Es momento de que Chihuahua revalore su propio legado cultural, reconociendo que la música norteña no es una creación original del estado, sino una influencia externa que ha sido adoptada a lo largo del tiempo. Al hacerlo, se podrá fortalecer el verdadero sentido de identidad musical que ha sido opacado por décadas de malentendidos y confusiones.
HISTORIASMX. – A lo largo de décadas, en Chihuahua se ha propagado la creencia de que la música norteña es originaria del estado. Sin embargo, esta afirmación no es correcta. La confusión ha sido incentivada, en gran medida, por las propias autoridades educativas del estado, quienes han adoptado como propia una música que en realidad nació en Nuevo León y el sur de Texas. A pesar de contar con instituciones culturales de renombre, como el Ballet Folklórico de la Universidad Autónoma de Chihuahua, el estado ha reproducido este error durante mucho tiempo, perpetuando una falsa identidad musical.
El Origen Verdadero de la Música Norteña.
La música norteña es un subgénero de la música regional mexicana que se desarrolló en la primera mitad del siglo XX en Tamaulipas, Nuevo León y el sur de Texas. Desde sus inicios, ha sido una mezcla de influencias mexicanas, locales y europeas, introducidas principalmente por los inmigrantes bohemios y checos que trajeron géneros como la polka y la redova a la región. Estos ritmos, junto con la incorporación de instrumentos como el acordeón y el bajo sexto, dieron origen a un sonido distintivo que más tarde se expandiría a otras regiones del país.
En los años cincuenta, la música norteña comenzó a llegar a estados como Chihuahua, Sonora, Baja California, Coahuila y Durango, gracias a la migración de músicos y a la popularización a través de la radio. Sin embargo, no fue hasta 1959 cuando se formó el primer grupo de intérpretes de este género en Chihuahua, conocidos como Los Trovadores del Desierto. Anterior a esto, las agrupaciones locales carecían de acordeón, y este instrumento incluso era mal visto en la región.
El Error en la Historia Musical de Chihuahua.
A pesar de estos hechos, las autoridades de Chihuahua han promovido la idea de que la música norteña es representativa del estado, especialmente en eventos históricos como las conmemoraciones de la Revolución Mexicana. Esta idea errónea se ha reforzado mediante el uso de canciones e interpretaciones de corridos revolucionarios acompañados de acordeón y bajo sexto, cuando en realidad, durante la Revolución, la música tradicional de la época era tocada principalmente con guitarras, violines y arpa.
El error radica en que la música norteña, tal como la conocemos hoy, no existía durante la Revolución. Este género aún se encontraba en gestación y estaba restringido a una pequeña región del noreste de México. No fue sino hasta décadas más tarde cuando comenzó a arraigarse en el estado de Chihuahua y en otras partes del país.
Evolución y Expansión del Género.
Con el tiempo, la música norteña ha ido evolucionando. Las agrupaciones tradicionales estaban formadas por acordeón, bajo sexto, tololoche y tarola. Sin embargo, a partir de los años setenta, muchos grupos comenzaron a modernizarse, sustituyendo el tololoche y la tarola por bajo eléctrico y batería. A pesar de estos cambios, la esencia del género se ha mantenido, y su popularidad ha seguido creciendo tanto en México como en los Estados Unidos, especialmente entre la comunidad méxico-estadounidense.
Este género ha sido adoptado en numerosas partes de México, incluyendo regiones tan alejadas del noreste como Sinaloa, Nayarit, Jalisco, Guanajuato, Querétaro, Michoacán, Guerrero y Oaxaca. A través de la migración, la radio y la televisión, la música norteña ha logrado una amplia difusión, convirtiéndose en uno de los géneros más representativos de la música regional mexicana.
Un Legado Cultural Adoptado.
Hoy en día, algunos de los grupos más representativos de la música norteña incluyen a Los Tigres del Norte, Los Cadetes de Linares, Los Huracanes del Norte, Los Tucanes de Tijuana, entre otros. A pesar de su éxito y popularidad, es importante reconocer que la música norteña no es una creación original de Chihuahua, sino una tradición adoptada que, aunque profundamente arraigada en la cultura mexicana, tiene sus orígenes en otras regiones del país.
La permanencia de este error histórico solo subraya la necesidad de reexaminar y reivindicar las verdaderas tradiciones musicales de Chihuahua, que si bien han sido influenciadas por la música norteña, poseen una riqueza propia que merece ser reconocida y valorada.
Conclusión: Recuperando la Identidad Musical de Chihuahua.
Es momento de que Chihuahua revalore su propio legado cultural, reconociendo que la música norteña no es una creación original del estado, sino una influencia externa que ha sido adoptada a lo largo del tiempo. Al hacerlo, se podrá fortalecer el verdadero sentido de identidad musical que ha sido opacado por décadas de malentendidos y confusiones.