La situación se agrava aún más con la baja presión de agua que afecta a casi la mitad de la cabecera municipal de Jiménez. Ante este desafío, los ciudadanos se ven obligados a desembolsar sumas considerables para adquirir equipos como hidroneumáticos, cisternas y sistemas de presurización, con costos que oscilan entre los 5 mil y los 20 mil pesos.
HISTORIASMX. – Por más de cuarenta años, la voraz expansión de los nogaleros en el municipio de Jiménez, Chihuahua, ha desencadenado una crisis hídrica sin precedentes. La sobreexplotación del acuífero Jiménez-Camargo, alimentado por décadas de extracción desmedida para el cultivo del nogal, ha dejado a los ciudadanos luchando por un recurso vital y contaminado con metales pesados.
Desde el año 2000 hasta el presente, la demanda de agua para los nogaleros ha crecido exponencialmente, dando lugar a la proliferación de pozos ilegales y la explotación desenfrenada de los recursos hídricos. Como resultado, los habitantes de Jiménez se enfrentan a la escasez crónica de agua potable y a su deteriorada calidad, mientras luchan por mantener sus hogares abastecidos.
La situación se agrava aún más con la baja presión de agua que afecta a casi la mitad de la cabecera municipal de Jiménez. Ante este desafío, los ciudadanos se ven obligados a desembolsar sumas considerables para adquirir equipos como hidroneumáticos, cisternas y sistemas de presurización, con costos que oscilan entre los 5 mil y los 20 mil pesos.
A pesar de la gravedad de la crisis, las autoridades, tanto locales como estatales, así como la CONAGUA, han permanecido en silencio, sin tomar medidas significativas para frenar la sobreexplotación del acuífero. En lugar de abordar la raíz del problema, se empeñan en desviar la responsabilidad hacia la sequía y culpar a los ciudadanos por el supuesto desperdicio de agua.
La comunidad de Jiménez clama por una respuesta urgente de las autoridades competentes y exige acciones concretas para abordar la sobreexplotación del agua y garantizar el acceso equitativo y seguro a este recurso vital. Mientras tanto, los ciudadanos continúan enfrentando una realidad desoladora, donde la compra de equipo para garantizar el suministro de agua se ha convertido en una necesidad impuesta por la negligencia de quienes deberían proteger sus intereses.
Por: Gorki Rodríguez.