sumergirse en el manantial.
Dentro del mismo hábitat existen dos especies de tortuga, que por el simple hecho de habitar en un manantial de agua termal pudiera ser que son endémicas, pero que derivado a que carecen de estudio el identificar la especie y familia se dificulta.
Una de las especies de tortuga que merodean el manantial en grupos de dos a tres tortugas, es de aproximadamente 50 centímetros de largo por 40 centímetros de diámetro, las más grandes, cuyas características principales es su cabeza alargada y en forma de cono, de color gris verdoso y aletas con garras chicas afiladas.
El otro tipo de especie de tortuga, del que también se desconoce la especie y familia, es el doble de chica que la antes descrita, cuya característica principal es el color, negro con rayas amarillas y rojas.
El Ojo de Dolores, un oasis en medio del desierto, da vida a todo un ecosistema de fauna acuática endémica y flora acuática así como terrestre; manantial que en los últimos años ha disminuido de manera considerable su aforo de agua, derivado a la sobreexplotación que existe en la región centro-sur del estado, situación que podría poner en peligro la existencia de un manantial único que es el hábitat de las especies antes mencionadas y a su vez la fuente de recarga de pozos agrícolas, además de ser un importante motor económico de comunidades que aprovechan el agua de Ojo de Dolores, para actividades agropecuarias.
Fotografía: Historias / Gorki Rodríguez.