El incendio comenzó durante la tarde del viernes, sin que las autoridades informaran a tiempo a la ciudadanía ni alertaran sobre el riesgo sanitario de permanecer al aire libre.
HISTORIASMX. – En lugar del aroma seco del desierto al anochecer, Jiménez amaneció hoy cubierta de un olor acre, denso y penetrante. El origen: un incendio en el basurero municipal, que durante horas liberó una mezcla peligrosa de gases tóxicos al aire que millones de ciudadanos respiraron sin elección.

Lo que empezó como una columna de humo blanco a plena luz del día, se transformó en una nube oscura al caer la noche, cubriendo la ciudad entera como una mortaja invisible.
El fuego en el corazón de los desechos
El incendio comenzó durante la tarde del viernes, sin que las autoridades informaran a tiempo a la ciudadanía ni alertaran sobre el riesgo sanitario de permanecer al aire libre. Durante horas, el fuego consumió montañas de basura mezclada: plásticos, desechos electrónicos, orgánicos, químicos, textiles… y nadie parecía tener control sobre el avance de las llamas. El olor, insoportable, se filtró en hogares, escuelas, centros de salud.
Los habitantes de varias colonias reportaron dificultad para respirar, ardor en los ojos y náuseas. Pero la amenaza es mucho más grave que un malestar pasajero.
Respirar veneno: los gases tóxicos de un basurero en llamas
Cuando un basurero se incendia, no solo se libera dióxido de carbono. Se expulsa una compleja combinación de dioxinas, furanos, metales pesados, partículas PM2.5, benceno y cloruro de vinilo, entre otras sustancias extremadamente peligrosas. La quema de plásticos y productos electrónicos genera compuestos cancerígenos que permanecen en el aire y se depositan en la tierra, agua y alimentos.

Riesgos a la salud:
- Enfermedades respiratorias crónicas como asma o bronquitis.
- Cáncer pulmonar y de hígado, por exposición prolongada a dioxinas.
- Trastornos hormonales y daño neurológico, especialmente en niños.
- Afectaciones al embarazo y riesgo de malformaciones congénitas.
El riesgo no termina cuando el fuego se apaga. Las cenizas contienen residuos contaminantes que pueden filtrarse a los mantos freáticos, afectando la calidad del agua que bebemos.
¿Y si el dinero público sirviera para prevenir?
Jiménez carece de un relleno sanitario reglamentado, a pesar de que la ley exige que cada municipio tenga un sitio adecuado para el manejo de residuos sólidos. El basurero actual es un tiradero a cielo abierto que nunca ha sido modernizado, pese a las promesas y presupuestos ejercidos cada año. ¿Por qué?

¿Qué pasaría si se redujeran los sueldos de los funcionarios municipales en un 30%?
Con esos recursos se podría:
- Construir una celda sanitaria con recubrimiento impermeable.
- Instalar un sistema de captación de lixiviados y filtros de gases.
- Implementar programas de separación de residuos, reciclaje y compostaje.
- Dotar al municipio de brigadas ambientales permanentes.
- Prevenir desastres ambientales evitables, como el de este viernes.
El costo de la negligencia: crisis ambiental en puertas
Un basurero mal manejado no es solo un foco de contaminación: es un riesgo ambiental sistemático. Los incendios no son incidentes aislados; son síntomas de un sistema que ha fallado.

Sin monitoreo, sin inversión, sin voluntad política, lo que hoy fue una nube tóxica puede transformarse mañana en una crisis de salud pública, en demandas legales, en daños irreversibles al ecosistema del Bolsón de Mapimí.
¿Quién responderá?
La ciudadanía merece saber:
- ¿Qué acciones tomará el Ayuntamiento para mitigar este desastre?
- ¿Cuándo se va a construir un basurero digno y regulado?
- ¿Por qué no se destinan recursos reales al medio ambiente?
- ¿Cuántas veces más tiene que arder la basura para que alguien actúe?
Por: Hibrido de HISTORIASMX & Gorki Rodríguez.