Fotografía: IA / HISTORIASMX.

La disminución de la captación pluvial ha sido drástica, con un descenso del 58.91% en la última década, lo que ha complicado aún más la situación.


HISTORIASMX. – En las últimas cuatro décadas, el acuífero Valle del Verano, una fuente vital de agua para Parral, ha sido sobreexplotado y se enfrenta a un escenario crítico. Se estima que en tan solo 10 años, este acuífero podría agotarse completamente, lo que pone en riesgo el abastecimiento de agua para el 37% de las colonias de la ciudad.


El Valle del Verano, que actualmente alimenta a la ciudad a través de 16 pozos, ha visto cómo la profundidad necesaria para alcanzar agua ha aumentado significativamente debido a la falta de lluvias y a la constante extracción. Según Ernesto Durán, un empresario local de exploración de pozos, en la década de 1970, el agua se encontraba a solo 8-10 metros de profundidad, mientras que ahora se deben perforar hasta 400 metros para acceder a ella. Esto no solo implica un mayor costo energético y de infraestructura, sino que también plantea serias preguntas sobre la sostenibilidad del recurso.

Juan Plancarte Castro, director ejecutivo de la Junta Municipal de Agua y Saneamiento (JMAS), reconoce la gravedad de la situación pero asegura que medidas como la aprobación de Conagua para la extracción y la posible eficiencia en la administración del agua podrían ayudar. A pesar de estas medidas, la sobreexplotación ha llevado a un inevitable declive en la disponibilidad del agua.


La disminución de la captación pluvial ha sido drástica, con un descenso del 58.91% en la última década, lo que ha complicado aún más la situación. Este declive en las precipitaciones ha afectado directamente la recarga de los mantos acuíferos, con proyecciones de que tomará 15 años para que el agua de lluvia reciente comience a impactar los niveles subterráneos.

Ante esta crítica situación, se están evaluando estrategias para reducir la dependencia del acuífero de El Verano. Entre estas se encuentra el monitoreo constante de las fuentes de agua y la prohibición de nuevos pozos en la zona, establecida por Conagua. Además, se menciona el riesgo de contaminantes como arsénico y azufre en el agua extraída, lo que podría aumentar los costos operativos y de tratamiento del agua para la JMAS.


Parral se encuentra en un momento decisivo respecto a su futuro hídrico. La comunidad y las autoridades deben colaborar para desarrollar soluciones a largo plazo que aseguren la sustentabilidad del agua. Las decisiones que se tomen hoy determinarán la calidad de vida de las generaciones futuras en la región.

Por historias