Enclavado a 120 kilómetros de la bulliciosa capital, en el tranquilo poblado de San Francisco de Borja, se encuentra el asombroso Cañón de Namúrachi, un capricho de la naturaleza que cautiva a los amantes del aire libre, el senderismo y la aventura.  

Historiasmx. – El parque ecológico del Cañón de Namúrachi, ubicado en el municipio de San Francisco de Borja, es un verdadero refugio de la naturaleza a solo 10 kilómetros del poblado.  

Este rincón indómito ofrece un viaje único a través de formaciones rocosas talladas por la lluvia y el viento durante millones de años, creando una serie de cavidades que parecen portales a otro mundo. 

Para llegar a esta joya natural, los visitantes pueden seguir los señalamientos desde San Francisco de Borja o utilizar aplicaciones como Google Maps para asegurarse un recorrido tranquilo y seguro. El camino de terracería que cruza un río local lleva a los aventureros hacia las maravillas ocultas del Cañón. 

El sendero dentro del Cañón de Namúrachi deslumbra con imponentes paredes de granito de más de 25 metros de altura. El recorrido serpentea a lo largo de unos 700 metros, brindando vistas espectaculares y nuevas formaciones rocosas en cada paso. Además, la rica fauna y flora, como los robles milenarios y los helechos, se suman a la belleza del entorno. 

La última parte del recorrido culmina en un acantilado donde se encuentran cuevas que parecen haber sido esculpidas por manos gigantes. Una de estas cuevas, con un pequeño orificio en su techo, deja pasar un rayo de luz que crea un efecto mágico, semejante a una puerta astral a otra dimensión. 

La historia también marca presencia en el Cañón de Namúrachi, ya que una cueva al final del cañón solía ser utilizada para celebrar misas durante la Guerra Cristera. Actualmente, un pequeño templo católico en honor al Sagrado Corazón recuerda este capítulo de la historia. 

Este lugar único ha sido escenario de eventos musicales debido a su acústica excepcional, lo que lo convierte en un espacio ideal para conciertos de música de cámara y clásica. 

El Cañón de Namúrachi es mucho más que un simple atractivo natural; ofrece una gama de actividades para los amantes de la aventura, desde senderismo y campismo hasta escalada y rapel. Además, el parque fomenta la responsabilidad ecológica, instando a los visitantes a colaborar en el mantenimiento y la limpieza del entorno. 

En temporada de lluvias, el cañón se transforma en un espectáculo de cascadas y corrientes que recorren sus paredes de granito. Sin embargo, debido a la seguridad, se recomienda evitar el lugar en estas circunstancias. 

El Cañón de Namúrachi es un regalo natural que ofrece a los habitantes y visitantes de Chihuahua la oportunidad de desconectar de la rutina y sumergirse en la belleza serena y deslumbrante de la naturaleza.  

Con su mezcla de historia, emoción y maravillas geológicas, este rincón en San Francisco de Borja es un verdadero tesoro en medio del vasto territorio chihuahuense. 

Fotografía: Archivo.

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