En medio del árido Desierto de Chihuahua, a pocos kilómetros de Ciudad Juárez, se encuentra Samalayuca, un ecosistema frágil y único que alberga tesoros milenarios, como la serie de petrograbados que existen en este lugar.
Historiasmx. – Samalayuca, un oasis en el desierto, ha sido reconocida por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales y la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas como uno de los ecosistemas más vulnerables de la región. Su entorno inhóspito, combinado con la actividad agrícola, ganadera y una termoeléctrica cercana, hacen que la protección y conservación de este lugar sean fundamentales.
La Sierra de Samalayuca, que se eleva majestuosamente en medio del desierto, es testigo de un pasado fascinante. Petrograbados tallados en piedra, datados entre el 1,000 y el 1,500 d.C., dan fe de la presencia de civilizaciones prehistóricas en la zona. Estos petrograbados, algunos de los más importantes en el estado de Chihuahua, nos revelan la vida y creencias de antiguos nómadas y cazadores-recolectores.
Entre los tesoros arqueológicos encontrados, destaca un petrograbado emblemático de un borrego cimarrón, símbolo de la importancia de este animal para las comunidades del periodo Arcaico Tardío. También se han identificado figuras humanas tomadas de las manos y zoomorfos cuyo significado aún es objeto de estudio.
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) ha tomado un papel activo en la preservación de estos tesoros milenarios. Promoviendo un manejo adecuado de los sitios arqueológicos y apoyando esquemas de desarrollo sustentable en el área protegida de Samalayuca, se busca proteger este patrimonio para las futuras generaciones.
Desde la pintoresca Sierra de Samalayuca hasta las tierras cercanas de Jiménez, podemos encontrar vestigios de las civilizaciones antiguas que una vez habitaron la región. Restos arquitectónicos, cerámicos y especímenes líticos nos hablan de su forma de vida y su conexión con la naturaleza.
Samalayuca es mucho más que un desierto inhóspito; es un lugar donde el pasado se hace presente a través de las piedras talladas y los rastros de culturas que alguna vez dominaron estos territorios. Es un llamado a la conservación y al respeto por nuestra historia y el medio ambiente que nos rodea.
Aunque enfrenta desafíos, la belleza y la riqueza de Samalayuca perduran. Esta tierra árida y misteriosa sigue cautivando a aquellos que se aventuran a descubrir sus secretos y a valorar la importancia de preservarla para las futuras generaciones. Adentrarse en el corazón de Samalayuca es adentrarse en una travesía en el tiempo, donde el pasado se encuentra con el presente, y donde la historia de la humanidad se encuentra tallada en piedra.
Por: Gorki Belisario Rodríguez Ávila.
Fotografía: INAH.