Jiménez necesita líderes que pongan el bienestar de la comunidad por encima de los intereses privados. Sin agua, no hay futuro, y proteger a quienes han contribuido a su escasez es un error que la región no puede permitirse.
HISTORIASMX. – La historia de Jiménez, Chihuahua, y su relación con el agua es un relato de contradicciones profundas. Desde la instalación de la primera nogalera, hace más de 40 años, comenzó una extracción desmedida del vital líquido del acuífero Jiménez-Camargo. Hoy, este recurso se encuentra al borde del colapso, con un déficit anual de 167,374,574 m³, lo que no solo amenaza la sostenibilidad ambiental, sino que también hunde al municipio en la pobreza.
El saqueo de un recurso vital.
El cultivo del nogal, conocido por su alto consumo hídrico, ha llevado a la sobreexplotación del acuífero, dejando sin reservas a una región históricamente dependiente del agua para su desarrollo. Durante décadas, prácticas ilegales, como la perforación y extracción no autorizada, han sido toleradas e incluso auspiciadas por dependencias como la CONAGUA, la SADER y los tres niveles de gobierno. Mientras tanto, Jiménez se seca y sufre. Sin agua suficiente, las inversiones empresariales no llegan, las oportunidades de empleo escasean, y el municipio se empobrece cada día más.
La indiferencia disfrazada de acción.
En lugar de implementar medidas para detener esta crisis, las autoridades estatales y municipales han decidido proteger a quienes han saqueado el agua de Jiménez. Bajo el programa “Cosecha de Alto Valor 2024”, la Dirección de Seguridad Pública Municipal y la Secretaría de Seguridad Pública Estatal (SSPE) han desplegado operativos para garantizar la seguridad de los productores nogaleros, quienes paradójicamente han contribuido al agotamiento del acuífero.
El sábado 16 de noviembre, estos operativos se llevaron a cabo en zonas nogaleras emblemáticas como Las Pampas, Ejido California y Rancho El Pelón, entre otros. Según el Director de Seguridad Pública, Leonardo Olivas, estas acciones buscan prevenir robos y garantizar la tranquilidad de los agricultores durante la temporada de cosecha. Sin embargo, este despliegue de recursos para proteger intereses particulares pone en evidencia una desconexión alarmante entre las prioridades gubernamentales y las necesidades reales de la población.
El precio del agua: un costo social incalculable.
La pregunta que surge es inevitable: ¿qué mensaje envía el gobierno al priorizar la protección de los nogaleros mientras el municipio se hunde en la falta de agua? Este operativo, con unidades, drones y helicópteros, contrasta con la inacción para enfrentar el saqueo de los recursos hídricos. En lugar de regular el uso del agua, detener la perforación ilegal y sancionar a los responsables, las autoridades parecen premiar a quienes han contribuido al deterioro ambiental y social de Jiménez.
¿Un futuro sin agua?.
El panorama no es alentador. Con un acuífero agotado y un sistema político que prioriza intereses económicos sobre el bienestar de la comunidad, Jiménez enfrenta un futuro incierto. La falta de agua no solo limita el desarrollo económico, sino que amenaza la calidad de vida de sus habitantes. Mientras tanto, las políticas gubernamentales parecen centrarse en garantizar la tranquilidad de los saqueadores, dejando a la población sin respuestas ni soluciones reales.
Un llamado a la acción.
Es hora de que las autoridades cambien el rumbo. En lugar de desplegar operativos para proteger a quienes han explotado el acuífero, es necesario implementar medidas urgentes para su recuperación. Esto incluye la regulación estricta del uso del agua, sanciones para la perforación ilegal y un plan integral que priorice el acceso equitativo al recurso.
Jiménez necesita líderes que pongan el bienestar de la comunidad por encima de los intereses privados. Sin agua, no hay futuro, y proteger a quienes han contribuido a su escasez es un error que la región no puede permitirse.
Por: Gorki Belisario Rodríguez Ávila.