El peyote, venerado por su importancia ritual y medicinal entre las comunidades indígenas, es objeto de una actividad ilegal que pone en riesgo su supervivencia
HISTORIASMX. – En el vasto territorio de Jiménez, una joya natural está en peligro. El Lophophora williamsii, conocido como peyote o jícuri, se enfrenta a la amenaza constante de la sustracción ilegal para su venta en mercados clandestinos. Esta especie de cactus, endémica de México y protegida por su valor cultural y ecológico, se encuentra en estado vulnerable, según la Lista Roja de la UICN.
El peyote, venerado por su importancia ritual y medicinal entre las comunidades indígenas, es objeto de una actividad ilegal que pone en riesgo su supervivencia. A pesar de las regulaciones que lo protegen, la falta de operativos por parte de la PROFEPA, SEMARNAT y la Guardia Nacional ha permitido que la sustracción y comercialización ilegal continúen sin control en la región.
Este pequeño cactus, de apenas unos centímetros de diámetro, es una parte integral de la historia y la espiritualidad de las comunidades indígenas de México. Conocido por los efectos de la mescalina, una sustancia psicoactiva presente en sus tejidos, el peyote ha sido utilizado tradicionalmente en ceremonias rituales y como medicina sagrada.
Su distribución se limita a áreas específicas del país, incluyendo regiones desérticas en estados como Nayarit, Chihuahua, Durango, Coahuila y Tamaulipas. Sin embargo, la sustracción ilegal ha puesto en riesgo su hábitat natural y su supervivencia como especie.
Es fundamental que las autoridades tomen medidas inmediatas para proteger al peyote y su entorno. La falta de acción podría llevar a la pérdida irreversible de esta especie emblemática, con graves consecuencias para las comunidades indígenas y el ecosistema en su conjunto.
La historia y la esencia del peyote están entrelazadas con la identidad cultural de México y su conservación es un deber de todos. Es hora de actuar antes de que sea demasiado tarde.