Edgar Olivas, líder de la Confederación Nacional de Transportistas de México (Conatram), ha levantado la voz sobre la creciente inseguridad que enfrentan los transportistas en varios tramos carreteros de alto riesgo a lo largo del país.
HISTORIASMX. – Según Olivas, hay diez tramos particularmente peligrosos, ubicados en Guanajuato, Tamaulipas, Puebla, Tlaxcala, Querétaro, Michoacán y Guerrero. Estos lugares representan áreas críticas donde los transportistas son más vulnerables a robos y actos delictivos.
Las denuncias presentadas ante la Fiscalía General de la República respaldan estas afirmaciones. Entre los tramos carreteros con más casos reportados se encuentran varios en el Estado de México, Hidalgo y Puebla, destacando vías como la Autopista México a Querétaro y la Autopista México-Pachuca.
Los robos a los transportistas siguen un patrón preocupante. Una vez detenidos a la fuerza, los delincuentes se ponen en contacto con los propietarios de las empresas exigiendo rescate a cambio de liberar a los conductores y las mercancías.
Olivas también señaló específicamente la situación en los tramos que conectan con Durango, mencionando el área cercana a Escalón como particularmente peligrosa. Esta proximidad con Durango ha sido identificada como un punto crítico para los transportistas.
Rubén Molina, otro transportista afectado, compartió su experiencia sobre los robos en la región. Su compañía ha sufrido varios asaltos, algunos a más de 400 kilómetros de la capital del estado. Molina destacó la violencia asociada con estos incidentes, donde los conductores son golpeados y amenazados para extorsionar a las empresas.
En cuanto al tipo de carga robada, se informa que los delincuentes no tienen preferencia, ya que roban tanto la unidad como su contenido. Esto ha llevado a algunos transportistas a evitar los tramos peligrosos, incluso sacrificando la cantidad de carga transportada para minimizar el riesgo.
Sin embargo, las cifras exactas de pérdidas económicas son difíciles de determinar, ya que muchos transportistas optan por no presentar denuncias debido a la complejidad burocrática del proceso. Esta reticencia a denunciar podría subestimar la verdadera magnitud del problema y la necesidad de medidas urgentes para abordar la seguridad en las carreteras mexicanas.
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