Fotografía: HISTORIASMX.

El arsénico es un elemento tóxico que ha sido identificado en diversas localidades, incluyendo grandes ciudades como Ciudad Juárez, Chihuahua capital, Delicias, Jiménez y Parral.

HISTORIASMX. – El estado de Chihuahua, uno de los territorios más grandes de México, enfrenta una serie de problemas relacionados con la disponibilidad y calidad del agua. La contaminación de sus fuentes de agua, tanto superficiales como subterráneas, es una de las problemáticas más graves que afecta a la población y al medio ambiente. Este reportaje se adentra en las principales causas de la contaminación hídrica en Chihuahua y las consecuencias para sus habitantes, según el Plan Estatal Hídrico 2040.

El contexto hídrico de Chihuahua.

Chihuahua se caracteriza por su clima semiárido y árido, lo que convierte al agua en un recurso especialmente valioso y escaso. Con una precipitación media anual que varía de 220 mm en las regiones más secas a más de 800 mm en las áreas montañosas, el estado depende en gran medida de los acuíferos subterráneos para abastecer a sus poblaciones. Según el Plan Estatal Hídrico de Chihuahua 2040, el 80% del agua consumida en el estado proviene de acuíferos, muchos de los cuales están sobreexplotados.

Contaminación del agua subterránea: un problema creciente.

Uno de los problemas más graves que enfrenta Chihuahua es la contaminación de sus acuíferos. De los 61 acuíferos existentes en el estado, 41 están sobreexplotados, y muchos presentan altos niveles de contaminantes como arsénico, fluoruro y plomo, afectando directamente a la calidad del agua consumida por la población.

El arsénico es un elemento tóxico que ha sido identificado en diversas localidades, incluyendo grandes ciudades como Ciudad Juárez, Chihuahua capital, Delicias, Jiménez y Parral. Este elemento representa un peligro para la salud humana, pues su consumo prolongado está relacionado con enfermedades graves como el cáncer de piel, pulmón y vejiga, además de afectar el sistema cardiovascular. En varias zonas del estado, los niveles de arsénico en el agua superan los límites establecidos por las normas mexicanas (NOM-127-SSA1-1994), lo que implica riesgos graves para los habitantes que dependen de estas fuentes.

Otro contaminante frecuente es el fluoruro, que aunque en bajas concentraciones puede tener beneficios para la salud dental, en grandes cantidades puede provocar fluorosis, una enfermedad que daña los huesos y dientes. Las áreas donde se ha detectado un mayor nivel de este elemento suelen coincidir con las zonas de extracción más intensa de agua subterránea.

Asimismo, el plomo es otro de los contaminantes presentes en los acuíferos de Chihuahua. La exposición prolongada a este metal pesado puede causar daños severos al sistema nervioso, renal y reproductivo, afectando particularmente a las poblaciones más vulnerables.

Principales fuentes de contaminación.

La sobreexplotación de los acuíferos es una de las principales causas de la contaminación en Chihuahua. A medida que la demanda de agua crece, especialmente en sectores como la agricultura y la industria, la extracción excesiva de agua subterránea ha provocado no solo una disminución de los niveles de agua, sino también la intrusión de contaminantes como el arsénico y el fluoruro, que se movilizan desde las capas más profundas hacia las zonas de captación.

En el sector agrícola, el uso intensivo de pesticidas y fertilizantes ha contribuido a la contaminación de las fuentes de agua. En Chihuahua, donde la agricultura es una de las principales actividades económicas, grandes extensiones de terreno se dedican al cultivo de productos como alfalfa, maíz y nueces. El exceso de químicos agrícolas contamina el suelo y, a través de la filtración, llega a las fuentes de agua subterráneas y superficiales.

Por otro lado, la actividad industrial en Chihuahua también ha generado altos niveles de contaminación. Muchas industrias descargan sus aguas residuales sin el tratamiento adecuado, lo que provoca que metales pesados y otros productos químicos tóxicos lleguen a los ríos, lagos y acuíferos del estado. La falta de un sistema eficiente de tratamiento y regulación de estas descargas ha agravado la contaminación.

A esto se suma la falta de infraestructura de saneamiento en muchas comunidades del estado, lo que implica que una gran cantidad de aguas residuales domésticas se descarguen directamente en cuerpos de agua sin ningún tipo de tratamiento. Esto es particularmente preocupante en las áreas rurales, donde las poblaciones más vulnerables no cuentan con acceso a servicios básicos de saneamiento.

Impactos en la salud y el medio ambiente.

La contaminación del agua en Chihuahua tiene graves consecuencias para la salud de sus habitantes. Las enfermedades relacionadas con la exposición a arsénico, plomo y fluoruro suelen desarrollarse de manera lenta pero son devastadoras a largo plazo. Comunidades enteras, especialmente en las zonas rurales, dependen de agua subterránea contaminada para su consumo diario, lo que aumenta los riesgos de sufrir estas enfermedades.

Además de los efectos sobre la salud humana, la contaminación de los cuerpos de agua también está afectando los ecosistemas locales. Los ríos y lagos, como el Río Conchos, han visto una disminución significativa en la calidad del agua, lo que ha llevado a la muerte de peces y otras especies acuáticas. Este deterioro de los ecosistemas acuáticos no solo afecta a la biodiversidad, sino también a las comunidades que dependen de estos recursos naturales para su sustento.

Medidas y soluciones propuestas.

El Plan Estatal Hídrico 2040 de Chihuahua busca abordar estos problemas proponiendo diversas soluciones. Entre ellas, destaca la tecnificación del riego agrícola, que permitirá un uso más eficiente del agua y reducirá la sobreexplotación de los acuíferos. Además, se busca disminuir el uso de fertilizantes y pesticidas para mitigar la contaminación de las fuentes de agua.

Otra de las propuestas importantes es aumentar la capacidad de las plantas potabilizadoras en todo el estado para asegurar que el agua que llega a los hogares esté libre de contaminantes como el arsénico y el plomo. Esto permitirá que más personas accedan a agua potable de calidad, lo que reducirá los riesgos de enfermedades.

El monitoreo constante de la calidad del agua es una herramienta crucial para detectar a tiempo cualquier deterioro y tomar las medidas necesarias para corregirlo. Este tipo de vigilancia debe extenderse a todas las fuentes de agua del estado, tanto superficiales como subterráneas, para garantizar que cumplan con los estándares de calidad.

Finalmente, la reutilización de aguas residuales tratadas es una de las estrategias que se están considerando para aliviar la presión sobre los recursos hídricos. El tratamiento adecuado de estas aguas permitirá su uso en sectores como la agricultura y la industria, reduciendo la demanda de agua limpia.

Conclusión: Un futuro incierto pero abordable.

El futuro del agua en Chihuahua es incierto, pero las medidas que se tomen hoy pueden marcar la diferencia. La contaminación de las fuentes de agua es un problema que requiere la cooperación de todos los sectores de la sociedad, desde los ciudadanos hasta el gobierno y la industria. Con un manejo adecuado del agua, y la implementación de soluciones sostenibles, es posible garantizar que las futuras generaciones tengan acceso a este recurso vital sin comprometer su salud ni el medio ambiente.

Por: Gorki Belisario Rodríguez Ávila

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