Vasijas de piedra y metates elaborados de piedra caliza o volcánica, fueron parte de las herramientas que la tribu recolectora, nómada y cazadora de los Tobosos, que tuvo su área de influencia en la región sur del estado de Chihuahua, utilizo, como utensilios de cocina. 

HISTORIASMX. – Los Tobosos, al ser una tribu nómada, cazadora y recolectora, que habito entre el 1000 y 1800 de nuestra era (N.E.), tuvo como área de influencia las llanuras y sierras del Bolsón, actualmente conocido como el Bolsón de Mapimí y conformado por los estados de Chihuahua, Coahuila y Durango. 

Los integrantes de esta tribu, al igual que otras, utilizaron como materia prima para la fabricación de herramientas como: hachas, flechas, raspadores o talladores, cuchillos, vasijas y metates; la piedra, de diferentes tipos según la herramienta a elaborar. 

En lo que respecta a los objetos de defensa y cacería, la piedra que utilizaban era de tipo vidriado; pedernal o sílex, ya que a este tipo de material era difícil que perdiera su filo.  

Metate utilizado para la molienda de semillas y plantas que los Tobosos recolectaban.

Mientras que los utensilios para procesar alimentos, comúnmente llamados Morteros, eran elaborados de dos tipos. Los morteros fijos, los cuales eran orificios tallados en la roca, de una circunferencia de más de 10 centímetros y de diferente profundidad. Asimismo, los morteros móviles, son piezas de piedra en forma cilíndrica, como una vasija o metates, los cuales podían ser transportados por grandes distancias. 

En todo el ancho y largo territorio del municipio de Jiménez, es posible encontrar vestigios de la tribu de los Tobosos, pero es en la porción sur y sureste, en donde aún quedan vestigios y sitios arqueológicos, que no han sido alterados. 

Dado que estos guerreros del desierto eran también recolectores. Juntaban plantas, semillas y raíces, los morteros eran utilizados para procesar lo recolectado, ya fuera triturar o moler, para hacer más fácil su ingesta. 

En casi todos los recintos arqueológicos del municipio de Jiménez es posible encontrar morteros fijos, los cuales fueron de suma importancia para las diferentes tribus que habitaron y transitaron este territorio. Asimismo, los morteros móviles, son de los más raros, dado que su construcción facilitaba su traslado a diferentes ubicaciones a donde migraban los integrantes de la tribu.  

Distribución territorial de los Tobosos.  

En las vastas extensiones del Bolsón de Mapimí y sus alrededores, en lo que hoy conocemos como México, un pueblo indígena se destacaba por su valentía y resistencia: los Tobosos. Estos nativos, hablantes de una lengua llamada toboso y con influencia tepehuana, dejaron una huella indeleble en la historia de la región. 

Los Tobosos se establecieron en el área del Bolsón de Mapimí, ubicada al este de Chihuahua y al oeste de Coahuila. En su entorno desértico, los Tobosos lucharon por sobrevivir y prosperar, utilizando herramientas como la honda y la lanza para la caza, una actividad crucial para su sustento y supervivencia. 

La historia de los Tobosos está marcada por su enfrentamiento con los conquistadores españoles. Frecuentemente, se resistieron tenazmente a la intervención española y atacaron los asentamientos coloniales a su alcance. Especialmente durante el siglo XVII, representaron un desafío significativo para el Gobierno central. 

Mitad de mortero, encontrado en por rancheros en un arroyo de Sierra el Diablo.

Los Tobosos no estaban solos en su resistencia. Se asociaron con los habitantes de La Junta de los Ríos, cerca de Presidio, Texas, aunque eran más numerosos al sur y, por lo tanto, más vulnerables a las incursiones de esclavistas españoles. Esta situación los llevó a reaccionar de manera diferente a los exploradores españoles que se acercaban a su territorio. Mientras los indios de La Junta a menudo daban la bienvenida amigable a las expediciones españolas, los Tobosos optaron por huir. 

Los Tobosos en el Siglo XVII. 

En la década de 1640, los Tobosos comenzaron a atacar los asentamientos misioneros españoles y las minas tarahumaras al oeste. Posteriormente, muchos Tobosos fueron trasladados a las misiones de Monterrey, México, aunque no aprendieron español. Muchos de ellos abandonaron las misiones y rechazaron el cristianismo. Los españoles los catalogaron como indios «ladinos,» lo que sugiere que eran astutos y conocían la forma de vida española. Utilizaban sistemas de espionaje para ser más efectivos en su lucha contra los colonizadores. En la década de 1690, realizaron incursiones significativas en misiones y ranchos tarahumaras. 

Hacia 1680, los Jumanos de La Junta se encontraban tan desestabilizados por los Tobosos que Juan Sabeata dudaba en cooperar con Juan de Retana después de luchar durante años con estos guerreros indomables. 

Los Tobosos se organizaban en tribus, y su número disminuyó con el tiempo. En la década de 1680, había 12 tribus, pero a partir de 1693, los españoles solo registraron cuatro: los Osatayogliglas, Guazapayogliglas, Chichitames y Sisimbles. 

A medida que el tiempo avanzaba, los Tobosos que permanecieron en México fueron esencialmente absorbidos por el mestizaje. Sin embargo, algunos emigraron a la costa de Texas y se asentaron cerca de la Misión de Nuestra Señora del Refugio desde 1807 hasta al menos 1828, según los registros bautismales de la misión. Desde 1776, grupos de Karankawas y Tobosos llegaron huyendo de las misiones a la isla Matagorda, donde probablemente residan sus últimos descendientes directos. 

La historia de los Tobosos es una epopeya de resistencia y valentía en la región del Bolsón de Mapimí. A pesar de los desafíos que enfrentaron, su legado perdura en la memoria de las tierras que una vez llamaron hogar. Su historia es un recordatorio de la tenacidad y determinación de los pueblos indígenas en la historia de México. 

Por: Gorki Belisario Rodríguez Ávila.  

Fotografía: HISTORIASMX / Gorki Rodríguez. 

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