De un total de 157 mil 123 trabajadores del campo al mes de junio del 2023, sólo hay 2 mil 820 jornaleros asegurados ante el IMSS.
Historiasmx. – A la región centro-sur del estado, anualmente arriban más de 10 mil jornaleros agrícolas indígenas, provenientes de la Sierra Tarahumara y de estados del sur de México, a la pizca de productos agrícolas como chile y cebolla principalmente.
Esta región se encuentra conformada principalmente por los municipios de Meoqui, Delicias, Camargo y Jiménez. Municipios en donde la producción de chile y cebolla, requieren aún de la fuerza laboral del hombre, para poder lograr las cosechas.
Dado que el trabajo en el campo ha dejado de ser atractivo para los habitantes de los municipios, principalmente por la baja paga laboral, explotación, condiciones laborales en precarias condiciones y sin el mínimo equipo laboral de seguridad, así como la nula aseguranza en el seguro social. Son factores que han hecho escasear la mano laboral y han dado paso al empleo de mano laboral más manipulable y barata, la indígena.
Los indígenas para poderse trasladar a laborar a los predios agrícolas, por lo general son transportados en vehículos Pick-Up, en los cuales el chofer de la unidad se arregla con el patrón (dueño del predio agrícola) el cual le costea la gasolina y este a su vez les cobra una tarifa diaria a los indígenas para transportarlos hasta el área laboral, en vehículos que en la mayoría de las ocasiones no son para transporte de personal, así como de no cumplir con los requerimientos básicos para brindar una garantía o seguro de viajero al indígena en caso de algún percance.
Pese a que es un tema que le compete a la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STyPS), año con año se continúan dando este tipo de prácticas, sin que algún terrateniente sea sancionado por promover este tipo de prácticas e implementar un sistema de transporte digno.
A partir del 2015 a la fecha algunos terratenientes movidos por la necesidad de contar con mano laboral, han implementado sistemas de transporte rudimentarios. Utilizando camiones escolares para el transporte de personal, en su mayoría indígena, y aunque es un gran logro, no cuentan con una buena ventilación adecuada o sistema de ventilación, así como de dispensadores de agua, para poder hacer más pasajeras las altas temperaturas de trayecto en el campo y hasta las comunidades o la ciudad, durante horas pico de sol.
Con todos los riesgos que conllevan los viajes de jornaleros, hasta los predios agrícolas los indígenas que laboran en el campo ven esta su única opción para ganar unas cuantas monedas, aunque no sea lo suficiente para una vida digna. Todo esto a la vista de las autoridades gubernamentales y del trabajo.
Por años, a la cultura del indígena sólo se le ha promocionado como una extensión más del estado de Chihuahua, aprovechando la imagen para generar ganancias para agencias de viajes, consorcios hoteleros y comercios trasnacionales de turismo, sin crear políticas para tomar en cuenta a la población indígena y que tenga acceso a educación y trabajos bien remunerados
Aseguranza social para el jornalero una farsa de la STyPS.
El estado de Chihuahua es una entidad federativa la cual tiene como principal actividad económica la industria agropecuaria. Siendo así el estado líder en la exportación de ganado y producción de algunos productos del campo a nivel nacional, y todo gracias a la fuerza laboral del jornalero que le da el crédito al terrateniente, de agricultor.
En el estado, según el prontuario estadístico de la Secretaría de Innovación y Desarrollo Económico del Gobierno del Estado de Chihuahua, con fecha al mes de abril del 2023, existe una ocupación de jornaleros agrícolas en el estado de 157 mil 123 personas, con un “salario” diario de 310.22 pesos, presuntamente.
En México, según la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STyPS) en caso de que se haya omitido la inscripción a los trabajadores en el Seguro Social, el patrón es el responsable de los riesgos de trabajo que sufran los empleados al encontrarse laborando en la empresa; y, en consecuencia, se obliga a pagarles a los trabajadores las indemnizaciones que se encuentran estipuladas en la Ley Federal del Trabajo (LFT) en los artículos 491 al 495.
Según estadísticas de la STyPS, los trabajadores asegurados ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) durante el mes de enero del 2023, contabilizan 15 mil 691 trabajadores; febrero, 15 mil 414; marzo, 15 mil 446; abril, 15 mil 531; mayo, 15 mil 648 y junio 15 mil 514 afiliados.
Mientras que, de eventuales en el campo durante el mes de enero del 2023, había afiliados 389 personas; febrero, 384; marzo, 392; abril, 362; mayo, 373 y junio 374 personas afiliadas.
