La sobreexplotación del acuífero Jiménez-Camargo ha dejado un rastro de devastación en el río Florido, que alguna vez albergó una amplia variedad de especies acuáticas. Asimismo, la construcción de la presa Pico del Águila y la escasez de agua permanente han llevado a la extinción de todas las especies endémicas de peces en el río.
Jiménez, Chihuahua (Historiasmx). – El río Florido, ubicado en la región de Chihuahua y que nace desde el estado de Durango, alguna vez fue un oasis de vida y diversidad acuática. Sin embargo, el impacto devastador de la sobreexplotación del acuífero Jiménez-Camargo ha dejado cicatrices permanentes en este importante cuerpo de agua.
Durante la década de 1990, se inició la construcción de la presa Pico del Águila en una sección del río Florido, en el municipio de Villa Coronado, obra interrumpió el flujo del río, que antes pasaba por los municipios de López y Jiménez. El resultado fue la desaparición gradual del agua permanente en el cauce del río.
Según el «Estudio los Peces del Río Conchos» realizado en 1995, ya no se encontraba ninguna especie endémica de pez en el río Florido. Antes de la construcción de la presa, este río albergaba una gran diversidad de peces nativos, que eran aprovechados por las comunidades locales y sus alrededores. Sin embargo, para el año 2003, todas las especies descritas en el estudio habían desaparecido por completo.
Las especies extintatas son: Etheostoma pottsi; Catostomus bernardini; Carpiodes carpio; elongatus; Notropis braytoni; Ictalurus punctatus; Scartomyzon austrinus; Etheostoma australe; Cyprinella panarcys; Codoma ornata; Gila pulcra; Pylodictis olivaris; Lepomis megalotis; Campostoma ornatum; Dionda episcopa; Cyprinella lutrensis; Cyprinodon eximius; Gambusia senilis; Notropis chihuahua; Pimephales promelas y Astyanax mexicanus.
En el pasado, el tramo del río Florido que atravesaba el municipio de Jiménez albergaba un total de 21 especies de peces, incluyendo especies como Etheostoma pottsi, Catostomus bernardini, Carpiodes carpio, entre otros. A medida que el tiempo avanzaba, las especies de peces fueron disminuyendo debido a causas naturales y antropogénicas.
La construcción de la presa Pico del Águila y la apropiación del agua aguas arriba por parte de los municipios de Coronado y López resultaron en la extinción total de las 21 especies de peces descritas en el estudio. Este triste desenlace refleja el costo humano y ambiental de la sobreexplotación de los recursos acuíferos.
Diez años atrás, aún se podía apreciar cierta vida acuática en el municipio de López, donde los escurrimientos de la presa Pico del Águila llegaban. En un lugar boscoso conocido como «Las Sabanetas», el agua estancada en charcos y lagunas daba vida a áreas pantanosas, donde se encontraban especies acuáticas como cangrejos de río y almejas.
Sin embargo, en la actualidad, este ecosistema solo vive en el recuerdo fotográfico de aquellos que alguna vez lo presenciaron.
El río Florido ha pasado de ser un afluente vital para las comunidades a convertirse en un depósito de basura y escombros. El agua fluye únicamente durante los fuertes aguaceros, convirtiendo al río en un cauce de temporal. Esta transformación refleja la urgente necesidad de tomar medidas para preservar y proteger nuestros recursos acuíferos.
La sobreexplotación de los acuíferos y la falta de una gestión adecuada han tenido un impacto desastroso en el río Florido y en las comunidades que dependían de él.
Es imperativo que se implementen medidas para promover un uso sostenible del agua y proteger nuestros ecosistemas acuáticos. Solo a través de la conciencia y la acción colectiva podemos revertir los estragos causados por la sobreexplotación y preservar nuestros recursos naturales para las generaciones futuras.
El desastre ecológico ha sido permitido por la CONAGUA y PROFEPA, dependencias que únicamente se limitan a lanzar exhortos y recomendaciones.
Por: Gorki Belisario Rodríguez Ávila.
Fotografía: Historiasmx / Gorki Rodríguez.