Por años las aguas termales de Jiménez, pero especialmente la de los Remedio y Ojo de Caballo, se les ha atribuido propiedades curativas, asegurando alguna gente, curarse de enfermedades. 

Historias. – En medio del valle formado por la sierra de los Olanes y los Remedios, y rodeado de los paisajes más indómitos del gran desierto chihuahuense, se ubica en el corazón del municipio de Jiménez, las aguas termales el Ojo del Caballo.  

El lugar posee tres pozas o albercas de diferente tamaño y profundidad, seguidas una de otra, las cuales son alimentadas por el conducto del chorro de agua termal que emana desde las profundidades de la tierra. 

En la parte del chorro madre de donde emana el agua termal que posee una temperatura de entre 30 a 38 grados centígrados, una pequeña gruta con albercas, son el complemento perfecto para disfrutar de un buen baño caliente al interior de la geología de la zona. 

Los 365 días del año y los siete días de la semana, el cauce del agua termal mantiene su aforo, por lo que el sitio se puede disfrutar en cualquier época. 

La ruta al lugar turístico indómito comienza desde la ciudad de Jiménez, tomando la carretera Federal 49, Jiménez-Torreón, hasta llegar al kilómetro 164, en donde se divisa un puente, el cual se toma hasta acceder por un camino de terracería.  

Por alrededor de 30 minutos se recorre el camino de terracería, hasta llegar a una desviación con uno señalamientos carentes, para después tomar el camino de la izquierda y así llegar hasta las aguas termales el Ojo del Caballo.  

Dado que por la carretera Federal 49, no hay señalamientos es recomendable el utilizar como guía principal Google Maps. 

Por años las aguas termales de Jiménez, pero especialmente la de los Remedio y Ojo de Caballo, se les ha atribuido propiedades curativas, asegurando alguna gente, curarse de enfermedades. 

Fotografía: Historias / Gorki Rodríguez.

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