Declarado por Decreto en 1939, el Parque Nacional Cumbres de Majalca en el estado de Chihuahua es un tesoro natural que ha perdurado a lo largo del tiempo, ofreciendo solaz y sustento a la región. Este reportaje destaca la riqueza de su biodiversidad, su importancia ecológica, y el compromiso continuo hacia su conservación. 

HISTORIASMX. – En un acto visionario, el Ejecutivo Federal declaró las «Cumbres de Majalca» como Parque Nacional el 1 de septiembre de 1939. La motivación detrás de esta decisión fue doble: preservar el área como un centro de solaz para la recreación y proteger las fuentes de agua que alimentan los ríos Chuvíscar y Sacramento, esenciales para las comunidades locales. 

Biodiversidad en peligro: Flora y fauna únicas. 

El Parque Nacional Cumbres de Majalca alberga una diversidad de ecosistemas, desde bosques de pino-encino hasta pastizales naturales. Entre su rica fauna, destacan especies en riesgo, como la culebra chirriadora común y el halcón peregrino. Su presencia en la lista de especies amenazadas subraya la importancia crítica de este parque para la conservación. 

Integración con áreas de conservación y gestión responsable, 

Según la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), el Parque Nacional Cumbres de Majalca se encuentra mayormente en el Área de Importancia para la Conservación de las Aves (AICA) No. 134 Sierra del Nido. Este entrelazamiento con áreas prioritarias subraya la necesidad de gestión responsable para mantener la integridad ecológica de la región. 

Programa de manejo dinámico y flexible. 

El Programa de Manejo actual, elaborado por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), sirve como guía integral para la gestión del parque.

Venado Cola Blanca.

Diseñado como una herramienta dinámica y flexible, se adapta a corto, mediano y largo plazo, incorporando políticas de manejo y normativas para asegurar la sostenibilidad del área protegida. 

Retos y compromisos para el futuro. 

A pesar de los esfuerzos de conservación, el Parque Nacional Cumbres de Majalca enfrenta desafíos continuos, como la presión demográfica y la necesidad de equilibrar la conservación con el acceso recreativo. La implementación efectiva del Programa de Manejo y la colaboración entre las autoridades locales y la comunidad son esenciales para enfrentar estos desafíos. 

Tesoro natural para las generaciones futuras. 

El Parque Nacional Cumbres de Majalca, con sus bosques majestuosos, fauna única y papel vital en la provisión de agua, es un legado que merece ser protegido. A medida que avanzamos en el tiempo, la conservación y gestión efectiva son cruciales para asegurar que este tesoro natural perdure para las generaciones futuras, continuando siendo un refugio de belleza y biodiversidad. 

Vegetación de Majalca: Bosque de Pino-Encino. 

Los bosques de pino-encino, típicos de las zonas montañosas de México, dominan el paisaje del Parque Nacional Cumbres de Majalca. Este tipo de vegetación, que abarca el 60.98% del área protegida, se extiende desde altitudes elevadas hasta zonas con suelos y exposiciones menos favorables.

Paisajes del Parque Nacional Cumbres de Majalca.

Es hogar de especies como el pino piñonero y el ocote blanco, contribuyendo a la diversidad y al equilibrio ecológico. 

Formando pequeñas unidades dentro de los bosques de pino-encino, el bosque de encino-pino ocupa el 18.90% del Parque Nacional Cumbres de Majalca. Aquí, especies como el encino blanco y el pino piñonero coexisten en armonía, creando un ecosistema único. Además de su función ecológica, estos bosques son un testimonio de la adaptabilidad de la naturaleza. 

Con un 4.07% de la superficie del parque, los bosques de encino se encuentran en sitios húmedos en cañadas y laderas protegidas, formando masas puras o en asociación con pinos. El encino blanco, el roble azul, y otras especies arbóreas destacan en la fisonomía de estos encinares, acompañados de arbustos y herbáceas que contribuyen a la riqueza biológica. 

