En los áridos paisajes del norte de México, se encuentra un pequeño tesoro botánico conocido como la biznaga maguey o peyote brujo (Ariocarpus retusus).
Historiasmx. – Esta singular planta pertenece a la familia de las cactáceas (Cactaceae) y ha capturado la fascinación de botánicos y amantes de la naturaleza por su singular belleza y atributos únicos.
El nombre Ariocarpus proviene del género Aria, aliado o incluido en Sorbus (Rosaceae), haciendo referencia a la supuesta semejanza de sus frutos con los de la planta Aria edulis (=Sorbus aria).
Por otro lado, el término latino ‘retusus’ se refiere a los tubérculos redondeados de la planta, con una pequeña depresión en medio de sus márgenes convexos.
La biznaga maguey es una planta de apariencia simple, con una forma arrosetada. Sus tallos se hunden parcialmente en la tierra, lo que la convierte en un geófito.
La parte aérea de la planta tiene una forma esférica y puede medir desde 3 hasta 25 cm de altura, con un diámetro de 4 a 30 cm.
Sus tubérculos son triangulares y divergentes, con un ápice atenuado.
Estos crecen imbricados y su superficie superior es de color verde grisáceo, azul verdoso o verde amarillento.
Aunque sus flores apicales tienen una forma de embudo (infundibuliformes) y pueden medir alrededor de 4.5 cm de largo y 4 a 5 cm de ancho, lo que realmente resalta son sus tonos blancos, blancos amarillentos o blancos rosados o magentas.
Los frutos son ovoides, de color blanco verdoso a rosa pálido, y sus semillas son ovadas y negras, con una superficie tuberculada.
Esta especie, con un total de 7 variedades, puede llegar a confundirse con otras especies del género, como los chautes (Ariocarpus trigonus y A. fissuratus) o la biznaga maguey pata de venado (A. kotschoubeyanus), pero sus diferencias son notables en la forma de los tubérculos.
Lamentablemente, la biznaga maguey enfrenta una grave amenaza debido a la recolección ilegal, lo que ha llevado a una disminución significativa de sus poblaciones en su hábitat natural.
Es por esta razón que la especie se encuentra clasificada como «Protección Especial» en la Modificación de la Norma Oficial Mexicana 059-2019. Aunque la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) considera que, a pesar de su sobreexplotación, la especie no está actualmente amenazada en sus poblaciones, aparece en su Lista Roja como de «Preocupación Menor» (LC). Asimismo, en el Convenio sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), la biznaga maguey está valorada en el Apéndice I, lo que restringe su comercio internacional.
La biznaga maguey es un patrimonio natural de México, y su conservación es fundamental para mantener el equilibrio del ecosistema en el que habita y para proteger la diversidad biológica del país.
Por ello, se hace un enérgico exhorto a la población a no sustraer esta planta de su entorno natural.
La recolección responsable y consciente es crucial para preservar esta especie única y garantizar que las futuras generaciones también puedan apreciar su belleza y singularidad.
La protección de la biznaga maguey es tarea de todos, y su conservación es un acto de amor y respeto hacia la naturaleza que nos rodea.
Por: Gorki Belisario Rodríguez Ávila.
Fotografía: Archivo.