Guillermo Baca, Maclovio Herrera, Las Ánimas y Villa Escobedo enfrentan pérdidas en agricultura y ganadería tras cinco años sin lluvias constantes.
HISTORIASMX. – A tan solo unos kilómetros de la ciudad de Parral, en localidades como Guillermo Baca, Maclovio Herrera, Las Ánimas y Villa Escobedo, la sequía se ha convertido en el desafío más grande para las familias dedicadas a la agricultura y la ganadería. Durante más de cinco años, la falta de lluvias suficientes ha deteriorado gravemente las actividades productivas, dejando a las comunidades en una crisis económica y social sin precedentes.
Sin lluvias, sin apoyo: el abandono gubernamental
Los productores rurales han señalado la ausencia de estímulos federales, como el programa “Sembrando Vida” y Procampo, los cuales han quedado en promesas no cumplidas. Hugo Moreno, coordinador de programas federales, informó que estas localidades no fueron incluidas como zonas vulnerables, excluyéndolas del acceso a recursos esenciales.
Para familias como la de Miguel Yáñez, un agricultor de Guillermo Baca, esto representa un golpe doble. Durante años, Miguel se ha dedicado a sembrar chile, cebolla y tomates, llevando su producción a Chihuahua, donde obtiene mejores precios. Sin embargo, la sequía prolongada ha reducido drásticamente su productividad. “Aunque llueve, no es constante ni suficiente; a veces las tormentas son tan fuertes que causan más daño que beneficio,” lamenta el productor.
Los nogaleros: resistencia en una tierra árida
La sequía también ha golpeado al sector nogalero, una actividad clave en estas comunidades. Catalino Yáñez, de más de 60 años, ha cultivado con esfuerzo unas 500 nogaleras en su terreno. A pesar de su dedicación, la falta de agua y el aumento de plagas han diezmado su producción. “Antes eran más árboles, pero muchos se han perdido. Ahora la cosecha es menor y cada año es más difícil mantenerlos,” comenta.
La situación se agrava con la falta de apoyos gubernamentales, que en años anteriores incluían insumos básicos. “Antes nos daban hasta un mandadito, pero hoy ya no nos dan nada,” dice Catalino, quien a pesar de las adversidades sigue trabajando con la esperanza de que las lluvias vuelvan y las condiciones mejoren.
Ganadería en crisis: entre la venta forzada y la pérdida de reses
En Maclovio Herrera, Yaneth Hernández y su familia enfrentan una situación crítica. La sequía no solo ha afectado sus cultivos, sino también la producción lechera de su ganado, lo que ha provocado una grave inestabilidad económica. “En una semana perdimos seis reses. Si no hay agua, tampoco hay pasto, y el ganado no sobrevive,” explica Yaneth.
La desesperación ha llevado a muchas familias a vender sus reses antes de que mueran por la falta de alimento y agua. Sin embargo, los precios del ganado no compensan las pérdidas económicas, dejando a estas familias en una situación de incertidumbre y vulnerabilidad.
Un campo en peligro: el futuro de la producción agrícola
Un recorrido por estas localidades rurales revela un panorama desolador. Las tierras, antes fértiles, ahora están secas y agrietadas, mientras que los cultivos no alcanzan a desarrollarse debido a la insuficiencia hídrica. Para los ganaderos, las condiciones también son insostenibles, con un déficit en los recursos necesarios para mantener sus cabezas de ganado.
La falta de lluvias suficientes hace prever que el próximo ciclo agrícola esté en riesgo, lo que podría agravar aún más la crisis. Sin estímulos ni apoyos gubernamentales, los productores locales ven cada vez más lejano el regreso de la estabilidad.
Acciones desde el Congreso: promesas de presupuesto y apoyo
El diputado local Guillermo Ramírez aseguró que el Congreso del Estado trabajará en la asignación de recursos para apoyar al sector agrícola y ganadero de Parral. En las próximas semanas, se analizarán las propuestas para el Presupuesto de Ingresos y Egresos de los municipios, y se espera destinar fondos para estimular las actividades productivas.
“Es necesario priorizar las zonas rurales, que son las más afectadas por la sequía y donde las familias dependen completamente del campo. Antes de que termine el año, buscaremos garantizar un apoyo significativo,” afirmó el legislador.
La resistencia de las comunidades: esperanza en medio de la adversidad
A pesar de las adversidades, los habitantes de Guillermo Baca, Maclovio Herrera, Las Ánimas y Villa Escobedo mantienen la esperanza de que las lluvias vuelvan a ser constantes y que los gobiernos de los tres niveles reconozcan la gravedad de la crisis. Estas familias, que han vivido del trabajo del campo por generaciones, siguen luchando para preservar su forma de vida en medio de un panorama que parece cada vez más incierto.
“Aquí seguimos, resistiendo. Sabemos trabajar la tierra y criar a nuestro ganado, pero necesitamos el apoyo que antes sí llegaba. No queremos que nuestras comunidades desaparezcan,” concluye Miguel Yáñez, quien sigue sembrando con la esperanza de que un día las condiciones mejoren.
La sequía en Parral es un recordatorio de que el campo mexicano enfrenta desafíos profundos que requieren atención inmediata. Sin apoyos, estas comunidades podrían enfrentar un colapso económico y social que afectaría no solo a sus habitantes, sino a toda la región. El tiempo para actuar es ahora.