Bosque Inducido: Renaciendo la naturaleza. 

Aunque más pequeño en tamaño, el bosque inducido representa el esfuerzo humano por restaurar y reforestar. Con un 1.58% de la superficie, este ecosistema se ubica al norte del Área Natural Protegida y alberga especies como el pino amarillo y el pino real. Este testimonio de la capacidad de regeneración destaca la importancia de la conservación activa. 

Pastizal Natural: Danza de gramíneas y arbustos. 

Cubriendo el 7.36% del área protegida, los pastizales naturales del Parque Nacional Cumbres de Majalca ofrecen un contraste fascinante con los bosques circundantes. Especies como el zacate banderita y la navajita picuda dominan este ecosistema, acompañadas de árboles como encinos y táscates. Estas comunidades son esenciales para mantener el equilibrio ecológico en la transición entre matorrales y bosques. 

Hongos: Tesoros ocultos en la sombra del bosque. 

Un estudio revela la presencia de diversos hongos en el Parque Nacional Cumbres de Majalca, resaltando la conexión íntima entre la vegetación y los organismos subterráneos. Especies como la estrella de tierra y el Psilocybe coprophila son parte de este ecosistema microscópico, contribuyendo al ciclo vital del parque. 

Fauna salvaje: Mamíferos guardianes de la Serranía. 

Las serranías del Nido, incluyendo Majalca, son hogar de una variada fauna de caza mayor. El venado cola blanca, aunque más común en bosques de pino-encino, deja sus huellas en las márgenes de arroyos como Las Hadas y Río de Güerachic. El oso negro y el puma dejan rastros más ocultos, pero su presencia es crucial para el equilibrio del ecosistema. Mamíferos menores como conejos, chichimocos y mapaches se distribuyen por todo el parque, mientras que zorros grises y gatos monteses deambulan por áreas específicas, mostrando la increíble adaptabilidad de la vida silvestre. 

Aves: Melodías en las alturas. 

El cielo del Parque Nacional Cumbres de Majalca se llena con una sinfonía alada de diversas aves. Pájaros carpinteros como el carpintero volcanero y el carpintero bellotero buscan su alimento entre los árboles.

Es posible encontrar bosques de encino, pino y madroño.

La majestuosidad del águila real ocasional y la elegancia del halcón peregrino nos recuerdan la importancia de conservar estos espacios para las aves rapaces. La presencia de guajolotes silvestres añade un toque terrestre y nostálgico a la diversidad aviar del parque. 

Reptiles: Misterios en las rocosas. 

Los camaleones y la víbora casera se camuflan entre las rocas, mientras la víbora de cascabel prefiere áreas rocosas con humedad. Estos reptiles, aunque discretos, son esenciales para mantener el equilibrio del ecosistema y son testigos de la biodiversidad en cada rincón del parque. 

Anfibios: Melodías nocturnas. 

En la penumbra de la noche, los anfibios emergen. Sapos, ranas arborícolas, ranas leopardo y otros animales anfibios aportan sus sonidos característicos, creando una sinfonía nocturna que añade un toque mágico a la experiencia del parque. 

Peces: Secretos acuáticos. 

Aunque menos visibles, las fuentes de agua del Parque Nacional Cumbres de Majalca albergan especies de peces como rodapiedras, bagrecillos de río y el matalote yaqui. Estos peces, aunque menos conocidos, desempeñan un papel crucial en los delicados ecosistemas acuáticos del parque. 

Pese a los esfuerzos por conservar este sitio, existe aún una gran amenaza al ecosistema, por parte del humano, quien destruye y contamina.

El Parque Nacional Cumbres de Majalca no solo es un paisaje impresionante, sino también un refugio vital para innumerables formas de vida. Cada huella en el suelo, cada canto de ave y cada susurro de las hojas nos recuerdan la importancia de preservar este paraíso natural para las generaciones futuras. 

Fotografía: Gorki Rodríguez.  

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