Fotografía: Gorki Rodríguez / HISTORIASMX.

En el vasto y enigmático territorio del sur de Chihuahua, se esconden antiguos secretos grabados en piedra. Los petrograbados y pinturas rupestres de esta región cuentan la historia de civilizaciones que encontraron en la naturaleza su mayor inspiración y desafío.

HISTORIASMX. – El sur de Chihuahua, conocido por sus vastas extensiones áridas y su impresionante paisaje montañoso, guarda en su corazón un legado arqueológico de incalculable valor. Municipios como Jiménez, Villa López, Coronado, Valle de Allende y Parral son hogar de sitios arqueológicos que nos permiten vislumbrar la vida y los rituales de las antiguas culturas que habitaron la región hace miles de años.

Desde petrograbados que cuentan historias de cacería hasta pinturas rupestres que reflejan la conexión espiritual de estos pueblos con su entorno, estos vestigios son una ventana al pasado que aún hoy sigue siendo explorada y comprendida.

Jiménez: Un Refugio para el Arte Rupestre.

En el municipio de Jiménez, destacan dos sitios arqueológicos fascinantes que revelan mucho sobre la vida de los antiguos habitantes de la región. La Cueva de los Remedios, ubicada en la majestuosa Sierra de Los Remedios, es un lugar que resguarda pinturas rupestres de un valor incalculable. Estas pinturas, datadas entre el 1000 a.C. y el 1800 d.C., muestran figuras geométricas, como hileras de triángulos, además de manos humanas plasmadas en negativo y representaciones de animales como venados y peces. Una de las figuras más impactantes es la de un humano con un tocado de plumas, portando un arco, en lo que parece ser una escena de cacería, lo que sugiere un fuerte vínculo con la vida silvestre y las prácticas de subsistencia.

Por otro lado, los petrograbados en la Cascada de los Chuzos son otro testimonio impresionante del arte rupestre en Jiménez. Aquí, las rocas muestran grabados de puntas de proyectil tipo Shumla, que podrían estar relacionados con rituales asociados al agua y la vida. Estos grabados subrayan la importancia de los cuerpos de agua no solo como fuente de sustento, sino también como elementos sagrados en la cosmovisión de estos pueblos antiguos.

Villa López: El Arte Rupestre en un Paisaje Desafiante.

En el municipio de Villa López, aunque los estudios arqueológicos han sido más limitados, se han identificado petrograbados que reflejan la vida y creencias de las culturas que habitaron la región. Las figuras antropomorfas y zoomorfas encontradas en diferentes sitios de Villa López sugieren escenas de caza y rituales espirituales, una muestra clara de cómo estos antiguos grupos cazadores-recolectores dependían de su entorno para sobrevivir.

Estas representaciones artísticas demuestran la habilidad y creatividad de los antiguos habitantes para grabar en piedra su relación con el mundo natural, en un entorno que a menudo era adverso.

Coronado: Un Puente con las Culturas Ancestrales.

El municipio de Coronado es otro de los lugares en el sur de Chihuahua donde se pueden encontrar vestigios arqueológicos de gran relevancia. Aunque se han realizado menos investigaciones en esta zona, los petrograbados hallados aquí parecen estar relacionados con prácticas rituales o ceremoniales de los grupos cazadores-recolectores que habitaron estas tierras.

Las figuras y símbolos que se pueden observar en las rocas sugieren un fuerte componente espiritual en la vida cotidiana de estas comunidades. Estos vestigios son una muestra del vínculo inquebrantable entre el ser humano y la naturaleza, un recordatorio de la simbiosis entre los pueblos antiguos y su entorno.

Valle de Allende: Representaciones del Ciclo de la Vida.

El Valle de Allende, un lugar con una larga historia de ocupación humana, alberga sitios arqueológicos que destacan por sus petrograbados. En este municipio, las representaciones grabadas en piedra muestran figuras humanas y animales que parecen hacer referencia a ciclos de vida y rituales sagrados. Los petrograbados de borregos cimarrones, un animal icónico en esta región, subrayan la importancia de la fauna en la vida de los antiguos habitantes del valle. Estos grabados nos recuerdan la simbiosis entre los pueblos indígenas y la naturaleza, reflejando cómo los animales eran tanto un recurso vital como figuras espirituales en sus mitos y creencias.

Parral: Los Vestigios de Culturas Sedentarias.

Por último, el municipio de Parral presenta un panorama arqueológico diferente, con vestigios que muestran la influencia de culturas más sedentarias. Aquí, los petrograbados revelan figuras abstractas, como soles y estrellas, símbolos que podrían estar relacionados con el calendario agrícola y los ciclos de siembra y cosecha. Este arte rupestre sugiere que los antiguos habitantes de Parral dependían de los fenómenos astronómicos y el paso de las estaciones para organizar su vida cotidiana y sus ceremonias religiosas. Estas representaciones muestran cómo el conocimiento y la observación del cosmos jugaban un papel central en la cosmovisión de estos pueblos antiguos, una conexión que aún sigue viva en algunas tradiciones contemporáneas.

La Conexión Espiritual y Práctica con el Entorno.

Lo que une a todos estos sitios arqueológicos es el profundo respeto y conexión que los antiguos habitantes de esta región tenían con la naturaleza. Los petrograbados y pinturas rupestres no eran solo manifestaciones artísticas, sino que representaban una visión del mundo en la que los animales, el agua, el sol y la tierra estaban intrínsecamente ligados a la vida diaria y espiritual de estos pueblos. A través de estas manifestaciones, podemos entrever cómo la naturaleza moldeó no solo la subsistencia, sino también las creencias, rituales y estructuras sociales de las culturas prehispánicas que habitaron el sur de Chihuahua.

Conclusión: Un Patrimonio que Debe Ser Preservado.

El sur de Chihuahua es un tesoro arqueológico que nos brinda una mirada única a las culturas que precedieron a la llegada de los colonizadores europeos. Los petrograbados y pinturas rupestres de Jiménez, Villa López, Coronado, Valle de Allende y Parral son una ventana a un mundo antiguo, lleno de vida, rituales y una profunda comprensión del entorno natural. Es vital que estos sitios sean preservados y estudiados, no solo para honrar a las civilizaciones que los crearon, sino también para que las generaciones futuras puedan aprender de su legado.

Estos tesoros ocultos continúan revelando sus secretos poco a poco, y con cada nuevo descubrimiento, nuestro entendimiento sobre la historia prehispánica de Chihuahua se amplía, mostrando una región vibrante y compleja que supo adaptarse y florecer en un entorno desafiante.

Por: Gorki Belisario Rodríguez Ávila.

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