Fotografía: Félix Ayala / valencho

Se dice que los antiguos pobladores, en su mayoría Rarámuris, veían en esta roca un símbolo de fertilidad y la adoraban como un ente divino capaz de influir en la capacidad de procreación.

HISTORIASMX. – Entre las imponentes montañas y los vastos paisajes de la Sierra Tarahumara, en el estado de Chihuahua, se encuentra un pequeño y curioso pueblo llamado Pitorreal. Este destino, situado entre San Rafael y Creel, forma parte de la ruta del famoso ferrocarril Chihuahua al Pacífico, conocido como «El Chepe». Lo que distingue a Pitorreal, más allá de sus hermosos paisajes y su aire rural, es una formación rocosa que ha dado origen tanto a su nombre como a las leyendas locales que envuelven a este rincón de la sierra.

Un Pueblo con Historia y un Nombre Singular.

Pitorreal, ubicado en el municipio de Bocoyna, cuenta con más de 80 años de historia. Su nombre, que puede provocar risas en quienes lo escuchan por primera vez, tiene un trasfondo peculiar. Según los habitantes de la región, la denominación proviene de una enorme roca cuya forma natural recuerda a la de un pene humano. Esta curiosa formación, apodada por los lugareños como la «Roca de la Fertilidad» o «La Mexicana», ha convertido a Pitorreal en un sitio lleno de misticismo y tradiciones.

Se dice que los antiguos pobladores, en su mayoría Rarámuris, veían en esta roca un símbolo de fertilidad y la adoraban como un ente divino capaz de influir en la capacidad de procreación. A lo largo de los años, la creencia de que tocar la roca podía asegurar descendencia ha sobrevivido y sigue atrayendo a visitantes que desean probar su suerte. Algunos locales aseguran que aquellos que pasan por Pitorreal y no tocan la piedra pueden quedar estériles, mientras que quienes lo hacen con fe pueden ser recompensados con un bebé.

Leyendas y Creencias en la Roca de la Fertilidad.

Las leyendas en torno a Pitorreal van más allá de simples cuentos. La «Roca de la Fecundidad» tiene un papel protagónico en las historias que se cuentan en las comunidades circundantes. Durante décadas, los locales han atribuido poderes mágicos a esta formación, asegurando que, con la correcta devoción, la roca tiene el poder de conceder fertilidad a quienes la tocan.

Este mito ha trascendido generaciones, y, en la actualidad, visitantes de diversas partes del país llegan al pueblo atraídos no solo por la singularidad de la historia, sino también por la belleza natural que rodea a Pitorreal. Para algunos, este ritual es una forma de conectar con las antiguas creencias de los primeros pobladores y, para otros, es simplemente una experiencia divertida y curiosa en su paso por la Sierra Tarahumara.

Pitorreal: Un Destino en la Ruta del Chepe.

Más allá de sus leyendas, Pitorreal tiene mucho que ofrecer a quienes buscan una experiencia auténtica en medio de la naturaleza. Situado en el kilómetro 161 de la ruta del ferrocarril Chihuahua al Pacífico, el pueblo se ha convertido en una parada interesante para los viajeros que recorren este icónico trayecto. El tren, conocido como «El Chepe», es famoso por su recorrido a través de impresionantes paisajes de montañas, barrancas y bosques, conectando la ciudad de Chihuahua con Los Mochis, Sinaloa.

La estación de Pitorreal, aunque pequeña, es un punto estratégico para disfrutar de las vistas y explorar la región. El entorno montañoso ofrece oportunidades para practicar senderismo, observación de aves y fotografía de paisajes. Además, la cercanía a otros atractivos turísticos, como Creel y las Barrancas del Cobre, convierte a Pitorreal en un lugar ideal para quienes desean conocer lo mejor de la Sierra Tarahumara.

La Cultura y la Gente de Pitorreal.

Como muchas comunidades en la Sierra Tarahumara, Pitorreal es hogar de una rica mezcla de culturas, donde la influencia Rarámuri es palpable. Los habitantes del pueblo han mantenido vivas sus tradiciones, desde la lengua hasta las prácticas religiosas y agrícolas. Visitar Pitorreal no solo es una oportunidad para conocer sus leyendas, sino también para sumergirse en un modo de vida que ha perdurado a lo largo del tiempo.

El encanto de Pitorreal radica en su autenticidad. A diferencia de otros destinos turísticos más desarrollados, este pequeño pueblo conserva una atmósfera tranquila y acogedora. Las familias que habitan la región se dedican principalmente a la agricultura y la ganadería, y están siempre dispuestas a compartir sus historias y costumbres con los visitantes.

Desafíos y Esperanzas para el Futuro.

A pesar de su riqueza cultural y natural, la comunidad de Pitorreal, como muchas otras en la Sierra Tarahumara, enfrenta desafíos. Las condiciones climáticas adversas, como la sequía prolongada, han afectado gravemente las actividades agrícolas en la región. Recientemente, una plaga de chapulines ha devastado cultivos de frijol y maíz en varios municipios de la zona, incluyendo Bocoyna, donde se encuentra Pitorreal.

La Secretaría de Desarrollo Rural y el Comité Estatal de Sanidad Vegetal han implementado programas de control biológico para combatir la plaga, utilizando drones y avionetas para aplicar agentes como el metarhizium acridum. Sin embargo, los productores locales continúan luchando contra las pérdidas, y muchos temen por la sostenibilidad de sus tierras si las condiciones no mejoran.

A pesar de estos retos, los habitantes de Pitorreal se mantienen resilientes. Con un fuerte sentido de comunidad y un profundo respeto por la tierra, siguen adelante, combinando la sabiduría ancestral con nuevas tecnologías para proteger sus medios de vida. Además, el turismo ofrece una esperanza para el desarrollo de la región, atrayendo a visitantes interesados en su historia, cultura y misticismo.

Un Destino con Magia y Misterio.

Pitorreal es más que una simple parada en la ruta del Chepe. Es un lugar donde las leyendas cobran vida, y donde el pasado y el presente se entrelazan en un entorno de belleza natural y cultura vibrante. Ya sea por la curiosidad de tocar la «Roca de la Fertilidad» o por la oportunidad de explorar la majestuosa Sierra Tarahumara, Pitorreal ofrece a los viajeros una experiencia única, cargada de misticismo, historia y encanto rural.

Quienes se aventuren a este rincón de Chihuahua descubrirán que, más allá de su nombre peculiar, Pitorreal guarda un tesoro de tradiciones y creencias que han perdurado por generaciones. Un destino en el que la magia de la naturaleza y la sabiduría ancestral se combinan para ofrecer una visión distinta de la vida en la Sierra Tarahumara.

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