Esto evidencia que, de las 157 mil 123 personas que existen laborando en el sector agropecuario, al mes de junio de este año, hay 15 mil 514 trabajadores permanentes afiliados al IMSS, mientras que de eventuales solo hay 374 al mes de junio. Cifra que no llega ni al 50% de afiliados de la cifra total de trabajadores en el sector agropecuario.
De acuerdo a información de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) Delegación Chihuahua, no cuenta con estadísticas de cuántas personas trabajan en el sector agropecuario del estado.
Trabajo infantil en campos agrícolas del estado.
En el estado de Chihuahua, México, se encuentra una realidad oculta y preocupante: el trabajo infantil en los campos agrícolas. Durante el año 2022, se realizaron 171 inspecciones en diversas zonas agrícolas del estado, y se detectó que 47 adolescentes, tanto hombres como mujeres, estaban realizando labores en su mayoría de la etnia indígena. Estos datos fueron confirmados por la directora de Inspección del Trabajo y Previsión Social de Chihuahua, Carmen Iveth Balderrama.
Un problema extendido
Según las estadísticas de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), en Chihuahua hay 42,760 niños, niñas y adolescentes trabajando en ocupaciones no permitidas, lo que representa el 1.9% de la población total nacional en esta situación. Estos menores se encuentran mayormente en los campos agrícolas de la entidad, donde laboran en condiciones precarias y, en muchos casos, son objeto de explotación infantil.
La explotación infantil disfrazada de trabajo honrado
Aunque el empleo infantil en los campos agrícolas está prohibido, se ha romantizado como un ejemplo de trabajo honesto. Frases como «Niños que ponen el ejemplo» o «Estos son los niños de Chihuahua, chambeadores» contribuyen a diluir la gravedad del trabajo infantil, que según expertos juristas, califica como explotación infantil.
La mano de obra infantil es muy valorada en la cosecha, especialmente en cultivos como el chile verde, cebolla y tomate, debido a su capacidad para maniobrar en los espacios reducidos y recoger los productos más escondidos.
La mayoría de los niños y niñas que trabajan en los campos agrícolas de Chihuahua pertenecen a diversas etnias indígenas del estado y del sur de México, lo que agrava aún más su vulnerabilidad y desigualdad.
El contexto a nivel mundial
A nivel mundial, el sector agrícola concentra la mayor cantidad de trabajo infantil, con un alarmante 70% o 112 millones de niños trabajando en estas condiciones.
Le siguen los servicios con un 20% y la industria con un 10%. Esta problemática afecta a millones de niños en todo el mundo y requiere una atención urgente y una acción concertada para proteger los derechos de los menores.
El pago por recoger la cosecha
El chile verde en sus diversas variedades es el cultivo que más mano de obra emplea en los campos de Chihuahua. Sin embargo, los jornaleros agrícolas, en su mayoría indígenas, reciben pagos precarios que oscilan entre cincuenta centavos y cinco pesos por kilo y de ocho a quince pesos por bote recolectado.
Además, trabajan sin seguro social y realizan jornadas laborales extenuantes, superando las doce horas diarias.
Rescate de indígenas secuestrados
En la década de los 90, en el municipio de Jiménez, un grupo de regidores liderados por el profesor Belisario Rodríguez López, logró rescatar a 90 indígenas del sur de México que se encontraban secuestrados en predios agrícolas de la región.
Estos indígenas estaban siendo obligados a realizar trabajos forzados, lo que evidencia la gravedad de la explotación y trata de personas en los campos agrícolas de Chihuahua.
El trabajo infantil en los campos agrícolas de Chihuahua es un problema real y grave que afecta a miles de niños y niñas, especialmente de etnias indígenas.
A pesar de las regulaciones y leyes que prohíben esta práctica, la realidad muestra que sigue siendo una práctica extendida y normalizada en algunos sectores de la sociedad.
Es imperativo que las autoridades y la sociedad en su conjunto tomen medidas urgentes para erradicar el trabajo infantil y proteger los derechos de los menores.
Se requiere un esfuerzo conjunto de los gobiernos, organizaciones internacionales y locales, empresas y la sociedad civil para garantizar un futuro seguro y digno para los niños y niñas de Chihuahua y de todo México. La lucha contra la explotación infantil debe ser una prioridad para construir un mundo más justo e igualitario para todos.
Por: Gorki Belisario Rodríguez Ávila.
Fotografía: Historiasmx.