El Valle de Cuatrociénegas, un oasis en medio del Desierto Chihuahuense, se destaca como uno de los humedales más importantes en México y un sitio Ramsar a nivel internacional. Este impresionante valle fue decretado como Área de Protección de Flora y Fauna en 1994, y desde entonces ha sido considerado prioritario para la conservación por la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio).
Historiasmx. – El Valle de Cuatrociénegas, ubicado en el corazón de Coahuila, abarca más de 84 mil hectáreas de un valle que alberga una gran diversidad de ambientes acuáticos, incluyendo manantiales conocidos como pozas y lagunas.
Aunque el sistema hidrológico superficial se mantuvo aislado por la formación de una cuenca cerrada, fue interconectado artificialmente para el aprovechamiento del agua en municipios cercanos.
El valle también alberga otros recursos naturales relevantes, como los afloramientos de yeso y campos de dunas, que son los segundos más extensos de América y hogar de especies endémicas gypsófilas.
Asimismo, existen áreas con suelos extremadamente salinos y formaciones de estromatolitos en agua dulce, una rareza en este tipo de ecosistemas.
Desde el punto de vista histórico y antropológico, el Valle de Cuatrociénegas ha sido considerado un oasis. Antes de la llegada de los españoles, grupos nómadas habitaban la zona y dejaron rastros de su presencia en forma de artefactos como puntas de flecha y lanza, así como en cuevas con restos de entierros y petroglifos.
A pesar de múltiples intentos de colonización por parte de los españoles desde 1598, la ocupación fue irregular debido a las constantes incursiones de los indígenas locales.
Fue en 1800 cuando se fundó la Villa de Cuatrociénegas, que se convirtió en un importante centro comercial y de intercambio en la región.
En cuanto a las actividades económicas, Cuatrociénegas ha sido un centro de acopio de ganado, minerales y productos como la candelilla y el guayule.
La agricultura ha sido la principal actividad, pero debido a la salinización de los suelos, los cultivos han ido cambiando con el tiempo. Además, la ganadería extensiva, la extracción de sales y yeso también forman parte de la economía local.
Recientemente, las actividades recreativas han cobrado relevancia con el fomento del campismo y la natación en diferentes sitios del área protegida, atrayendo a un número creciente de visitantes.
El Valle de Cuatrociénegas es un tesoro natural y cultural que merece ser preservado para las generaciones futuras. Gracias a su rica biodiversidad y su valor histórico, se consolida como un destino imperdible para quienes desean sumergirse en la belleza única del Desierto Chihuahuense y descubrir un oasis de vida en medio de la aridez.
Sin duda, este lugar especial merece la protección y conservación que se le otorga, para seguir inspirando a aquellos que lo visiten y asegurar que su esplendor perdure por siempre.
Por: Gorki Belisario Rodríguez Ávila.
Fotografía: Gobierno de México.