Bajo el imponente sol del desierto, la Sierra de Samalayuca se erige como un testigo silencioso de tiempos pasados. En sus formaciones anticlinales, los petrograbados y las pictografías revelan historias de civilizaciones prehistóricas que habitaron el norte de Chihuahua.
HISTORIASMX. – Situada en el vasto desierto de Chihuahua, a unos 52 kilómetros de Ciudad Juárez, se encuentra Samalayuca, una región de belleza singular y riqueza arqueológica. Considerada por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales y la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) como uno de los ecosistemas más frágiles, Samalayuca alberga una vegetación escasa y enfrenta un clima extremoso.
No obstante, su importancia va más allá de su biodiversidad; es también un testimonio viviente de las antiguas civilizaciones que una vez habitaron esta región.
Un Ecosistema Frágil Bajo Presión.
Samalayuca no solo es notable por sus impresionantes dunas de arena sílica, sino también por las actividades económicas que se desarrollan en sus cercanías, como la agricultura y la ganadería. A esto se suma la presencia de una termoeléctrica a escasos metros del área protegida.
Estos factores han llevado a la CONANP a establecer estrategias de manejo y conservación, buscando un equilibrio entre los recursos naturales y las actividades humanas. La participación de los habitantes locales es crucial para mitigar los efectos negativos de estas actividades y preservar este delicado ecosistema.
Un Viaje a Través del Tiempo: Petrograbados y Arte Rupestre.
Bajo el imponente sol del desierto, la Sierra de Samalayuca se erige como un testigo silencioso de tiempos pasados. En sus formaciones anticlinales, los petrograbados y las pictografías revelan historias de civilizaciones prehistóricas que habitaron el norte de Chihuahua. Según el estudio de Eduardo Gamboa, «Sitios Arqueológicos, Petrograbados y Pictografías del Estado de Chihuahua» (1991), los petrograbados en Samalayuca datan de entre el 1000 y el 1500 d.C., y son considerados entre los más importantes del estado, junto con los de La Candelaria y la Cañada del Café.
Gamboa identificó dos grandes grupos de petrograbados en Samalayuca, con representaciones que van de 20 a 300 elementos. Estas representaciones están relacionadas con las culturas Mogollón, Mimbres y Anasazi. Destaca, entre ellas, la figura de Tláloc con un diseño de manta, parte de la Jornada Mogollón. Además, una emblemática figura de un borrego cimarrón del periodo Arcaico Tardío (200 a.C. a 1100 d.C.) evidencia la importancia de este animal para los cazadores-recolectores de la época.
Descubrimientos Arqueológicos y Conservación.
En las cercanías de la Sierra de Samalayuca, no solo se han encontrado petrograbados, sino también restos arquitectónicos y cerámicos. Estos hallazgos incluyen vasijas, proyectiles de piedra y puntas de flecha, utilizados tanto para la caza como para la defensa personal. Estos descubrimientos han llevado al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) a promover el manejo adecuado de estos sitios arqueológicos, históricos y culturales, bajo esquemas de desarrollo sustentable para el área protegida de Samalayuca.
Un Legado para las Futuras Generaciones.
Desde el sur, donde se encuentran las pinturas rupestres de los Remedios en el municipio de Jiménez, hasta el área natural de Samalayuca, los vestigios de antiguas civilizaciones ofrecen una ventana al pasado. Las representaciones rupestres, los tallados líticos y las estructuras arquitectónicas nos hablan de la manera en que estos pueblos entendían el mundo que los rodeaba. Los petrograbados de Samalayuca son una prueba palpable de este legado cultural, que hoy sigue fascinando a arqueólogos, historiadores y visitantes por igual.
Samalayuca no es solo un lugar de extremada belleza natural y biodiversidad, sino también un sitio arqueológico de inmensa importancia. La conservación de este ecosistema frágil y la promoción de un manejo sustentable son esenciales para preservar tanto su riqueza natural como su herencia cultural. Los esfuerzos conjuntos de la CONANP, el INAH y la comunidad local son fundamentales para asegurar que Samalayuca siga siendo un tesoro para las futuras generaciones, un lugar donde la historia y la naturaleza se entrelazan en un paisaje de dunas y petrograbados.
Por: Gorki Rodríguez.