En las cálidas aguas termales del Ojo de Dolores del municipio de Jiménez, habitan dos especies de pez Cyprinodon macrolepis Miller, 1976 y Gambusia hurtadoi hubbs y springer, 1957, endemicas de este acuifero de agua termal.
HISTORIASMX. – En un emocionante descubrimiento que ha cautivado a biólogos y amantes de la naturaleza, se ha identificado una especie única en las cálidas aguas del manantial del Ojo de la Hacienda Dolores, en Chihuahua, México. Se trata del Cachorrito Escamudo (Cyprinodon spp.), un pez endémico del río Conchos que ha sido catalogado como una verdadera joya de nuestra biodiversidad.
Nombrado científicamente por Miller en 1976, este pequeño pez ha sido objeto de estudio y fascinación desde su descubrimiento. Conocido por su elegante coloración y su comportamiento territorial, el Cachorrito Escamudo ha demostrado ser una especie única con características distintivas que lo hacen destacar entre sus congéneres.
Su hábitat natural en el manantial del Ojo de la Hacienda Dolores presenta condiciones únicas que han moldeado su evolución a lo largo del tiempo. Con temperaturas que oscilan entre los 29°C y 34°C, y una profundidad que varía de 0.3 a 1.2 metros, estas aguas termales ofrecen el escenario perfecto para la vida de esta especie. Además, su dieta variada, que incluye algas filamentosas y pequeños macroinvertebrados, demuestra su papel crucial en el ecosistema acuático.
La biología del Cachorrito Escamudo es tan fascinante como su apariencia. Los machos establecen territorios agresivamente, patrullando un área de aproximadamente medio metro de diámetro y permitiendo solo la entrada de hembras para el desove. Las hembras, tras fertilizar los huevecillos, son expulsadas, dejando a los huevecillos a su suerte en el medio acuático.
Sin embargo, a pesar de su belleza y singularidad, el Cachorrito Escamudo enfrenta serias amenazas. Clasificado como una especie amenazada y en peligro según diversas normativas, su conservación se ha convertido en una prioridad urgente. La degradación del hábitat, la contaminación y la introducción de especies invasoras representan desafíos significativos para la supervivencia de esta especie única.
El descubrimiento del Cachorrito Escamudo nos recuerda la importancia de proteger y conservar nuestra rica biodiversidad. Como una especie endémica del río Conchos, representa no solo un tesoro natural, sino también un símbolo de la fragilidad y la belleza de nuestros ecosistemas acuáticos. Su preservación es vital para garantizar un futuro sostenible para las generaciones venideras.
Otra de las especies, Se trata del Gambusia hurtadoi, un pez endémico del río Conchos que ha cautivado con su belleza y singularidad.
La hembra de Gambusia hurtadoi, retratada majestuosamente en su hábitat natural por las cámaras de WWF, exhibe una distintiva barra negra y ancha a lo largo de su cuerpo, seguida por una llamativa raya azul celeste en su parte inferior. Sus aletas dorsal y anal, al igual que las de los machos, resplandecen con un deslumbrante tono amarillo, dotándola de un encanto único.
Este fascinante pez, también conocido como Guayacón de Dolores o crescent gambusia, ha sido objeto de estudio desde su descubrimiento en 1957 por Hubbs, Clark y V.G. Springer. Su localidad tipo en el Ojo de la Hacienda Dolores, un manantial termal en Chihuahua, México, lo convierte en un tesoro de nuestra biodiversidad.
El hábitat del Gambusia hurtadoi es tan singular como él mismo, habiendo desarrollado adaptaciones extraordinarias para sobrevivir en aguas claras y cálidas, con temperaturas que oscilan entre los 29°C y 34°C. Aunque se siente como en casa en estas aguas termales, también tolera temperaturas más frías de hasta 18°C. Su dieta principalmente carnívora, compuesta por insectos y otros invertebrados, lo convierte en un depredador ágil y voraz en su ecosistema.
Pero lo más fascinante de todo es su comportamiento social y reproductivo. Los machos de Gambusia hurtadoi establecen jerarquías marcadas, mostrando agresividad hacia sus congéneres y desarrollando una coloración distintiva para señalar su dominio. Mientras tanto, las hembras, aparentemente menos selectivas en su elección de pareja, se reproducen durante todo el año, asegurando así la continuidad de esta especie única.
Sin embargo, el futuro del Gambusia hurtadoi está en peligro. Clasificado como una especie amenazada y vulnerable según diversas normativas, su conservación se ha convertido en una prioridad para biólogos y conservacionistas. Su belleza incomparable y su papel crucial en el equilibrio ecológico de su hábitat lo convierten en un tesoro que debemos proteger.
Este descubrimiento nos recuerda la importancia de preservar y proteger nuestras especies nativas, no solo por su valor intrínseco, sino también por el papel vital que desempeñan en el tejido de nuestro ecosistema. El Gambusia hurtadoi, con su belleza y singularidad, nos inspira a apreciar y cuidar la maravillosa diversidad de la vida en nuestro planeta.
Fotografía: Los Peces del Río Conchos.